GRAVITY | Steve Rogers ²

08 | te tengo

Una pantalla comenzó a sonar, atrayendo la atención de todos lejos de la tensión en la habitación. Bruce dejó el cetro—. Lo siento, no van a poder ver mi truco.

—¿Ubicaste el Tesseract? —preguntó Thor.

—Puedo llegar más rápido —dijo Tony.

—El Tesseract pertenece a Asgard —dijo Thor—. Ningún humano puede con él.

—No va a ir solo —le dijo Steve a Tony.

Tony apartó la mano de Steve de un golpe—. ¿Vas a detenerme?

—Ponte el traje, averigüémoslo —dijo Steve.

—No tengo miedo de golpear a un anciano —respondió Tony.

—Ponte el traje —repitió Steve.

—Dios mío —jadeó Bruce.

—¿Qué? —preguntó Freya, antes de mirar a Steve y Tony—. ¡Basta los dos!

—El Tesseract —dijo Bruce, antes de mirar al grupo—. Esta aquí.

Antes de que alguien pudiera reaccionar, el piso explotó y todos fueron lanzados hacia atrás por la fuerza de la explosión. El cuerpo de Freya golpeó la pared y se desplomó cuando Steve y Tony cayeron justo a su izquierda.

—Ponte el traje —le dijo Steve a Tony, esta vez no como una amenaza—. ¿Daniels?

—¿Sí? —gimió Freya.

—¿Estás bien? —preguntó Steve, ayudándola a ponerse de pie—. Tenemos que irnos.

—¿Dónde está Nat? —preguntó Freya, mirando a su alrededor en busca de su amiga—. No puedo verla.

—Estará bien —dijo Steve, mientras bajaban corriendo a los niveles inferiores.

—Motor 3 —dijo Tony, una vez que bajaron las escaleras—. Nos vemos allí.

Freya lideró el camino hacia el motor, Steve la siguió. Cuando atravesaron una puerta y vieron a tres hombres que se ponían a salvo, Freya jadeó. La explosión había arrancado parte de la nave, por lo que había un gran agujero que conducía a una caída directa al suelo debajo.

—Dios —murmuró Freya, agarrándose a la barandilla a su lado.

—¿Miedo de alturas? —preguntó Steve.

Ella sacudió su cabeza—. Miedo de lo que sucederá si esta cosa cae.

—Lo sé —respondió Steve, antes de mirar por encima de la barandilla—. ¿Tony? Stark, estamos aquí.

—Bien —respondió Tony, antes de aparecer ante sus ojos—. Veamos lo que tenemos. Necesito activar el sistema de enfriamiento antes de llegar a los rotores y quitar escombros.

—¿Qué quieres que hagamos? —preguntó Freya.

—Necesito que vayan al panel de control del motor y me digas qué interruptores están sobrecargados —respondió Tony.

Steve asintió, antes de saltar sobre el borde del corredor, dejando a Freya atrás. Miró hacia atrás, preguntándose cómo iba a lograrlo, pero Freya cambió la gravedad a su alrededor para formar una serie de pasos, siguiendo sus pies mientras corría hacia donde estaba parado Steve.

El asintió—. Eso es impresionante.

—Gracias —sonrió Freya—. Es divertido cuando camino en un círculo completo como una rueda de la fortuna. La gente piensa que es magia.

—Bueno, es magia para mí —respondió Steve.

—¡Sí, deja tus extraños intentos de coquetear y ayúdame! ¿Cómo se ve? —preguntó Tony.