—Que maravilla conocerlos al fin —. Estrechó la mano de Jonathan y también lo abrazó, tomándolo por sorpresa—. Su hija ha traído tantas alegrías a nuestra familia que no podía estar más agradecida de que mi hijo la conociera. Por favor, llámenme Noelle, debemos ponernos al día durante el té. ¿Ya han servido el té, hijo?

—Como siempre, madre.

Noelle saludó a los hermanos y hermanas de Amelia y se detuvo a inspeccionar a todas las mujeres como había hecho con Amelia. A algunas las felicitó por su aspecto y lo bien que se presentaban, pero con otras, como Marie y Gwendoline, no hizo comentarios y simplemente ingresó en la casa.

Se sentaron en el salón para tomar el té, Noelle intercambió algunas palabras con Dalia mientras se conocían y Jonathan sostuvo la silla de Olivia para ayudarla como era costumbre.

El té fue un ambiente agradable y la duquesa era una mujer simpática y sociable, aunque tal vez un poco más criticona de lo que a Olivia le gustaba. No la criticó a ella directamente, pero sí a sus hijas y eso para Olivia era como un golpe en el estómago. No le gustaba que criticaran a sus hijos, ellas eran buenas personas y distintos los unos de los otros, era cierto que Marie podía ser un poco más brusca y Gwendoline no era tan elegante como se esperaría, pero eran mujeres inteligentes y con carácter, Olivia no soportaba escuchar que las criticaran y tener que morderse la lengua, así que terminó consiguiéndose una excusa para abandonar el té.

Jonathan la siguió, conociéndola a la perfección y no le sorprendió que ella estuviera bufando cuando la encontró en el dormitorio. Estaba molesta, aunque también estaba intentando controlarse.

—Es una señora mayor, ángel y las señoras mayores no comprenden a las mujeres jóvenes de hoy en día.

—Aun así, no tiene derecho a decirme como educar a mis hijas.

—Supongo que no —. Se sentó en el borde de la cama y la miró—. Marie y Gwendoline son mujeres extraordinarias, no importa lo que otros digan, tu y yo sabemos que ellas llegarán muy lejos, ángel, pero no sin que el mundo las critique.

—No me gusta pensar en eso, no quiero que deban sufrir por las opiniones de otros.

—Todos debemos sufrir por las opiniones de otros tarde o temprano, es parte de crecer.

Lo miró y se acercó a la cama para sentarse a su lado.

—Supongo que tienes razón, pero igual no me agradó que las criticara.

Jonathan tomó su mano en la suya y entrelazó sus dedos con una sonrisa. Tenía el anillo de cuando se habían casado, el color del oro contrastando contra su piel bronceada y a diferencia del anillo de Olivia, el suyo era más ancho. Sonrió cuando ella lo acarició y la atrajo hacia sus brazos para darle un beso en la cabeza.

—Nuestras hijas están bien, hicimos un buen trabajo.

Asintió, confiando en sus palabras y calmándose con su consuelo y permaneció en sus brazos, disfrutando del silencio. Todos los momentos se sentían bien cuando estaba a su lado, sin necesidad de tener que hablar o llenar ese silencio.

Se recostó contra su hombro y él contra su cabeza y miraron hacia la nada con sus manos todavía entrelazada y sus dedos jugando entre sí.

—¿Me acompañarás a Maida Hill?

—Sí, ya he hablado con mi madre para que cuide de Elizabeth mientras no estamos. ¿Le dirás a Harvie?

—Lo he estado pensando, supongo que esperaré a ver si es necesario, porque realmente no quiero molestarle. Ha estado muy tranquilo disfrutando de sus vacaciones con Darion y sé que él quería olvidarse un poco del trabajo en este viaje.

Vidas cruzadas: El ciclo. #2 COMPLETA. +18. BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora