😻AgustD y su Mochi😻 [Yoonmin] (+18)

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Tan pequeño. Tan frágil. Tan... Cuidable.

No podía evitar derretirse, ¿Y cómo no hacerlo?. Ese joven de 17 años era la cosita más linda y adorable que alguna vez había visto en su vida.

Quería mantenerlo en una linda cajita de cristal, en su bolsillo, para cuidarlo de todo el mal del mundo. Incluso de sí mismo.

-hyuuuuung... Otra vez tiene sangre en su camisa- un adorable puchero floreció en sus labios.

El pelinegro bajó su cabeza. Odiaba a esos niños malcriados, que hablaban como si fuesen bebés cuando eran adolescentes, que sean tan inocentes e inmaduros. Pero Jimin. Mierda. Jimin era tan... Especial.

Jamás le ocultó algo y aún así, aunque no sabía todos los detalles, seguía siendo el chico adorable que una vez rescató. -tiene olor feo- lo regañó mientras desabotonaba la camisa. -debe tener más cuidado ¿Qué le dirá a un policía si lo ve?- le quitó la prenda por completo y se la llevó para lavarla.

-lo siento Minie... Seré más cuidadoso- prometió mientras se acercaba para rodear su cintura desde atrás.

Se abrazó al pequeño cuerpo de su novio y hundió su nariz en su rosado cabello. Suspiró tranquilo. Fresas. El aroma de su pequeño era tan relajante. Lo amaba.

-¿Cómo estuvo el trabajo hoy Hyung?- lo miró.

Esa mirada. Carajo. Esa mirada tan... Inocente, dulce y madura a la vez. Lo volvía loco.

Su boca se abrió. Su garganta estaba preparada para hablar. Pero unos golpes en la puerta lo detuvieron.

Jimin no dijo nada, ya sabía cómo era. Se fue a encerrar en la habitación que compartían mientras que el mayor se acercaba a la puerta.

-¡Abre la puerta!-

Yoongi reconoció esa voz.

-¡Abre la puerta maldito desgraciado! ¡Traidor! ¡Te la he dejado pasar por respeto! ¡Pero ese niño tuyo que tienes ahí no se salvará! ¡¿Me escuchas?! ¡Lo haré completamente mío!-

Apretó el arma en sus manos. Quería hacerlo. Sería fácil. Abrir la puerta, un disparo y ya. Pero no. Sabía que habían muchos más hombres. Muchos más posibles victimarios de lo que le sucedería a su pequeño. No lo iba a permitir.

En completo silencio fue a la habitación. Su bebé ya estaba con su mochila en el armario.

-vamos...- le susurró.

Marcó un número en su celular y tras sonar cuatro tonos cortó la llamada. Se colocó un buzo negro y tomó su mochila, ya preparada, del armario, junto a un bolso lleno de armas.

A la mochila del menor le sumó un abrigo más grande, no quería que se enfermara. Tenía sus cosas de la escuela, su ropa, abrigo, ropa interior, algo de comida por si debían separarse. Estaban listos.

Yoongi cargó al menor y ató la delgada cintura de Jimin a la suya para que no cayera.

Cuando salieron por la ventana agradeció haber puesto su mano sobre la cabellera pelirrosa, pues si no lo hacía, se hubiera golpeado con el marco de la ventana.

Luego fue hasta el borde de la cornisa. Tomó con su mano derecha el lado izquierdo de la escalera de emergencia y luego apoyó su pie derecho en el escalón que tenía más cerca.

Un par de saltitos por parte de su pierna izquierda y estuvo pegado a la escalera, así que tomó uno de los escalones con ambas manos tras dar un pequeño envión con su pierna izquierda.

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