Pero nada de eso importaba más ahora. El orgullo no le importaba. El dinero no le importaba. El tiempo no tenía importancia. Sin Baekhyun, nada importaba.

Caminó hacia atrás y lanzó el reloj en el cubo recolector, después dio media vuelta y se alejó.

Se dio cuenta con una repentina sensación de pánico que la persona colectando había dejado de sonar la campana. Chanyeol se congeló, con los hombros encorvados para protegerse del frío en su corazón más que del frío de afuera.

—No deje de sonar la campana. Por favor. Sígala haciendo sonar, porque... —su voz se convirtió en un susurro firme y se quedó mirando sin ver el camino cubierto de nieve—Cada vez que suena una campana...

—Un ángel recibe sus alas—una voz familiar, completó por él la frase.

—¿ Baekhyun?—la cabeza de Chanyeol se disparó. Dio la vuelta, entonces se acercó y empujó hacia atrás a la persona con lana gruesa que tenía la campana. Un montón de pelo sedoso.

—¡ Baekhyun!

—Yeollie...

Y entonces estaba en los brazos de Chanyeol.

—Dios, Baek... ¡realmente eres tú!—Abrazó al más pequeño fuertemente. Con miedo de soltarlo y que desapareciera de nuevo.

—Estoy aquí ahora... estoy aquí— Baekhyun leyó la expresión del rostro de Chanyeol, porque dijo--No te voy a dejar otra vez, esto es para toda la vida.

—Dios mío, pensé que te había perdido— Chanyeol sujetó el bello rostro de Baekhyun y lo besó una y otra vez—He buscado en todos lados, fui a todos los lugares donde estuvimos, buscando y esperando—Tenía la cara de Baekhyun en sus manos y sólo se tomó un momento para mirar al más bajito, para memorizar su cara, esa sonrisa maravillosa—He dado más dinero de lo que podía comprender. Todo. Todo. Nada importa más que tú.

Las lágrimas corrían por las mejillas de Baekhyun.

Chanyeol lo sostuvo tan condenadamente apretado y le susurró

—Mi ángel...

Baekhyun dejó escapar una risita y tocó los labios del más alto con sus delicados dedos.

—¿ Yeollie? ¿Tu ángel?

—Mi ángel caído. Has vuelto a casa por mí.

Baekhyun le sonrió, luego fijó una mirada extraña en el cielo. Le guiñó un ojo a algo brillante por encima de él, entonces regreso su mirada a Chanyeol, sonriendo alegremente. Inclinó su cuerpo pequeño en los brazos del más alto.

—Tal vez, sólo tal vez, Yeollie... todo lo que tenías que hacer era silbar.

***

Y seis años después de aquel día de Navidad, Chanyeol aún escuchaba campanas cada vez que besaba a su marido. Y cada vez, podía jurar que era el sonido más mágico que había oído nunca.

—Vi a Jongin en el estudio el otro día— Chanyeol de forma conspiradora le susurró en el oído a Baekhyun. El más pequeño arqueó las cejas.

—¿Cuántas veces tengo que decirte que dejes de espiar a tus empleados?—el hombre angelical, dijo con una sonrisa—¡y es a Jongin! ¡Pensé que era tu amigo!

—¡Lo es! Es sólo que... estaba actuando raro otra vez.

—¿Raro?

—Sabes cómo se pone a veces. Igual que Yoochun—respondió Chanyeol con una pequeña sonrisa.

El sonido de una campana ↬ ChanBaek ↫Where stories live. Discover now