Entre los tres lo levantaron como pudieron y apenas consiguieron cargarlo hacia el sofá, donde el cuerpo de Jonathan no cabía. Era demasiado alto para el asiento. Doroteia se retiró para prepararle un té para cuando despertara y Fred se rio.

—A mi me tomó un par de desmayos acostumbrarme, créeme que será toda una experiencia.

—Trató de matarlos —susurró Olivia.

—Sí, es cierto, yo lo vi —confesó Lirp alzando su mano al aparecer sobre el hombro de Olivia—. Fue aterrador, pude ver mi vida pasar frente a mis ojos...Creo que merezco una galleta por las angustias ¿no creen?

—Buen intento, Lirp —señaló Fred—. Pero ya te han dicho que no más galletas hasta navidad. ¿Quieres brócoli? Tengo brócoli en la cocina.

—Puaj, esa cosa es venenosa.

—Yo sí quiero —pidió Kuch y se fue con Fred en su hombro—. El brócoli nos hace muy fuertes...O eso dice mi mamá.

Cuando Fred se marchó, Olivia trajo una de las sillas de la mesa para sentarse junto a Jonathan y le acarició la mejilla esperando que despertara. Fue como despertar de un sueño, abrió sus ojos algo adormilado y se enderezó bostezando, mucho más tranquilo y como si nada hubiera pasado.

—¿Cómo te sientes?

—Bien...Aunque...Tuve un sueño tan ¿curioso? No lo sé, pero tu tenías tres ratas parlantes de amigos.

Olivia se rio y Jonathan empezó a mostrarse preocupado otra vez.

—No estamos emparentados con las ratas —explicó Odo y Jonathan brincó lejos del sofá y al girarse lo encontró sentado en el respaldo de este, mientras Lirp caminaba de un lado para otro—. Pero tenemos un ancestro en común con los elfos.

—¡Ratas! ¡Voy a enseñarte, viejo amargado! Ven, ven, voy a enseñarte —. Lirp agitó sus puños en el aire mientras miraba hacia Jonathan y cuando se detuvo lo señaló con un dedo—. ¡Y soy muy guapo para que sepas!

El rostro de Jonathan no podía estar más desformado por la expresión de horror que había adoptado. Los miró con el ceño fruncido y luego miró hacia Olivia.

—¿No fue un sueño?

—Nop, son duendes de verdad, Jona y saben mucho sobre mi gema y los viajes en el tiempo. Ahora que recuerdo todo tengo muchas más preguntas que quiero hacerle.

—¿Escuchaste? —espetó Lirp—. Sabemos mucho.

Jonathan retrocedió cuando Lirp camino por los aires hacia él y sus rostros quedaron enfrentados. Era tan pequeño que podía aplastarlo con su mano y, aun así, Jonathan retrocedió hasta pegarse a la mesa.

—No me agrada, viajera, no lo apruebo para ti, debe haber habido un error —. Desapareció y se fue hacia la mesa donde ahora tenía su pequeño escritorio con cientos de papeles—. Deja resuelvo este malentendido inmediatamente.

—No, no, Lirp, no hace falta resolver ningún malentendido. Jona solo está asustado —. Lirp la miró y los papeles desaparecieron—. De verdad, denle tiempo ¿sí?

—Lirp es algo sensible, pero entendemos el miedo —aseguró Odo—. Fred reaccionó casi igual, aunque para este punto ya se había vuelto a desmayar.

—No me falta mucho —aseguró Jonathan y se dejó caer en una silla—. Creo que voy a vomitar.

Olivia le acarició los hombros, parándose a su espalda y Jonathan miró hacia la mesa y se acarició el pecho. Estaba a nada de morir, lo sentía, esas ratas le darían un infarto.

Vidas cruzadas: El ciclo. #2 COMPLETA. +18. BORRADORWhere stories live. Discover now