Fetiches De Personajes

Super Mario: Luigi Dog

No sé cómo se llama este fetiche, uno en que una persona se comporta como un perro.
Pero bueno, me interesó mucho esto así que, here we go.

Era otro día tranquilo en el Reino Champiñon, todo en paz nuevamente después de una derrota más de Bowser.
En la Residencia de Los Hermanos Mario, se encontraba cierto chico verde, solo en casa.

Luigi.

Luigi aprovechando que su hermano Mario no estaba, aprovechó a sacar algo que tenía oculto debajo de su cama.
Una caja.
Luigi tomó la caja y la abrió, sacando felizmente sus cosas.

Esas cosas eran:

-Unas orejas de perro color amarillo diente de león y una cola algo larga y peludita.
-Una  màscara especial.
-Un collar color verde, con una placa en ella, color blanco con verde, con el nombre de Luigi.
- Juguetes para perros.

Luigi desde hace no mucho tiempo, le llamó mucho la atención la idea de ser un perro, caminar en 4 patas, ladrar, comer comida para perros, jugar con juguetes para perros, entre otras cosas.

Luigi se puso todo y empezó a relajarse y a divertirse, tener su tiempo para ser un lindo canino.

El chico verde jugaba con sus juguetes, lanzaba sus juguetes de goma e iba corriendo en 4 patas a por ellos para morderlos y masticarlos, mientras los juguetes daban chillidos por cada mordida.
Luigi jugaba y jugaba, que incluso salió de su habitación, persiguiendo uno de sus juguetes hacia la sala.
Luigi se divertía mucho jugando, le encantaba eso, le encantaba ese tiempo.

Luigi se recostó en el suelo, mostrando su pancita mientras mordía su juguete de goma.
El chillido del juguete era tan fuerte que el chico verde no había escuchado la puerta ni a Mario entrar.

Luigi estaba tan enfocado en su juguete, que no se había dado cuenta de que Mario estaba ahí, mirandolo algo sorprendido por lo que estaba viendo.
Luigi chillaba y chillaba ese juguete, que cuando apenas se acostó boca abajo.....

Ahí se dió cuenta de que Mario estaba ahí......

Ambos hermanos se miran entre sí, sin decir ni una sola palabra, un momento totalmente incómodo para el menor.
Luigi estaba avergonzado por ser visto por Mario, al actuar como un perro así.

Luigi: M-Mario.... yo..... puedo explicarlo....
Yo.... yo sólo estaba.... am........

Luigi no tenía palabras para Mario, no sabía qué decirle y cómo explicarle este extraño gusto canino.

Fue cuando Mario se acercó a Luigi, poniendolo boca arriba, y empezando a rascar la pancita de Luigi.

Luigi al sentir esto, empezó a gustarle la sensación de que le rascaban la pancita.

Mario: Jeje, ¿quién es mi buen chico eh?
Luigi: *ladra y saca la lengua como un perro*
Mario: Así es, tú lo eres, tú lo eres bonito, jaja.

Mario le rascó la pancita a Luigi por un muy buen rato, antes de empezar a acariciarle la cabeza, detrás de las orejas, y la espalda.

Mario: Jeje, eres tan lindo cuando actuas de esa forma.
Es más.
Luigi, ¿no te gustaría ser mi perro?
Ya sabes, ser aún más allá.

Esto llamó mucho la atención de Luigi, mirando a su hermano mayor.
Mario le acarició la mejilla y le sonrió, luego fue a su habitación, sacando una caja que tenía oculta en su armario. Mario regresa con Luigi en la sala y le muestra la caja, abriendola y mostrandole algo muy pero muy bonito a Luigi.

Era un collar para perro a la talla de Luigi.
El collar era verde con pequeñas puaz alrededor, con una placa en forma de hueso con su nombre con letras doradas.
Los ojos de Luigi se iluminaron por completo al ver el collar, le encantaba.

Luigi se puso bastante feliz, tanto que se puso a saltar de alegría como un perro.
Mario le pareció adorable eso, así que tomó a Luigi y le cambió el collar.
Ya puesto, Luigi se sentía bastante bien, amaba el collar muchísimo.
El menor recibió unas acaricias en la cabeza por su hermano mayor.

Mario: De ahora en adelante, tú serás mi perro y yo seré tu amo.

Luigi se sonrojó un poco ante eso, pero le gustó de todas formas.
Luigi se puso encima de Mario para lamerle las mejillas, darle besitos de esa forma mostrandole su cariño y amor a su amo Mario.

Mario: Jjajajjaa, yo también te quiero mucho Luigi.
Ahora, ¿qué tal si vamos de paseo eh?

Luigi dió un ladrido de sí, emocionado por ir a algún lugar con Mario.
El mayor tomó una correa que tenía guardada para esta ocasión y se la puso a Luigi, y así, salieron de la casa, a caminar un poco por ahí.