Infidelidad | Kim Seok Jin & ____ | (Cuarto libro)

III

Infidelidad.

Probablemente SeokJin se había olvidado de la parte más importante durante estos últimos dos meses por estar ocupado, que ____ lo necesitaba en todos los aspectos posibles, que estaba hiriendola con su ausencia, con esa tonta excusa disfrazada de trabajo y oficina. Porque si existía algo más estúpido, era él evitando involucrarse en el período de embarazo de su esposa, apoyándola.

Trataba de no pensar más en las palabras de Eun-yeong y la desagradable discusión que tuvo con SeokJin, no quería sentirse más agobiada porque podría afectar al pequeño ser en su interior, pero..

"No, debe ser un mal entendido. Si eso es"

Con aquellas palabras en su mente se acercó al fregadero para lavar la taza ensuciada por el café. No iba darle más vueltas algo tan absurdo, no se preocuparía, Kim la ama con toda su alma.

Un ligero fruncido de labios y con un largo suspiro, miro en dirección donde SeokJin se encontraba guardando algunos papeles en el portafolio. Se miraba tan guapo, tan atractivo, tan cerca, pero inalcanzable al mismo tiempo, tan él. Ella se había enamorado sin pensarlo, a pesar de las circunstancias o malos momentos que estaban atravesando, su corazón simplemente lo reconoció, lo acepto y dejó de luchar para dejarlo entrar.

La castaña salió del trance cuando la mano de SeokJin acarició su mejilla con cierta cautela mientras le miraba a profundidad y el perfume masculino la inundaba.

- Hoy estas hermosa - con la cierta embriaguez en la mirada del pelinegro, ella cayó rendida y ruborizada - Tengo que arreglar las cosas con mi esposa antes de irme - susurro, acercándose peligrosamente mientras lleva su mano derecha hacia la nuca de la castaña.

- ¿No llegarás tarde? - el nerviosismo en la vóz de ____, le fascinó al pelinegro.

- Soy el jodido CEO, puedo llegar a la hora que me de la gana - dijo para seguido iniciar un beso profundo y feroz con ella, conforme ajustaba posesivamente sus manos en la cintura ajena.

Esta bien cometer los peores pecados, dejarte llevar sin importar nada. Así fue para ____, sintiendo las manos masculinas acariciar cada milímetro de su cuerpo, los labios contrarios besar su piel e invadir su interior con suma sutileza.

Lo había extrañado tanto, debia sentir que aún se pertenecían y complementaban, era tan hermoso para ella que incluso queria llorar y suplicaba que sus malditas ideas sobre SeokJin siendo infiel no eran más que eso, ideas.. Era tan hiriente pensar siquiera en aquello, que sus ojos se cerraron fuertemente, añorando borrar cada rastro de duda y desconfianza.

- Mirame - ordenó SeokJin antes de llegar al clímax, pero la castaña tenía miedo de mirarle, temor de encontrar la verdad en sus ojos, de ver esa expresión diferente y encontrarse con alguien desconocido - Debes mirarme, solo así me tendrás - el demandante tono usado por el pelinegro hizo que ____, abriera los ojos y lo mirará, encontrándose nuevamente con esa mirada sombría y llena de lujuria por parte suya.

La castaña sintió la fuerza de SeokJin al entrelazar sus manos y llevarlos a los costados de cada lado, hundiéndose en el colchón e intentando recuperar la pasión. Por alguna razón, no habia sido satisfactorio para ninguno llegar al final..

Quizá se debia al embarazo que el deseo no fluyera, tal vez el temor de lastimar al bebé o simplemente el cansancio de intentarlo..

- Es inútil seguir intentándolo, no quiero lastimarte y mucho menos poner en riesgo al bebé - sin decir más, consiguió su camisa, pero antes de que pudiese bajar de la cama fue detenido por la vóz de ___.

- No lo harás - añoraba que en verdad se quedara, aunque el silencio del pelinegro decía lo contrario.

- Te necesito tanto como tú a mí, pero no voy a exponerlos - los nudillos contrarios se deslizaron por las mejillas de ____ así como un seco beso en su frente - Te quiero - le dijo, sonando más como un consuelo por dejarla abondonada que en verdad sentirlo.

