✧*｡ռɨñata ɨռɢɛռʊa✧*｡/human!fell Papyrus x reader/

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—¿Es aquí...? –el ambiente me daba escalofríos mirase a donde mirase. Parecía una mansión sacada de un videojuego de terror, enseguida supe que esto no sería nada fácil. Miré a Fell con los nervios a flor de piel –¿De verdad que ella vive aquí?, este sitio da miedo y... Tampoco es que pase mucha gente por aquí.

—Eso es por la cantidad de rumores que se esparcen sobre esta zona en concreto –se acercó hacia la verja de la enorme valla que nos impedía el paso – Creo que no será tan difícil colarse en el jardín pero, creo que el único problema que tendremos es el conseguir entrar ahí. –señaló la estancia mientras que yo me acercaba a él.

Observé la valla con detenimiento, quizás tenía razón y sería fácil cruzar el primer obstáculo, además de que prácticamente no había nadie caminando.

—Bien, ¿puedes usar tus poderes para poder pasarme al otro lado?

—Poder, puedo, pero creo que es más eficaz que haga esto –de repente, sacando sus manos de los bolsillos de sus pantalones, empezó a trepar sin dificultad alguna dejándome totalmente anonadada. Su fuerza era sobrenatural y la manera en la que se movía era ágil y eficaz. Posteriormente, después de haber atravesado la valla cayendo al jardín, abrió la puerta que nos impedía el paso –. No quiero cansarme usando mis poderes, de seguro que los necesitaremos más tarde.

Me sorprendió tanto que ni si quiera sabía que decir. Agité mi cabeza antes de dirigirnos hacia la enorme estancia, en donde la puerta, obviamente, estaba completamente cerrada. Las dos ventanas que estaban justo al lado estaban también con el cristal puesto.

Un aire de inseguridad recorrió por todo mi ser al escuchar crujir la madera que estaba justo debajo de nuestros pies. Parecía que esta mansión necesitase una buena mano de obra, además de limpiarla un poco por fuera.

Por suerte, justo en una de las ventanas había una pequeña rendija, en donde aprovechamos fácilmente para poder abrirla despacio sin hacer ningún tipo de ruido.

Fell me ayudó a entrar para luego él seguirme de cerca, sin embargo unos pasos en el piso de arriba nos alarmaron haciendo que buscásemos un escondite rápidamente. No nos quedó más remedio que meternos dentro de un baúl completamente vacío acabando por casi cerrar la tapa en cuanto conseguimos meternos con dificultad.

Escuchamos como esos pasos bajaban por unas enormes escaleras mientras que una voz femenina canturreando casi hacía eco en la estancia. Se acercó peligrosamente hacia nuestra posición, no obstante, el que tuviese una de las ventanas abiertas le llamó la atención desviando su trayectoria.

Mi corazón palpitaba rápidamente de lo nerviosa que estaba, no me esperaba el estar haciendo este tipo de cosas.

A punto de suspirar porque ya se estaba yendo, Fell colocó su mano en mi boca para que no dijese nada, entonces me di cuenta de que la chica se había parado en el sitio.

—Y corrió, y corrió, pero de mí no se escapó... –cantaba casi con un tono suave, quizás hasta hipnotizante –Y su vida no salvó... –acabó por proseguir caminando yéndose hacia otra otra habitación.

Al fin pude suspirar tratando de calmar mi ritmo cardiaco, no obstante, me di cuenta de la pose en la que estábamos el peliblanco y yo. Ni si quiera me percaté del cómo, pero él estaba justo encima de mí, con su abdomen casi pegado al mío. Sus ojos me observaban de una manera que no conseguía descifrar, pues parecía que brillasen en medio de la oscuridad.

Se medio rió al darse cuenta de que su mirada pasaba de mis ojos a mis labios y viceversa. Sin embargo, casi en contra de su voluntad, decidió incorporarse abriendo el baúl para poder salir los dos de ahí. Tragué saliva nerviosamente manteniendo mi inseguridad a flor de piel, pues al girar mi cabeza encontré un enorme cuadro con la tela un poco desgarrada.