Cuphead: Mugman Abdl

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Era una mañana tranquila en el bosque de la isla Inkwell.

En una casita, se encontraba una pequeña familia, un Abuelo y sus 2 nietos, Cuphead y Mugman.
Ambos hermanos se encontraban en sus habitaciones durmiendo cada uno en sus camas.

Pocos minutos después, Cuphead fue el primero en despertar gracias a los rayos del sol.
La taza roja estiró los brazos y se levantó de su cama.

En eso, miró a su pequeño hermano Mugman, él cual aún seguía durmiendo en su cama, en su "cama especial".
Digo especial porque la cama de Mugman tiene barandales para evitar que se caiga.
También, las sábanas eran de dibujos infantiles de carritos.

Cuphead miró a Mugman con una suave sonrisa, acercándose a la cama de su hermanito y viendo cómo el pequeño dormía de forma tan pacifica y tranquila.
Mugman daba pequeños ronquidos, durmiendo como un gatito en su camita.

Cuphead sonrió aún más por eso, su hermanito se veía tan tierno al dormir, y más estando en su "mecanismo de confrontamiento".

Cuphead empieza a acariciar la cabecita de su hermanito, haciendo que el menor despertara poco a poco y mirara a Cup.

Cuphead: Buenos días hermanito.

Mugman: Buenos días, Cuphead.

Cuphead: Ya es hora de despertar y levantarse.

Mugman: Mmmmhhh......
5 minutos más.

Cuphead: JAJA, sé que estás muy cansado, pero ya hay que salir de la cama, hermanito.

Cuphead tomó a Mugman y lo cargó estilo princesa, llevándolo a la cocina a desayunar.
Mugman se rascaba los ojos con sus puños para tener de alguna forma los ojos ya abiertos.

Al llegar a la cocina, Cuphead puso a su hermano en la silla y fue por algo de comida.
En el refrigerador encontró bananas, las sacó, las peló, las cortó, y con un martillo las hizo puré.
Ya hecho esto, el mayor le entrega un plato de puré de banana a su hermanito.

Cuphead: Muy bien Mugsy, hora de desayunar, siempre es bueno empezar el día con algo dulce.

Cuphead con una cuchara, empezó a alimentar a Mugman, quien se dejaba alimentar con gusto.
Era lindo y tierno ver a Mugman siendo pequeño, y más cuando hacía una acción de un pequeño.

Cuphead amaba cuidar a Mugman de esa manera, otra razón del porqué se siente genial ser el hermano mayor.

Después del desayuno, Cuphead tomó a Mugman y lo llevó a la sala, lo puso en la alfombra y trajo una caja llena de juguetes para bebés.

Cuphead: Muy bien Mugsy, ¿con cuál juguete quieres jugar hoy?

Mugman miró la caja, apartando uno que otro juguete, viendo cuál sería el ideal para jugar el día de hoy.
El pequeño no tardó en encontrar el juguete ideal para divertirse.
Mugman escogió un dragon color verde claro y un tren color rojo con negro.

Cuphead: Muy bien Mugsy, buena decisión.
Ahora, hora de divertirse.



Y así, el pequeño se dispuso a jugar con esos 2 juguetes, dejando que su imaginación volara, creando una historia al estar jugando.

Cuphead le seguía el juego claro, a él también le gusta jugar con juguetes, y más con dragones y trenes.




Los hermanos jugaron toda la mañana tranquilamente en casa en la sala, riendo y divirtiendose con el otro.


Las horas pasaron, Don Tetera llegó y les preparó el almuerzo.

Después de comer, Cuphead fue a acostar a Mugman, ya que ya era la hora de la siesta del menor.


La taza roja llevaba en sus brazos a su hermano menor, el cuál estaba soñoliento, luchando por permanecer despierto un poco más.

Al llegar a la habitación, Cuphead acostó a Mugman en la cama, dándole un besito en la nuca.


Cuphead: Descansa bien hermanito.
Duerme muy bien.



Mugman le dió una sonrisa a su hermano mayor, antes de cerrar los ojos y dejar que el sueño lo invadiera.




Cuphead esperó a que Mugman se quedara completamente dormido, lo cual sólo tardó 5 minutos.

Cuphead salió de la habitación, para así, dejar a su hermano menor descansar.



Cuphead: Te quiero Mugsy.

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