tres

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Kaida llegó con tres botellas de soda para Keisuke, Kazutora y ella

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Kaida llegó con tres botellas de soda para Keisuke, Kazutora y ella. Los había dejado solos para que arreglaran sus diferencias, pues ella sentía que no encajaba ahí con ese tipo de discusiones. Ambos chicos se lo agradecieron y la fémina se dispuso a tomar asiento al lado de su gemelo de cumpleaños.

—Así que, Kaida. —ella miró a Keisuke—. Seamos amigos los tres, ¿Qué te parece? No habrá ningún interés de por medio. —sonrió, mostrando sus colmillos.

—Bien... solo que no sé cómo mantener una amistad. —confesó algo avergonzada—. Nunca había tenido amigos.

—Bueno, ahora yo, Baji Keisuke, soy tu amigo y no tienes que preocuparte por nada. Las cosas se van dando por si solas, porque forzadas nunca saldrán bien. Solo sé tu misma. —se puso de cuclillas, mirándola con ojos suavecitos—. Y yo junto a Kazutora, te querremos por como eres.

Los ojos de Kaida se llenaron de lágrimas. Nunca había escuchado eso de parte de otras personas, solo de su mamá, pues los que sabían que era hija de una prostituta, la miraban mal y con asco, justamente como su padre. Por eso le agradaba tener que escuchar eso de otra persona.

—Idiota, la hiciste llorar. —dijo Kazutora, abrazando a Kaida por los hombros.

—¡¿E-Eh?! ¡Juro que no quise hacerlo! —sus mejillas se tiñeron de rojo.

—Gracias. —susurró.

—Iré a comprar algo, espérenme aquí.

Keisuke corrió a una tienda dejando a solas a Kazutora y a Kaida. La chica ya más tranquila, decidió mirar a su amigo, quien seguía abrazándola de lado, pero su mirada estaba puesta en el suelo.

—Robaba dinero de mi mamá para dárselo a Junpeke cada vez que me lo pedía. —habló con voz baja—. Aun así.. él me dejó atrás y se fue solo. Siempre pensé en mí mismo como un árbol de dinero, pero cuando llegó el momento de que otra persona me lo haya dicho, no me lo quería creer. —sorbió por su nariz y Kaida hizo un puchero—. Es el peor cumpleaños de la vida y siento tener que arrastrarte a esto también.

—No, no te disculpes. —tomó la mano que reposaba en su hombro y la quitó de ahí para luego posarla en su regazo. Tenía unos leves rasguños por los golpes de hace poco—. Para mí fue un cumpleaños distinto, ya que pude conocer a alguien que también cumple el mismo día que yo y a pesar de todo, igual lo pasé bien.

Kazutora la miró fijamente a los ojos de color gris que brillaban levemente. Su corazón se había acelerado y tuvo que desviar la mirada antes de que Kaida viera sus mejillas teñidas de rojo.

—¡Llegué! —ambos niños miraron a Keisuke, quien tenía sobre sus manos un pequeño pastel con dos velas—. Antes de comenzar con el alboroto del día de su cumpleaños, vamos a cantar.

—Keisuke... —susurró Kaida queriendo llorar otra vez—. No debiste molestarte.

—Claro que sí. —se sentó enfrente de ellos—. Kazutora me dijo que fue su peor cumpleaños, pero que no quería que el tuyo también se sintiera así, por lo que se me ocurrió la grandiosa idea de hacer esto.

pretty boy || kazutora hanemiyaWhere stories live. Discover now