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Ya era un nuevo día.
Las horas ayer pasaron como si solo hubieran sido un simple parpadeo.
Sobra decir que el tiempo paso mas rápido que de costumbre, pero aun así lo disfrutaron, a ambos les hacia falta convivir con alguien.
Ahora como ya era un poco costumbre, Rui estaba sentado en una silla cerca del comedor. ________ preparaba el desayuno, esta vez sería algo nuevo a los ojos de Rui, pues preparaba varias cosas que no sabía que podían hacer un desayuno.
Por ejemplo: la nata que estaba usando o incluso las pequeñas moras dulces que consiguió en el mercado al despertarse temprano.
-¡Tará!━un plato con una pequeña rebanada de pan fue colocado frente a él, dejándolo algo extrañado ya que parecía que con el mínimo toque iba a romperse.-
La mueca extrañada de Rui le sacó una risa al peli-____.
-Ya veo, conque no lo conocías━tomó asiento frente a él con una porción propia, esta estaba adornada de varias frutas pequeñas━es pastel de nata. Una amiga me enseñó la receta y quise probarla.-
Aquel pastel de color blanco decorado con fresas y moras lucía bastante delicioso, así que sin pensarlo mucho empezó a comerlo.
En cuanto dio el primer bocado, fue como si sus ojos brillaran ante lo rico que estaba.
-No comas tan rápido, te puedes ahogar━dijo entre risas su acompañante.-
Él algo avergonzado siguió comiendo pero a un ritmo más lento.
Le seguía pareciendo increíble lo rica que estaba la comida que el de ojos heterocromáticos hacía, a ese ritmo prefería comer lo que él le preparara a los fideos instantáneos que algunas veces comía.
Al terminar, ________ se encargó de recojer y limpiar los platos antes de volverse a acercar a Rui y ayudarlo a reincorporarse, limpiando de su ropa las pequeñas migajas que quedaron.
-Es hora de tu medicina━volvió a decir, entregándole un vaso con agua y una pequeña pastilla.-
Tal vez no ayude de mucho la medicina, pero al menos hacía que tuviera la suficiente fuerza para poder hacer cosas como moverse sin que doliera.
Puso la pequeña pastilla en su boca y con un sorbo de agua la pasó, aunque terminó de beber el agua y de nuevo dejó el vaso en la mesa. Antes de que pudiera siquiera hablar volvió a sentir como alguien lo cargaba al estilo nupcial, se trataba de _______, quien empezó su camino hacia la habitación de Rui.
Ya que era la hora perfecta para que el pelinegro tomara un baño, no había mucho frío así que no tendría problemas. Y mientras él lo hacía, limpiaría su habitación.
Entró al baño para sentarlo en un banquillo y abrir la llave de agua caliente para que el agua empezara a llenar la tina, salió unos momentos para regresar con un cambio de ropa limpio y bien doblado.
-Creo que ya está lista, ¿necesitas ayuda?-
Cerró la llave y miró a Rui, sonriendo ligeramente aún con su mano dentro del agua para comprovar que estuviera perfecta.
-No, pero muchas gracias.-
Hizo otra sonrisa con sus ojos cerrados y salió del cuarto, cerrando la puerta.
No perdió el tiempo y se dispuso a buscar los plumeros y escoba para comenzar con la limpieza. Primero empezó con las telarañas, que siempre aparecían como si nunca las limpiara. Luego con el polvo en la ventana. Cambió las sábanas del futón al igual que la almohada y al final, estaba limpiando la pequeña estantería que estaba en una de las esquinas de la habitación, pasando el plumero por cada ligar empolvado que veía, hasta que en un descuido tiró por accidente uno de los libros en dicho mueble, escuchando el poco fuerte sonido que hizo.
-Ah..diablos, debería ser más cuidadoso━dejó el plumero encima del mueble y se agachó para recojer aquel libro.-
En cuanto lo levantó algo cayó de entre las páginas, un pequeño papel algo grueso, con curiosidad lo tomó con su otra mano y le dió la vuelta, apreciando como era una fotografía de dos personas.
Dos personas que conocía perfectamente bien, pues eran los padres de Rui, los señores Ayaki.
De manera inconsiente sonrió pero la curiosidad invadió su mente y aunque lo odiara, abrió aquel 'libro', descubriendo que había varias hojas usadas donde estaban escritas notas o textos no muy largo, en algunas ocasiones había dibujos de pequeñas arañas o florecillas en las esquinas de las páginas.
La primera nota que había en la libreta era la siguiente:
Hoy de nuevo tuve un ataque de tos. Sentí como me quedaba sin aire y mi madre tuvo que llamar a un doctor que me diera más medicina.
Mi garganta me dolió el resto del día y me asusté :(
Aquel pequeño texto lo sorprendió, pues sabía que era frágil pero no pensaba que tanto a tal grado de que su cuerpo doliera por los mismos espasmos que sufría.
Pasó la página, esta vez la letra parecía que fue escrita mientras se adormilaba, pues era descuidada y en algunas ocasiones el tamaño disminuía o las palabras se entrecortaban.
Mi padre estuvo con-migo hoy la mayor del día.
Comimos sandía. Había maripo sas
Aunque al final del día tuvo que irse por su trabajo
Pasó algunas páginas, leyendo muchas hojas donde mencionaba que su condición le hacía sentirse inferior o triste por no ser 'normal' como el resto de niños. Hasta que finalmente se topó con una que parecía ser de las más recientes.
Hoy vino un chico.
Mamá y papá habían hablado de él pero nunca lo había visto. Dijieron que apartir de hoy iba a cuidarme.
Es callado pero parece amigable.
Sus ojos me sorprendieron, tenía uno de diferente color al otro. Pero me gustaron, se ven lindos.
Pienso que-
Antes de que pudiera terminar de leer la hoja, escuchó el llamado de Rui. Por reflejo guardó todo lo más rápido que pudo y lo dejó en su lugar, apurándose en ir al baño solo para encontarse al pelinegro envuelto en una toalla de color azul.
-¿Podrías...ayudarme?━parecía avergonzado, pero con todo gusto sonrió.-
-Claro━se acercó a él para ayudarlo a levantarse, esta vez cargándolo sobre su espalda para llevarlo hasta el futón.-
Más tarde seguiría leyendo aquellas notas, pero por ahora se concentraría en hacer feliz a Rui.
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Tarta de nata con fresas: un postre en japón, común en los enamorados.
