11 | La adrenalina de lo prohibido

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A medida que vayan leyendo, unas me amarán y otras me odiarán. Solo les pido que respiren, se hagan un té y disfruten jaja. ❤️ 

Mica 🦋

Había cosas que pensé que jamás experimentaría.

Por ejemplo: ver a Santi Tassone cantando borracho una canción de Shakira, ser testigo de Clara haciendo cosas que muchos considerarían «indecentes», ver a Pacho explotar de rabia de una manera descomunal. Incluso, hablar con Nirvana sobre mi exnovio.

Claramente, la fiesta de Año Nuevo terminó en caos, y quizá todo comenzó con mi elección de disfraz.

A pesar de que las opiniones en redes sociales sobre mi cuerpo me habían vuelto un poco insegura en las últimas semanas, esa noche me sentí como una reina.

Sabía que iba a dar de qué hablar en esa fiesta, y esta vez quería que sucediera. Quería que todo lo que se dijera esa noche llegara a los oídos de mi exnovio y se arrepintiera de haberme dejado.

Me disfracé de la princesa Leia Organa de Star Wars, pero no usé cualquier disfraz de ella. Elegí el que ella usa cuando es secuestrada y encadenada a Jabba The Hutt. El 90% de mi cuerpo estaba desnudo, solo cubrían mis partes íntimas un sostenedor dorado que iba unido a una gargantilla, y en mi cadera estaba atado un cinturón también dorado, del cual colgaba tela solo delante y atrás, descubriendo mis muslos por completo.

Cuando mi chofer me dejó en la puerta de la casa de Santi, sentí mi corazón acelerarse debido a los nervios. Ya no había marcha atrás.

La persona de seguridad me pidió mi celular y lo guardó. Al parecer, Santi no quería ninguna prueba de esa noche, así que quizás estaba esperando que las cosas se salieran un poco de control. Luego, me guiaron hasta la parte trasera de la mansión donde ya habían muchas personas acumuladas bailando. Apenas había llegado una hora antes de medianoche y muchos ya estaban borrachos.

Busqué caras amigas entre la multitud, porque conocidas eran bastantes. Santi había invitado a un montón de modelos, actores, actrices, músicos famosos e influencers. Había pensado que la cosa sería más privada, pero él se había tomado en serio su fiesta. A medida que caminaba entre la multitud, algunas personas me saludaron con emoción y otros murmuraban cosas sobre mi disfraz, que no solo enseñaba menos que el decenas de conejitas de allí, sino que era mucho más bonito.

Cuando visualicé a Santi con sus compañeros de banda, decidí acercarme. Pacho no estaba con Tatiana, y aunque hubiera estado, no iba a dejar que eso me arruinara la noche.

—¿De qué se supone que estás disfrazado? —le pregunté a Santi cuando los alcancé. Todos se sobresaltaron cuando me vieron.

—Del rey de la fiesta, ¿no se nota?

Su torso estaba descubierto y mostraba todos los tatuajes que tenía, incluso uno nuevo que se había hecho en el costado. Solo vestía una corona dorada y un short negro de baño que llegaba por la mitad de sus muslos.

—¡Me encanta tu disfraz! —exclamó Clara antes de abrazarme con fuerza. Olía a vodka con jugo de naranja.

—A mí me encanta como te ves en el tuyo —admití. Se había vestido como Britney Spears en el video Baby One More Time, y le pegaba a la perfección.

Beto, que se había disfrazado de Elvis Presley, y Luis, que se había disfrazado de El Zorro, me saludaron con calidez, aunque no demasiada. Se formó un silencio incómodo cuando Pacho y yo nos miramos, sin saber cómo saludarnos. Ninguno de los dos se molestó en acercarse al otro, y apenas nos dedicamos una sonrisa forzada de boca cerrada.

Icónica [Indie Gentes #2.5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora