Capítulo XI: Axel

8 3 0
                                    

—¡Cecily!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¡Cecily!

Axel no podía despertarla. Intentó todo lo que se le ocurrió pero la chica se negaba a salir de su sueño, se movía de un lado al otro murmurando cosas que no tenía sentido.

—¿Por qué no despierta? ¡Axel!
—¡No lo sé! Nunca antes la había drenado por completo, no sabía que podía hacerle esto. Ha pasado mucho tiempo. ¡Esto no es normal!
—¡Nada en esta situación lo es! —Marina hizo aún lado a Axel, se subió a la cama y comenzó a zarandear el cuerpo de Cecily hasta que sus manos quedaron rojas—. Esta ardiendo, quema.

Las manos de Marina estaban muy rojas, en cuestión de segundos unas enormes ampollas aparecieron. Mich soltó una maldición y se la llevó al baño para curarla.

—Le haz estado extrayendo poder los últimos tres años, deberías saber que hacer.

Axel salió de la habitación siguiendo la voz de Mich. Estaba encorvado sobre las manos de Marina haciendo algo que Axel no podía ver desde su ángulo de visión.

—Fueron cantidades pequeñas, nada tan grande como lo que hice anoche. Acostumbré a mi cuerpo a cierta cantidad de su poder, Cecily pensaba que la estaba drenando al completo.
—Un placebo. Usaste un placebo con ella.

Marina soltó una carcajada seca, apartó las mano de Mich y las metió bajo el agua de la bañera. Les dio la espalda a ambos para poder llorar, Axel sabía que no se debía al dolor. Lo hacía por la frustración, la ira que toda esa situación le estaba causando.

—Va quemar la casa si no logramos que se calme.
—No puedo seguir extrayendo más de su poder, apenas puedo soportar este. No consigo asimilarlo.

Marina se apartó de la bañera y corrió a la habitación, comenzó a arrastrar el cuerpo de Cecily hasta dejarlo caer al suelo. Ni siquiera el golpe logró traerla de vuelta.

—¿Ese es tu brillante plan?
—¡Cállate, Mich! Vamos a meterla en la bañera.
—El agua no apagará el fuego Fényx.
—Mi intensión no es apagar su fuego.

Entre Mich y Axel llevaron el cuerpo de Cecily hasta la bañera, el agua se calentó y burbujeó. Marina tomó una respiración profunda antes de empujar los hombros de Cecily hacia abajo.

La estaba ahogando.

—Hasta los Eriline necesitan oxígeno.
—Buena idea.

Mich la hizo a un lado, con los guantes Eriline sería más fácil para él mantenerla bajo el agua. No sentiría el calor de Cecily hasta que subiera en extremo.

Se quedaron en silencio contemplando el cuerpo de Cecily sumergido, el único ruido en la habitación era el burbujear del agua.

—No funciona, sácala.
—No —dijo, detuvo a Marina antes de que metiera las manos en la bañera para intentar sacar a Cecily de ahí—. Aún no.

OblaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora