Mutación 3/3

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Viejos enemigos ahora amigos.

—¿¡Black?!

—¿¡Snape?!

El podría considerarse como una de las personas más afortunadas de la historia post apocalíptica al estar vivo, en una pieza, sin radiación y con alguien que le cuidara la espalda.

¡Bueno! ¡Merlín dijo: A joderlo más porque el fin del mundo no me basta!

Tenía frente a sus ojos a nadie menos que Sirius Orion Black, su calvario desde inicios de su vida escolar y el hermano mayor de su amigo Regulus. El único Black en ir a Gryffindor y uno más de los repudiados que habían roto el supuesto honor familiar que se remotaba quién sabe cuántas décadas, uno pierde la cuenta cuando se acaba el maldito mundo y tienes que pelear contra bestias del cuádruple de tu tamaño para sobrevivir. El mago frente a él tampoco se veía muy feliz de verlo pero estaba igual de sorprendido que el más bajo por el reencuentro, ¿¡es que como carajo era posible esto?!.

A diferencia de él, Black tenía varios vendajes y rasguños en sus brazos, prueba de ello eran las vendas que cubrían dichas heridas, improvisadas vendas hechas con tela proveniente de alguna camisa que tuvo que ser rasgado, no podía juzgarle realmente, es decir, cada quien vivía a como podía. Su cabello negro y ondulado se encontraba sujeto en un descuidado chongo para mantenerlo fuera de su cara.

Ambos estaban apuntandose mutuamente con la varita, más prosiblemente por la incapacidad para reaccionar a la repentina y totalmente inesperada aparición del otro.

—¿¡Que haces aquí?!— preguntó más guiado por la increíble irritación que le daba no poder librarse de sus calvario a ni siquiera en el apocalipsis.

—¿¡Estas vivo?! —preguntó sin salir de su sorpresa el otro, no podía ser verdad, casi todos habían muerto o mutado y era una en un millon de posibilidades que se volvieran a encontrar.

—¡No! ¡Soy producto de tu inexistente culpa por tu descenso a la locura!— comentó con sarcasmo— ¡Obviamente estoy vivo! ¡No me ves hecho un vegetal en el suelo!

Vale, si era el Sly que conocía.

Nadie podía usar sarcasmo así en semejante situación.

Lentamente y sin dejar de mirar al otro bajaron las varitas, tal vez en un punto de sus vidas habrían peleado con ella aprovechando que nadie les detendría y sus acciones no tendrían repercusión como antes, pero ahora mismo no podían darse el lujo de matarse entre sí, es más fácil y heroico decir que moriste por ser comida de un mountro que porque te encontraste con tu enemigo de la escuela y se mataron entre sí por viejas riñas. Si...no era la mejor forma de morir tomando en cuenta la situación y hasta donde habían llegado ya.

—¿Cómo tú...?

—No tengo idea- respondió aquella pregunta que se quedó a la mitad.

—Sobreviviste a este desastre... ¿Y viniste aquí?!— pregunto con lo que parecía incrédula burla— ¿¡querías morir con estilo?

—Podría decir lo mismo de otros— soltó secamente— vine por lo que podría servirme y ya.

—No entiendes, alrededor hay mountros a los cuales no te gustaría enfrentarte- trato de razonar, al parecer se le veía preocupado.

—¿Y hay algún mounstro que de gustó enfrentar, cabeza hueca?.

Punto para la serpiente.

—Vaya que ni siquiera el fin del mundo te quita lo amargado— bufó Black.

One-shots HP (primera generación) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora