Number one

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Salía de la ducha y a las corridas intentaba meter mis útiles en la mochila, me senté sobre la cama y tome las medias blancas, la coloqué sobre mi pie y con cuidado la deslice suavemente hasta mis muslos.

Tome la falda y la subí hasta mis caderas, era bastante larga, para ser exacta me llegaba hasta las rodillas. En el instituto donde voy no se permite la falda más arriba y eso me hace ver cómo una idiota.

Abroche los botones de mi camisa y luego arme la corbata para finalizar mientras me miraba en el espejo que está en mi habitación. Tome la mochila y a las corridas baje las escaleras, llegaba tarde y eso sería un problema.

- Mamá, ¡ya me voy! - Grite

- Cuídate, cielo

Comencé a correr mientras desesperada acomodaba mi cabello húmedo, cruse la calle mientras algunos autos tocaban sus bocinas. - Lo siento - Murmuraba apenada y continuaba corriendo

No me di cuenta cuando choque con alguien pero sin darle mucha importancia corrí y corrí, me di la vuelta y era un muchacho, su mirada era sería y estaba clavada en la mía, miles de personas lo chocaban pero el solo me miraba a mi.

Solo faltaban dos cuadras para llegar al instituto, estaba cansada pero no llegaría tarde por más que me desmayé aquí mismo. Al llegar al instituto la directora estaba en la reja con una mirada asesina y un bolígrafo al igual que una libreta.

- Wilson - Alargó la última letras - Tarde - Abrió la reja del instituto dejándome pasar

- Lo siento - Susurré para entrar rápidamente

Abrí la puerta de aquel salón de clases y recibí la mirada de muchas compañeras al igual que el de la profesora y compañeros.

- Buenas noches ¿no? - Hablo irónicamente mientras esperaba a que me dejara entrar

- Lo siento, el despertador no sonó - Desvíe la mirada

- Entra - Apunto con la regla en uno de los asientos, suspiré y me senté en el último asiento junto a mi Best Friend.

- ¿Hiciste la tarea de química? - Pregunté mientras sacaba de mi mochila los útiles

- No, no - Murmuro y continuo escribiendo

- Debo contarte algo - Susurré

- Ya cuéntame - Sonrió para apretar mi mano con fuerza

- Luego, luego - Susurré y comencé a escribir el dictado.

La hora de química se había hecho bastante larga, a decir verdad no había entendido ningún ejercicio o incluso los ejemplos que nos daba. Tuvimos un receso que duro máximo treinta minutos y luego a Educación física, ya estaba lista para comenzar a correr, nuestra vestimenta de educación física es sencilla, pants grises y gruesos y una camiseta blanca.

- ¡Y vamos de nuevo! - Tocó el silbato y comenzó a saltar a la par de nosotras, me hacer que con cuidado a mi mejor amiga, clarisa.

- No sabes lo que me pasó antes de llegar - Sonreí mientras agitada saltaba encima de mi propio eje

- ¿Qué sucedió? - Sonrió dejando ver sus brackets

- Corría a las apuradas hasta el instituto - Sonreí al recordar al chico de mirada fija - Y choque con un chico hermoso

Rio - ¿Enserio? ¿O no será otra de tus historias para hacerme creer que conseguiste un chico?

- No, claro que no. - Sonreí - El si es real, aunque solo lo haya visto una vez, pero es el chico más hermoso que mis ojos hayan apreciado

- ¡A ver señoritas! -Grito la profesora de educación física y todas las chicas se dieron la vuelta mirándonos a nosotras - ¡Aquí estamos para hacer! ¡Deporte! - Recalcó la última palabra - ¡Hace rato ya las estoy mutando y se la pasan hablando!

- Lo sentimos señorita Claudia - Agachamos la cabeza, así era la manera de respetar a los profesores, agachando la cabeza. Que reglas más estrictas hay en este instituto y no tendría porque estar sorprendida, es un instituto católico.

Maldito el día en que mi madre me anoto en este instituto horrible, ella cree que así mi futuro será mejor que el que ella tuvo, no digo que no haya estudiado o algo así.

Solo es que ella cree que primero debo estudiar y disfrutar del mundo, tener una linda relación y si me aburro tal vez tener un bebé, o quizás no.

Tiene una frustración, ya que quedó embarazada de mi cuando apenas tenía veinticinco años, toda una vida por delante y miles de sueños por cumplir, conocen la típica historia, el padre acepta tener al bebé pero la convivencia no es buena así que decide separarse, se va con una chica mucho más joven y ya.

Bueno, así es nuestra vida. Por suerte yo siempre tuve el apoyo de mi abuela agnes, ella es un verdadero ángel, siempre me ayuda en todo y intenta hablar conmigo de muchas cosas que no hablo con mi madre por no tener la suficiente confianza.

Una vez me dijo que si me dejaría tener un novio, pero primero debía presentárselo a ella y luego vería, ella es como mi madre, aunque solo es mi abuela.

Salí del gimnasio ya que la clase había terminado, estaba cambiada e iría al baño para mojar mi rostro en agua y sacar el sudor de mi frente.

- Wilson - Hablo la directora en un tono serio - Ven aquí - Con su dedo índice me insinuó que me acercará

- Si directora - Fruncí el ceño esperando a que hablara

- ¿No le da vergüenza? - ¿Porqué? ¿De qué hablaba? - ¿Traer la falda más arriba de la rodilla? Bajé esa falda ahora mismo, sabe usted bien las reglas del instituto

Mire mi falda y comencé a bajarla avergonzada - Lo siento - Susurré ya con la voz quebrada para salir del instituto.

Me había avergonzado enfrente de todos en el instituto, sentí las lágrimas recorrer mis mejillas y camine lentamente hacia mi casa.

Abrí la puerta principal de mi casa y a las corridas subí las escaleras para entrar a mi habitación y tirarme en la cama, odio ese instituto, lo odio.

Es de lo peor

𝐈𝐭'𝐬 𝐈𝐬 𝐆𝐢𝐫𝐥Where stories live. Discover now