-Para-pidió pero en respuesta obtuvo una mirada sobre el hombro- Llevas días encerrada aquí-bufó tomándola de la cintura, pegando su cuerpo al de ella
-Tengo que acabar-musitó la muchacha luchando por zafarse del agarre
-Pero no hoy-protesto y empezó a repartir besos por el cuello de la joven
-Porco..., oye, espera
-Hmm...
Era exquisita esa sensación. Los labios de Galliard se paseaban por el cuello de la chica.
-Tienes que distraerte
TN se volteó, quenado cara a cara con él. Pasó sus brazos alrededor de su cuello. Con una sonrisa mordió su labio inferior mirando fijamente a los ojos olivo de su amado.
-¿Qué sugieres?
-Demos un paseo-contestó Porco con una sornisa
La sonrisa se le borró. Incrédula y sintiéndose como una tonta por pensar en algo que no, bajó sus brazos hasta el pecho del muchacho.
-¿Un...paseo?-trago saliva- Su-Suena bien
-Eres una sucia, TN. No creas que no sé en qué pensaste-pico suavemente la nariz de la mujer
-Cállate- susurró avergonzada- Es culpa tuya-lo separo de un pequeño empujón
-¿Mia?-rio
-Si. Tú siempre me das referencias
-Mentirosa-la tomó del brazo y la aprisionó contra el
-Mmm... ¿Debo recordarte quien nos encerró en el baño de los Braun solo para aliviar un dolor ahí abajo?
-Pero bien que lo gozaste también-habló entre dientes, recibiendo un pequeño golpecito en su brazo
-Cállate. Vamos antes de que me arrepienta
-Iré por mi caballo-anunció- Te veo afuera en diez minutos
-¿Iremos en caballo?
-Sí, hoy mi entrenamiento fue agotador. Apenas y puedo mantenerme de pie-excusó- No más preguntas. Te veo en un rato
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-¡Que lento!-se burló la muchacha rebasando a su amado
-Tu caballo es mucho mas joven que el mio-excusó negandose a ser derrotado
Por fin, despues de tanta espera, el corcel que TN habia adoptado hace mucho mas de un año, tenia la fuerza suficiente como para ser montado, claro, responsablemente y sin ser explotado. Empezó a cargar un par de pedazos de leña, despues el peso en su lomo se fue incrementendo poco a poco. Fue necesario tomar algunas clases de equitación, impartidas por el mismisimo Porco. Eso fue facil, lo dificil fue ponerle las herraduras, el pobre caballo relinchaba como si estuviera siendo maltratado, pataleaba y se paraba en dos patas, pero despues de tanto esfuerzo, fue posible pornerle las herraduras. Y claro que todo esto valio la pena. Corria como el viento. Era rapido. Despues de todo era para el bien del corcel.
