El papá de Baji se pasó al asiento de la chica y la abrazó de lado, soltando una pequeña risa de emoción. Los tres se habían puesto a llorar de la alegría que sentían y algunas personas que estaban cerca de ellos los miraban con curiosidad e incluso preocupación.

—Gracias por elegirme. —su voz sonó ahogada.

—También te agradecemos eso, pequeña. —susurró el papá, dándole un besito en la sien.

Cuando llegó la hora de irse, Kaida decidió bajarse en pleno centro de Shibuya para despejar un poco su mente. Últimamente todo estaba siendo realmente bueno para ella. Creía que, por primera vez, la vida le estaba sonriendo como debía ser, pero al mismo tiempo le asustaba. Ya que cuando era niña, una vez estaba pasando algo similar. Por alguna extraña razón en su casa se estaban comportando bien, pero fue cosas de días para que su padre volviera a denigrar a su madre y a ella como si fueran animales, basura.

Un cúmulo de gente frente a una tienda que la morena conocía a la perfección, la hizo desviarse de su principal objetivo: el burdel. Por su mente comenzaron a pasar los peores escenarios posibles, pero se calmó, ya que eso le hacía peor a su estómago. Habían autos de policías y una ambulancia y lo primero que Kaida pensó, era que habían herido a alguien. No podía ser Shinichiro, ya que ella sabía lo fuerte que era.

Lamentablemente ella estaba pensando mal.

Se hizo paso entre las personas y su corazón se encogió cuando sacaron a una persona en una camilla. No se veía su cara, pero el cabello todo alborotado de Shinichiro lo reconocería a kilómetros de distancia. Todo a su alrededor comenzó a dar vueltas y las voces de las personas se hacían más lejanas, pero dio todo de sí para mantenerse despierta. Quería saber qué había pasado, saber si su ejemplo a seguir estaba con vida.

Pero su mundo cayó cuando dos personas, dos chicos de solo doce años, salían de la tienda con un policía a sus espaldas. Los ojos de Kaida se llenaron de lágrimas mientras veía cómo Keisuke y Hanemiya eran esos dos jóvenes que habían sido arrestados por hurto a propiedad privada y además presunto robo y homicidio. Los ojos cafés de Baji se posaron en los de Kaida y la decepción que vio plasmada en ellos le hizo llorar con más fuerzas.

—¡Baji! —el grito de Mikey hizo que Kaida saliera de su trance para mirarlo. El rubio también la miró, confundido y asustado de verla llorando.

—Mikey, Kaida... —sollozó Keisuke—. Perdónenme.

Kaida miró a Kazutora quien por un momento posó sus ojos sobre ella, pero no transmitían nada, cosa que más le dolió a la chica. Cayó al suelo por no poderse más la carga del día. Los presentes comenzaron a gritar por ayuda, Mikey no sabía qué hacer, estaba en un estado de shock. Ella comenzó a gritar completamente dolida, golpeando sus nudillos contra el suelo, haciéndose daño. No estaba entendiendo nada, en su mente todavía no era capaz de procesar la verdad. Quería, anhelaba, que esto fuera solo un sueño, que nada era real, que estaba en su habitación teniendo una de las largas siestas que solía frecuentar con Keisuke, pero lamentablemente nada de eso estaba sucediendo.

Unos paramédicos se llevaron a Kaida a una ambulancia cercana para estabilizarla. Estaba ida, sus ojos desorbitados y no dejaba de llorar. Básicamente estaba paralizada, pues no reaccionaba a los estímulos básicos. Dentro de ella, en su mente, se podía ver a sí misma llorando, gritando, pataleando por lo que acababa de ocurrir, pero por fuera estaba quieta, mirando a un punto fijo, sintiéndose decepcionada.

¿Por qué? Era la pregunta que se repetía una y otra vez en su cabeza. ¿Por qué tuvo que decepcionarse de esa forma con ellos? ¿Por qué el mundo nuevamente le arrebataba a gente querida para ella? ¿Qué tenían en mente su hermano y amigo para irse arrestados? No entendía, tampoco quería hacerlo.

—Hay que llevarla al hospital.

—Está colapsado. Es mejor que se quede en esta camilla y esperemos a que reaccione.

Kaida tomó una gran bocanada de aire porque no estaba respirando y comenzó a toser de forma violenta. Los paramédicos rápidamente hicieron lo necesario para estabilizar el ataque de pánico que estaba teniendo. Manjiro estaba cerca de la ambulancia, preocupado por el estado de su amiga. Él no dejaba de temblar cuando le dieron la noticia de que su hermano había fallecido. Quería llorar, ansiaba por hacerlo, pero necesitaba de Kaida para lograrlo. Necesitaba que ambos compartieran su dolor.

—Lo logramos. —dijo la paramédica cuando Kaida volvió en sí, bajándose de la camilla con cuidado de no caerse, pues seguía mareada. Sus ojos hicieron contacto con los de Mikey y corrió hacia él, abrazándolo con fuerzas y comenzando a llorar.

Manjiro la abrazó. Sus ojos poco a poco se fueron llenando de lágrimas hasta que no aguantó más y rompió en llanto junto a Kaida. Pues aquellos dos niños, dos años después, se volvieron tan inseparables gracias al dolor de esta noche del 13 de Agosto del 2003, logró.

Hola gente, bueno, como dije en el "antes de leer" la historia estará completa ante del 14 de marzo, pero creo que no va a ser así jajaja

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Hola gente, bueno, como dije en el "antes de leer" la historia estará completa ante del 14 de marzo, pero creo que no va a ser así jajaja

Las actualizaciones serán lentas porque la otra semana comienzo la universidad, pero no se preocupen que la historia continúa sí o sí.

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pretty boy || kazutora hanemiyaOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz