Capítulo 35

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Veo que son las 10 de la mañana y acomodo a mi amor en la cama para poder prepararle el desayuno y que pueda tener un buen inicio del día.

Estoy por levantarme de la cama cuando ella abre sus hermosos ojos azules y me admira lentamente, el caso es que no estámos en una posición que nos favorezca mucho, ya que básicamente me encuentro casi sobre ella.

- Buenos días princesa -me sigue contemplando hasta que se le dilatan las pupilas y se relame los labios.

No vengan ahora pensamientos impuros, se los pido por favor.

Sin decir palabra alguna me sujeta de la remera y tira de mi para luego besarme profundamente, de una manera casi desesperada.

Le sigo el beso pero trato de que no vaya para nada más porque quiero que desayune.

- Ya vuelvo princesa -dejo un beso en su frente-, quiero prepararte el desayuno -hace un puchero tan tierno que podría convencerme pero no ahora-. Sólo va a ser un momento y vuelvo -bufa resignada y deja caer sus brazos sobre la cama, rendida.

Salgo de la habitación y voy a preparar el desayuno de mi princesa.

Narra Helena.

Me quedo acostada mirando un punto fijo en el techo y pienso.

¿Por qué me calmé tan rápido cuando estuvo él conmigo, siendo que antes no paraba hasta que me desmayaba?.

¿Será porque estoy enamorada de él? ¿O porque él siempre me hace sentir segura en sus brazos?.

Vi tanta preocupación en su mirada cuando tuve ése ataque que me hizo sentir tan importante para él, como si éso me hubiera hecho falta.

¿Será que el amor tan grande que tenemos es lo que nos ayuda a atravesar adversidades que antes nos eran imposibles?.

- Princesa -sonrío al escuchar la voz de mi Fabri y me levanto de la cama.

Voy rápido hasta la cocina y lo sorprendo con una bandeja que contiene el desayuno. Al verme se desilusiona.

- Tenías que quedarte acostada princesa, para que yo te lleve el desayuno a la cama y quedé todo muy romántico -hace un puchero tan tierno que me causa mucha gracia.

- A ver esperame entonces -salgo corriendo hasta la habitación y salto a la cama, me tapo con todo y acomodo las almohadas para poder estar sentada-. Amoorr, muero de hambreeeeee -simulo llorar y ahí aparece Fabricio con la bandeja y una sonrisa de oreja a oreja.

- Llego justo entonces para poder darle el desayuno a mi princesa antes de que muera de hambre -deja la bandeja en mis piernas y se me hace agua la boca al ver todo lo que preparó.

- ¿Vos vas a comer? -si bien hay muchas cosas pero ésto pareciera que no va a alcanzar para los dos, porque yo no como poco.

- Sí princesa -su cara denota duda.

- Lo digo porque ésto sólo parece que va a saciar mi gran y bonito estómago -sonrío coqueta y abanico mis pestañas a lo que él ríe.

- Si quedamos con hambre vamos a comer a otro lado, si querés -asiento y comienzo a comer.

Dios, no puede cocinar tan rico éste hombre.

Sigo preguntándome lo mismo, ¿Hay algo que no sepa hacer bien? Porque hasta ahora todo lo que viene haciendo está 10 puntos. Hablando en todos los sentidos posibles.

- ¿Te gusta, princesa? -asiento porque tengo la boca llena de comida.

Sepan entender que mi estómago es como un agujero negro.

Enamorada de mi psicólogo©Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang