Belleza Del Océano 2

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Mitos y leyendas, cuentos que viven para siempre, tan encantadores y mágicos que todos amamos escuchar. La temida y aclamada leyenda sobre las Bellezas del Océano abundan entre los marineros, nadie vive para verlas...

...¿Cómo sera convivir con tales criatura?

Nadie lo sabrá.

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-¡Carajo, cesos algosos! ¡Sueltalo!

James grito sin pudor mientras se discutía una soga con el Tritón rubio, quien hisseo ante el insultó y jalo con más fuerza, provocando que los del otro extremo fueran arrastrados.

-¡Perfecto! ¡Eso lo hará soltarlo! ¡Muy bien pensado! - se quejo Sirius atrás de James, ayudandolo a ganar la disputa o al menos a intentando hacerlo, ya que ni con los dos tirando la cuerda podían hacer que el Tritón la soltara.

Hace varios meses que los tritones los acompañaban, siendo una parte de la tripulación importante, cambiando algunas cosas, como que ahora desenbarcaban en lugares lejos de los muelles concurridos para poder hablar y planear tranquilamente con ellos, descubriendo mucho en el proceso: Barty era extremadamente curioso, tal vez demasiado para su propio bien, Regulus imitaba todo lo que veía y Lucius era quisquilloso como él solo, prácticamente limitándose a hablar con Severus y Remus, entre otras cosas.

Cosas como que Severus era un importante recurso para no desfallecer de hambre.

Ahora mismo, Severus, Remus y Peter habían ido al mercado para re abastecer la cocina, mientras a ellos se les ocurrió una maravillosa idea.

La maravillosa idea de llenar una sardina con chiles y lanzarla al agua amarrado a un señuelo de soga, esperaban poder atrapar a un Helege, un pez grande y escaso que va por presas pequeñas pero que el chile lo mata, era una delicia culinaria la pesca con chile de dicho pez, pues su carne quedaba con un esquisito sabor por el chile consumido.

Con lo que no contaban era con que Barty tenía más hambre que cerebro.

-¡Reg! ¡Ayúdanos! -pidió James al triton de cola negra mientras trataba de evitar que Barty los arrastrara aún más a la orilla.

Y es que una roca perfectamente sentado estaba Regulus, muriendo de la risa y limitándose a observar todo.

Cuando el capitán del barco lo llamó, Regulus sólo sacó su larga lengua azul en su dirección, salpicando agua con su cola sin tener la menor intención de ayudarlos, a ninguno de los tres.

James se mordió la lengua al ser plenamente consciente de que Regulus aprendió eso de él, que lo hacía para molestar a sus amigos y cometió el error de hacerlo frente al hermanito menor de Sirius.

-¿¡Y para que carajo la quieres, sardina sobrealimentada?! - regreso a la disputa por la soga.

-¡Sigue insultandolo Prongs! ¡Tal vez así logres encolerizarlo lo suficiente para que nos mate de una vez!

-¿¡y que quieres que haga?! ¡No suelta la-

-¡Barty! ¡Mira lo que encontré en el mercado! - llamo Peter muy alegre.

Barty giro la cabeza al reconocer aquella voz y soltó de golpe la cuerda, haciendo que los dos piratas cayeran con fuerza de una ridícula manera, resbalando por todo el suelo de madera mojado, sí, la consecuencia de vivir con criaturas marinas es que ahora el suelo estaba constantemente mojado.

Sirius resoplo por el golpe y se digno a abrir los ojos, encontrandose con dos orbe onix viendole con obvia burla y duda.

-Que sepas, ah sido culpa del pez- se defendió aún a pies del azabache.

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