Capítulo III. Asumir la irresponsabilidad.

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—TaeYeon esto...— MinHo, descendió un escalón, -solo uno-, y trató de tocar el brazo de su novia pero está se alejó de golpe, haciendo que el corazón del moreno latiera estrepitosamente ante su acción.

El "rechazo", era la mínima de toda la lista de cosas que sabía podrían pasar  y a las cuales se había hecho a la idea, cuando comprendió la gravedad de la situación y de hecho lo esperaba pero no por ello, era algo que, dolía menos de lo que había creído que lo haría en primera instancia. Claro, tampoco era como si hubiese tenido mucho tiempo para asimilar, las consecuencias de lo que sus acciones pasadas producirían.

Y ahora estaba enfrentándose a ello, a los problemas que vendrían junto a su grave error.

—Yeon...— susurró TaeMin, sintiendo que el corazón se le saldría del pecho, -literalmente-, en cualquier momento al ver la expresión de la chica.

Estaba hirviendo en pánico. Sudando frío, literalmente, por el miedo. En su cabeza en ese instante toda su vida se acababa de ir por la misma borda.

¿Qué iba hacer ahora? ¿Qué decirle a su hermana? ¿Cómo podría justificar, su traición y la existencia del bebé en sus entrañas?

No existía argumento alguno del que pudiera valerse. El negar a la chica lo que acababa de oír, era simplemente, un absurdo a esas alturas.

Un impensable.

No estaba preparado para enfrentar a TaeYeon. Todavía no. Por su mente, ni quiera había pasado, que se enteraría, -aunque era lógico pensar que tarde o temprano lo haría, sobre todo, cuando sus padres estaban enterados de ello-, y mucho menos que supiera quien era el padre de su hijo.

Al menos no así. No de una forma tan tonta. ¿Por qué todo parecía ir de mal en peor?

—No digan nada los dos, por favor...— les ordenó la rubia y ambos hombres, decistieron de hablar. Incapaces de sí quiera atreverse a mover un musculo. Estaban acorralados en todos sentidos y sin salida próxima.

Yeon no entendía absolutamente nada aunque la situación estaba clara en su totalidad.

TaeMin, su hermano, al que ella tanto quería y el hombre, al que amaba con todo su corazón la habían engañado e incluso había de por medio un bebé al que no se podía ignorar.

Dios, ¡un bebé, no era cualquier cosa!

Se sentía herida y traicionada, pero en especial confundida. Mucha. También estaba ampliamente sorprendida.

Ahora entendía mejor, el cambio en la actitud del chico y por qué no le había dicho absolutamente nada al respecto sobre su estado o si existía algún chico nuevo en su vida. No cuando ella solía ser la primera en saberlo.

Ella era ser su más grande confidente, la primera persona a la que TaeMin le contaba sus problemas. TaeYeon tenía en mente las tardes en que sentados a la sombra del tejado trasero, ambos se confiaban secretos y se pedían mutuo consejo.

¿En qué momento había cambiado la situación entre ellos?

Yeon, nunca había notado nada fuera de lo usual. Nada extraño u algo, ante lo cual, dudar, desconfiar de MinHo o de su hermano.

La "relación" entre su novio y TaeMin nunca, había sido buena. En realidad, desde muy joven Tae, había mostrado cierto recelo del moreno, nunca había dado indicio de algo más. De algo, que fuese romántico.

Y MinHo tampoco.

Su novio, siempre había sido claro en su opinión, sobre su hermano. Siendo sincero con su molestia respecto a las conductas de su menor y el mal trato, que esté solía tener, hacía su persona.

Voces del Corazón [2min] Where stories live. Discover now