98. La cereza del pastel.

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Capítulo 98

CHARLOTTE

Invisibilidad.

Si eligiera un sólo poder sería ese, invisibilidad, así se me sería más fácil estar caminando en los pasillos más largos, blancos y en los que más pánico he sentido. Los pasillos del Hospital General en California.

—Ojalá fuera invisible —dice Joshua hundiendo sus manos en los bolsillos frontales de la chaqueta negra que trae puesta, su cabello castaño está desordenado con pequeños mechones cayendo a sus lados y sobre su frente. El aura que me emite es de un chico bastante seguro, y hermoso sin poder negarlo; a pesar que él también tiene los nervios al colapso y está luciendo -aparte de hermoso- demasiado tierno cuando está tímido con su exterior.

Y por si fuera poco: —Lo mismo pensaba. —Admití acercándome a una enfermera.

Joven, con expedientes recargados sobre su brazo y un termo de lo que supongo que es café en su mano me observa atenta.

—Disculpe...

—¿Sí? ¿En qué puedo ayudarle?

—Quisiera visitar —me detuve al saber la semejante locura que estaba por decir, pero debía controlarme, al final ya estaba aquí—. Quisiera visitar a un paciente de ustedes, llamado Joshua García.

La señorita sonrió de manera cortés y dirigiéndose al resto de las enfermeras en la zona dijo un par de palabras y fue una la que rápido tomó uno de los portafolios que yo podía observar desde aquí, se acercó a mí y sin perder el tiempo susurró un 'Síganme por aquí'.

—Aún puedes detenerte sí crees que lo necesitas —la preocupación plasmada en su rostro y mirada me alivia un poco porqué sé que no estoy sola. Y tampoco me siento sola.

Asentí. Y continúe caminando en los pasillos blancos del dolor y la angustia, está vez siguiendo a una mujer vestida con su normal uniforme blanco quién se detiene y da la media vuelta. Observándome, intercambia su mirada de mí hacia Joshua y de él a mí.

Sé lo que viene.

—Sólo una persona puede cruzar en esta zona, debido a la bio-seguridades con la que los pacientes necesitan mantenerse.

—Entraré por el otro lado —me susurra en mi oído Joshua mientras la enfermera nos lanza una mirada poco amistosa—, después de todo tu idea de traer pijama médica debajo de mis casuales prendas si funcionó mi pequeña osa polar inteligente.

—Estaré bien si entro sola —fingí contestarle mientras le sonreía, entre nosotros de manera cómplice, ante ella sólo estoy asintiendo—. Puedes esperarme dónde ya habíamos acordado.

Él asiente, para después dejar ir su brazo a mi cintura, apegarme contra él y volver a susurrar a mi oído: «Camina lo más lento posible. Pronto estaré allá dentro, contigo». Luego besó mi mejilla y se alejó entre los pasillos que ya habíamos cruzado.

Después de saber su historia, la de él y la de los hospitales, realmente espero que esté bien. Ya es demasiado para mí haber aceptado que me acompañara a esté indeseable lugar cómo para hacerlo ir a... ¿A dónde estoy yendo?

—¿Qué zona del hospital es está? —Le pregunto a la enfermera, ella sólo sonríe y continúa caminando después de empujar una puerta roja.

—Por aquí. Por. Favor.

Volví a obedecer, está vez después de encender mi celular y la cámara de éste. Posterior a esto lo guardo en la bolsa frontal de mis jeans, con la cámara siendo el medio para grabar todo por lo que estoy caminando.

Bajo Tus Estrellas [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora