Super Mario: Mario and Luigi Ageplay 3

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Han pasado días, tal vez 1 semana.

Quién sabe cómo, pero al final, Mario y Luigi se acostumbraron a esto, a ser los pequeños de las Princesas, ser tratados como bebés.

De alguna manera, Las Princesas Peach y Daisy pudieron hacerle ver a los hermanos Mario que ser pequeños no es tan malo, bueno, más Mario que Luigi, ya que el menor accedió más rápido y fue más fácil con él que con el mayor.

Ahora, realmente, los hermanos Mario actuaban como bebés, eran ahora los bebés de las Princesas, y ya no había vuelta atrás en eso.

En un día muy tranquilo y agradable, en el Castillo de Peach, dentro, en una de las habitaciones, se encontraban Mario y Luigi ya despiertos.

Los pequeños se encontraban jugando en la alfombra con algunos bloques de construcción.
Mario tarareaba felizmente mientras jugaba a construir una torre, mientras que Luigi lo ayudaba en silencio, ya que llevaba su chupete verde con azul oscuro en su boca, chupandolo felizmente.

Minutos después, llegó Peach abriendo la puerta de la habitación, mirando a sus pequeños jugar con sus bloques.
Peach llevaba un plato con galletas en sus manos, con 2 biberones con leche fría.

Peach: Muy bien pequeños, es hora de comer un bocadillo.

Peach puso las galletas en la mesa mientras los pequeños se acercaban a ella gateando.

Peach los ayudó a comer las galletas y les dió sus biberones.

Los niños estaban felices por eso, disfrutando su rico bocadillo.

Peach les dió una dulce sonrisa a los 2, amaba cuidar de sus pequeños, a veces tenía que tener paciencia, pero sabía que Mario y Luigi aprendían su lección y eran educados.

Unos minutos después, llegó Daisy bastante feliz y algo emocionada como de costumbre.
Peach claramente sabía que algo estaba pasando para que su amiga estuviera así.

Daisy: Les tengo una sorpresa a todos, adivinen qué nuevos pequeños he encontrado para cuidar.

Daisy en sus brazos, tenía a Wario y a Waluigi atados, como si los hubiera secuestrado.
Ambos chicos malos trataban de liberarse del gran agarre de la Princesa atrevida, pero a ambos les fue inútil, incluso a Wario que es más fuerte.

Wario: ¡Oye princesa loca! ¿¡Cómo rayos es que eres tan fuerte de repente!? ¡¡¡GGRRRRRR!!!
Daisy: Encontré a estos 2 en la entrada del castillo tratando de robar quién sabe qué, por suerte cayeron en las mismas trampas que cayeron Mario y Luigi.
Waluigi: Eso explicaría porqué nunca vimos a los Toads en guardia.

Mario y Luigi miraban con ojos grandes a sus rivales, rogando que no los vieran con detalle.
Luigi se puso rojo de vergüenza con una expresión molesta y preocupada, mientras que Mario sólo se veía molesto, sin dejarse intimidar por los chicos malos.

Daisy: Ok pequeños, ahora, es hora de dormir.
Wario y Waluigi: ¿Qué?-

Y justo en ese momento, las manos robóticas aparecieron como arte de magia en el suelo, tomando a Wario y Waluigi mientras les inyectaban algo en el cuello.
Rápidamente los 2 cayeron al suelo dormidos.

Mario y Luigi rápidamente fueron con Peach, abrazando las piernas de la Princesa dulce, sintiendose más protegidos por ella.



Después.................................

Mario y Luigi estaban jugando con sus juguetes en la cuna del hermano mayor, Mario jugaba con unos bloques de construcción y Luigi con 2 peluches de dinosaurios Yoshi, uno verde y el otro rosa.

Mientras, en otra cuna recién puesta en la habitación, se encontraban Wario y Waluigi ya vestidos como bebés, drogados, y ya despiertos.

Wario: Gggrrrr, no lo puedo creer, ¿¡cómo rayos pueden estar tan tranquilos ustedes 2!?
Luigi: Simplemente nos acostumbramos.
Waluigi: Me reiría de ti si no estuviera en la misma condición.


Y con eso, Wario y Waluigi dieron un gruñido de frustración, mientras que los hermanos Mario simplemente siguieron jugando.
Wario y Waluigi se acercaron entre ellos para hablar mejor y que nadie más pudiera escucharlos.

Wario: Tenemos que salir de aquí de alguna forma u otra.
Waluigi: Bueno, nos quitaron las bombas y nos paralizaron las piernas, lo único que podríamos hacer es irnos arrastrando hacia la puerta y abrirla de alguna forma, tener cuidado si hay alguien en los pasillos y escapar por la ventana.
Wario: Gran idea Waluigi.

Los chicos malos empezaron con su plan, Wario ayudó a Waluigi a salir de la cuna, y viceversa.
Ya fuera de la cuna, ambos gatean hasta llegar a la puerta.

Waluigi por suerte, tenía algo para abrir la cerradura.

Ya con la puerta abierta, ambos se arrastraron con cuidado, atentos si aparecía alguien.
Cuando miraron una ventana abierta, ambos fueron hacia ella rápido y justo cuando iban a salir..........

Daisy: Oh no, no lo haran.

Ambos fueron agarrados por Daisy, alejandolos de su libertad.

Wario: ¡NOOOOOO, Nuestra libertad!!
Daisy: Ahora van a recibir unas nalgadas por eso.

Y con eso, Daisy se sentó en el sofá, tomó a Wario primero y empezó a darle 20 nalgadas fuertes, causándole mucho dolor a Wario.

Wario: ¡¡¡¡AAHHHHH, basta, basta, bastaaassa!!!!

Waluigi trató de irse de ahí en silencio, mientras Daisy estaba distraída, pero cuando Daisy terminó con Wario lo tomó a él.

Daisy: ¿A dónde crees que vas?
Es tu turno de recibir nalgadas también.

Y con eso, Daisy le dió 20 nalgadas fuertes a Waluigi, haciendo que incluso llorara por el dolor.


Waluigi: ¡¡¡Waaaaaaa!!!!
¡¡¡Basta, porfavor, ya no más!!!!

Después de las nalgadas, ambos chicos malos ahora estaban llorando de dolor, queriendo que esto parara ya.

Daisy los tomó y los llevó a la cocina.




Más tarde.....................

Wario y Waluigi fueron regresados a la habitación con Mario y Luigi.
Los chicos malos estaban durmiendo en su cuna, con un chupete puesto cada uno.

Daisy los miraba con ternura al verlos dormir tranquilos.

Daisy: Siempre una botella de leche calientita alivia a cualquiera.


Daisy los cubre con una mantita al igual que a Mario y Luigi que se habían quedado dormidos al lugar.
Peach los mira con mucha ternura y les da un besito de buenas noches en la frente a cada uno.

Y con eso, La Princesa apaga las luces y cierra la puerta, dejando a sus pequeños dormir.

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