Ese mismo rato, SeokJin se arregló para ir a la Empresa, colocándose aquel perfume que había recibido como regalo de parte de Eun-yeong por agradecimiento de a verla recomendado con Hoseok y así pudiese entrar al bufete de abogados más importante de Corea.

- Te gusta mucho ese perfume, ¿Verdad? - la castaña pregunto recargada en el marco de la puerta de baño.

SeokJin le miró desde el espejo mientras se arreglaba la corbata y abotonada los últimos dos botones, sonriendo con descaro.

- Tiene un aroma agradable - dio uno que otro toque al cabello de su frente que fue peinado hacia atrás.

Ella le habia regalado algunos perfumes, recordando el estrés al que se sometió por querer buscar el adecuado solo por él, pero éste ni siquiera habia usado alguno y todavía hacían en su empaque, empolvados en la esquina del tocador.

- No olvides que hoy es la última cita con el médico para el ultrasonido - lo pudo ver fruncir los labios - Nos dará las indicaciones para el parto - se acercó cautelosa y le acomodo el impecable y elegante saco.

- Espero que la junta no se alargué. ¿Tienes idea de cómo son las personas adultas en los negocios? - la castaña negó, apenada - Insoportables. Trataré de llegar lo antes posible, ____ - un simple beso fue tatuado en la mejilla de ___, para así ser esquivada.

SeokJin abrochó el reloj en su muñeca y en ese momento la pantalla del móvil que hacia sobre el buró se iluminó a causa de una llamada entrante. Fue donde el aparato, vio el número, pero ni siquiera se molestó en responder.

- ¿No vas a responder? - la castaña hablo a sus espaldas.

- Es de la oficina, nada importante - el pelinegro apago tal aparato, guardándolo en su bolsillo. Se apresuró a caminar hacia la salida.

Con la incertidumbre en la punta de la lengua, la castaña dejó que la pregunta saliera de sus labios.

- Jin.. - el pelinegro se detuvo al escuchar su nombre y la miro - ¿Alguna vez me mentirías? - éste negó con una sonrisa en sus labios.

- Jamás lo haria - con un nudo en la garganta le devolvió la tenue sonrisa por la facilidad en la que su marido habia respondido, viendo cómo se acercaba nuevamente - Te quiero, ____. Nunca dudes de eso - las palabras se sellaron con un seco beso que no duro siquiera dos segundos.

Pero no fue suficiente, ella esperaba que él dijera algo más aunque doliera e incluso juraría que habia cinismo en su rostro.

Sería una pena que su matrimonio acabará cuando no tenían siquiera un año de casados.

~

- Ya sabes, Jin se la pasa trabajando. No creo que llegue a tiempo para la cita - espetó desganada desde el sofá donde se dispuso a descansar.

- ¿Como permites que te tenga tan abandonada?. Es un completo irresponsable - Eun-yeong le habia llamado hace diez minutos, minutos que se volvieron incómodos con el tema de la posible infidelidad de SeokJin, que la pelinegra saco - Deberías gritarle a la cara su... - fue interrumpida por una irritada castaña.

- Deja de decir que le reproche, no lo hare. Ya bastante tiene con pasar muchas horas en la oficina - la castaña escucho el bufido molesto de su amiga.

- Solo me preocupo por ti, amiga. Sabes que te quiero y no permitiría que ese imbécil te lastimara.

- Por favor, Eun-yeong. Te voy a pedir que no lo insultes. Jin es mi esposo, te guste o no y me ama - claro, ella debía entender que por más que le costase que ____ estaba casada con él.

- Si, si. No tienes porque recordármelo. De tan solo escucharte decirlo se me revuelve el estómago - musitó fastidiada.

- No entiendo porque Jin no te agrada, la última vez hasta le regalaste un perfume. Que por cierto le encantó - una sensación desagradable abrumó su pecho al decir aquello.

- Lo se - Eun-yeong dijo con descaro, dejando desconcertada a la castaña.

- ¿Lo sabes? - pregunto, deteniéndose en su tarea de reacomodar algunos papeles médicos.

- Cariño, sabes que a todos los hombres les gustan las fragancias frescas, de esas que definan su poder y clase -

Eun-yeong parecía conocer ese tipo de gustos, por supuesto, como abogada estaba rodeada de esa clase de hombres, como lo es SeokJin. No era para nada extraño que ella conociera ese gusto en su esposo.

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