Capítulo 6: Intrusa.

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Ojalá pudiera decir que los cálidos rayos de sol entrando por la ventana fueron los que me hicieron abrir los ojos, pero afuera había un diluvio de aquellos. Lo único que podría esperar que entrase por ella, era la luz de un relámpago. Tampoco los pájaros se atrevían a dejar sus guaridas para venir a cantarme. 

— ROSE, DESPIERTA YA, VAGA DE MIERDA.

Ni sol, ni pajarillos; solo Pete con complejos de alarma.

Tras emitir un gruñido, hice el intento de levantarme, moviéndome de un lado a otro bajo las sábanas de mi cama, pero al final solo conseguía arroparme aún más. Estaba teniendo un sueño feliz, y además podía sentir el frío que hacía. ¿Quién se levantaría en un día así? 

— Vas a llegar tarde otra vez — insistió Pete abriendo la puerta de mi habitación. — Tu futuro te está esperando.

— Eres como una publicidad universitaria andante — hablé entre balbuceos. — Déjame tranquila.

— Te acusaré con tu madre si no me obedeces ¿oíste? — me amenazó.

— ¿Cuántos años tienes, Pete? ¿Tres? — cuestioné despegando apenas la cabeza de la almohada. — Y si vas a jugar así yo también puedo, y el que más perdería aquí serías tú. 

Obtuve un silencio como respuesta.

Touché — suspiró finalmente. — Bueno, un día que te quedes en casa... supongo que está bien ¿no?

Repasé mentalmente mi horario de hoy, y llegué a la conclusión de que no sería tan terrible faltar hoy. Después sufriría en el examen, claro, pero era un riesgo que estaba dispuesta a correr.

— Igual, solo tenía un bloque de clases en la tarde — comenté con la cara hundida en la almohada. — ¿Ya desayunaste? — pregunté mirándolo esta vez.

— Sí, junto a Sam

— ¿Se fue? — pregunté intentado acostumbrar mis ojos a la luz.

Asintió reiteradas veces mientras se sentaba en una esquina de la cama

— Tuvo que hacerlo rápido. Algo de su jefe molesto, propinas, y mierdas — respondió con indiferencia. — Oye, Rose...

Solté un largo respiro y me senté, apartando de mi unas cuantas mantas hasta mi regazo. Una pequeña conversación del "día después a una borrachera" se acercaba. 

— Sí — respondí leyendo sus pensamientos. — Hiciste el completo ridículo ayer. — dije asintiendo lentamente con la cabeza. — Ah, por cierto, no sabía que eras gay, Pete. Cuénteme más sobre eso.

— Mierda... — se quejó dejándose caer de costado. — Ay, desde ahora, prometo que solo beberé agua. Lo juro.

— Creo que es como la quinta vez que te oigo decir eso — reí poniendo los ojos en blanco. — Entonces... ¿Lo dejamos en ''hetero-confuso''?

— Li dijimis in hitiri-cállate — me espetó mirándome molesto .

Me reí fuerte con su reacción, mientras él se dedicaba a ponerse cómodo en mi cama. Apoyó su cabeza en una almohada de mi cabecera, y luego, encendió el televisor. No hizo falta que dijera ni una palabra más. Estaba comenzando un capítulo de ''The Big Bang Theory'' y el silencio de parte de ambos predominó por la siguiente media hora... y por la siguiente hora, y así. Resumiendo, nos pasamos pegados a la televisión como por 3 horas seguidas. Resultó ser que era una maratón.

Fue durante un comercial, cuando decidí bajar y prepárame algo con que entretener mi estómago mientras la hora del almuerzo llegaba. Esa fue la única vez que me moví en todo el rato. En un computo final, fueron cuatro horas de ocio viendo nuestra serie favorita. Eran capítulos repetidos, pero eso no les quitaban lo buenos.

«Worst Nightmare»| Patrick Stump.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora