012.

149 12 0
                                    

Tras salir del hospital, en el que afortunadamente nadie nos reconoció, volvimos a aquel apartamento tan en silencio como habíamos ido. Yo estaba más tranquila sabiendo que no estaba embarazada y me aseguraría desde entonces que tomaría precauciones, en este caso siendo las pastillas que compró Jesse para mí.

Él no había dicho nada y no me gustaba su manera de actuar últimamente conmigo. Actuaba muy extraño y no sabía por qué. Se escondía de mí y no me contaba nada de lo que hacía ni los planes que tenía para nosotros. O si acaso seguía contando conmigo.

A ratos pensaba que a lo mejor se había arrepentido de haberme traído con él y no sabía cómo deshacerse de mí. Otra pregunta que llevaba rondándome varios días era por qué Jesse me había mentido todo este tiempo desde que nos habíamos conocido. Él confesó haber cometido todos los crímenes por los que había sido acusado y después empezó a culpar a Jason de todo.

Me hice un recordatorio mental de llamar a Marc para que me ayudara a investigar, tal y como habíamos hecho cuando apenas estaba conociendo a Jesse e iba a visitarlo a prisión. Necesitaba solventar todas estas dudas e incógnitas y sabía que él no me diría la verdad. Me volvería a mentir.

No pude evitar pensar si cada cosa que había salido de sus labios había sido una mentira. ¿Por qué me ocultaba las cosas? ¿Por qué sentía que se estaba distanciando de mí? Y lo peor, ¿y si yo era solo un títere que él necesitaba para su gran función?

De momento tenía que ser cautelosa con él, lo último que necesitaba era que sospechara de mí. Yo ya estaba enamorada de este hombre y, aunque él no lo estuviera, yo no tenía que hacer esfuerzo en ese sentido para que sintiera que me importaba de verdad. Ese pensamiento me puso algo triste.

Intenté dejar de pensar en cosas negativas y me esforcé en concentrarme en el ahora; antes de empezar a investigar tenía que hablar con Jesse para saber por dónde empezar. Quería saber si me lo contaría él antes de descubrirlo por mi cuenta.

—¿Qué nos pasa últimamente? —Pregunté cuidadosa, no sabiendo cómo se lo tomaría. Antes de decir yo nada, quería saber cómo lo interpretaría él, si pensaba igual o si estaba tan desconectado de mí que no entendía a dónde quería llegar.

Lo oí suspirar y vi de reojo cómo agarraba fuertemente el volante, sin siquiera apartar la mirada de la carretera delante de nosotros.

—Lo siento mucho, nena, sé que estoy ocupado últimamente y-

—Misterioso —le interrumpí, no pudiendo resistir la tentación de hacerlo. Sabía que, si lo dejaba seguir, me habría puesto alguna excusa barata como «te prometo que cuando acabe con todo esto, me centraré más en ti» y cosas que ya estaba cansada de escuchar en películas, demasiado como para escucharlas ahora de su boca.

—¿Qué? —Sonaba sorprendido y me pareció buenísimo actor. Yo me tuve que contener una risa.

Más que intrigada, ahora estaba enfadada. No me podía creer que me había hecho pasar casi un infierno apartándose de mí todos estos días en los que estábamos preocupados por si estaba embarazada, pero ahora de verdad que no tenía excusa.

De verdad que pensaba que, una vez que saliéramos de la clínica, volvería a ser el Jesse de siempre, el que se preocupaba por mí, el que era cariñoso conmigo y hacía bromas. Pero, para empeorarlo todo aún más, se estaba volviendo en un perfecto mentiroso.

—No te hagas el tonto —empecé, sonando más como un reproche—, sabes bien a lo que me refiero —ya no había vuelta atrás y me estaba sincerando con él—. Las llamadas a las tantas de la noche, te vas de la habitación en la que estoy para hablar y solo susurras, te escondes de mí, Jesse. Ya ni siquiera duermes conmigo, a veces me quedo esperando de madrugada esperando a que vuelvas y solo escucho la tele hasta que me quedo dormida.

#2 Implicit. ©Where stories live. Discover now