Mi destino eres tú (Calum Hood&Tú)

40. "Ya no somos amigos"

Bueno, quizás tenía algo de razón. Era muy egoísta de mi parte enojarme con ella, pero ¿No podía ser otra persona?

Lo peor de todo era que no era el hecho de que fuera Connor lo que más me había destrozado esa noche, sino que, el sentir que ella se alejaba de mí.

Entonces así sería ahora, ¿no? Ella estaría con Connor todo los días y no tendría tiempo para mí. No me iría a ver ensayar, no saldríamos a caminar, no iríamos a la playa a divertirnos con nuestros amigos y, si lo hiciéramos, ella llevaría a Connor. ¿Esa era la amistad que quería mantener conmigo desde ahora? ¿Por qué quería alejarme?

Yo no quería alejarme.

Caminé hacia mi próxima clase cuando vi a Connor. Mis ganas de golpearlo empezaron a aparecer, pero cuando la vi a ella caminando hacia el salón me di cuenta de que debía dejar de actuar así, por lo que traté de tranquilizarme.

Noté como Connor la vio y sonrió con la intención de acercarse a ella. Quería ser yo el primero que llegara, pero debía actuar sabiamente si quería a mi mejor amiga de vuelta. ¿Y si ella no me quería a mí de vuelta? ¿Y si decidió que Connor podía suplir mi papel perfectamente?

Algo dentro de mí dolió mucho, por lo que tomó toda mi fuerza de voluntad el no ir a encararlos. Cuando pasé por el lado de ellos fue _______ (Tn) la primera que me miró sorprendida. Seguramente esperaba que fuera e intentara separarlos. Lo haría, pero no todavía.

La clase comenzó y la vi sentarse en su lugar, pero no sin antes mirarme de reojo. Por la expresión en su rostro pude ver que notaba algo raro en mí y, de cierta forma, eso le preocupaba. Quería decirle que todo estaba bien conmigo y que solo estaba preocupado de que ella dejara de ser mi amiga. Que dejara de ser mi fresita.

Utilicé todo el periodo de clase para pensar en qué le diría cuando la enfrentara a la salida. Sería mi momento y debía estar preparado para ocupar las palabras correctas si quería arreglar nuestra amistad.

Una vez que sonó el timbre volví a la realidad y me puse nervioso. Estaba tan nervioso que ni siquiera noté cuando ella comenzó a caminar fuera del aula. Pero sí noté que, a diferencia de otros días, se demoró en guardar sus cosas y que, incluso, se acercó a la Srta. Sarah a hacerle consultas.

Tomé mis cosas y corrí tras ella. Como había notado, ella no se encontraba tan lejos y estaba totalmente sola, así que era una señal para que hablara con ella. ¿Señal? ¿De cuándo yo creo en esas cosas? Burradas.

—Hola. —la saludé cuando llegué a su lado.

Ella se encontraba guardando las cosas en su casillero. Sabía que me había visto llegar a su lado, pero que actuaría como si no lo hubiera hecho.

—Hola. —saludó sin mirarme.

Bien, nadie dijo que sería fácil.

—Me asusté. —reconocí sin esperar que ella girara a mirarme—. No quería que nuestra amistad cambiara por tu relación con Connor.

Ella volteó de inmediato, ni siquiera se enfadó al escucharme decir eso como siempre lo hacía. No lo negó, como de costumbre, solo siguió ordenando las cosas en su casillero y sacando lo que necesitaba.

No tenía nada más que decir, aunque sí tenía muchas cosas que decir, pero no había preparado tanto. Pensé que al decir eso ella se daría cuenta que era un malentendido y me explicaría todo, entonces volveríamos a ser como siempre.

La seguridad de siempre me jugó una mala pasada.

—Que yo tenga una relación con alguien no cambiaría mi amistad contigo. —dijo sorprendiéndome de que me estuviera hablando y haciendo que notara que ya se encontraba frente a mí mirándome—. ¿Lo cambiaría para ti?