Capítulo 1: Primer Encuentro

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Busan, un numeroso grupo de adolescentes habían decidido ir a divertirse en el cementerio del pequeño pueblo. Era la noche perfecta, la lluvia, que había caído durante todo el día, había cesado hacía pocos minutos; dejando como rastro una espesa niebla que regocijaba a los adolescentes que aplastaban la tierra húmeda bajos sus pies.

—¿Han traído café? — se quiso asegurar Taehyung, en cuanto llegaron al sepulcro que usualmente ocupaban para reunirse

—Si — confirmó Hoseok, sonriéndole y mostrando un termo color vino

—Menos mal. Es una noche demasiado fría

Hoseok caminó hacia él y lo cubrió con sus brazos, de manera afectuosa. Ambos cerraron los ojos, dejándose inundar por la paz que les daba estar así de juntos. El resto de los muchachos observaron la escena durante un momento, antes de girar el rostro hacia otro lado, dándole a la pareja su propia intimidad.

Entre los adolescentes, había uno en especial. Jungkook, un muchacho de ropas completamente negras, que había clavado su mirada en la espesura que se levantaba más allá de donde estaba sentado, siguiendo, con su color verde, las sombras sin fin de un sendero que parecía más bien olvidado. Perdiéndose en la belleza del lúgubre paisaje. Ajeno a lo que el resto de sus compañeros hacían y platicaban. Adentrándose en sus propios pensamientos sin forma. Inmiscuyéndose en su propio silencio, en su propia soledad.

—Hey, ¿Qué pasa? — el amigable puñetazo de Namjoon sobre su hombro le hizo reaccionar. Sonrió, de manera apenas perceptible, y contestó:

—Pensar

—¿En qué? — preguntó el moreno, sentándose a su lado.

—No lo sé — admitió y era sincero. Su mente divagaba en nubes sin acepción. Imágenes sin estructura, que, contradictoriamente, le mantenían en reflexión.

—¡La fogata ya está lista! — anunció Taehyung, de manera animosa, aproximándose a ambos chicos, dando pequeños saltitos y frenando de manera súbita, de un momento a otro. Cubriendo su alegre expresión por una máscara del terror más infinito que alguien pudiera demostrar.

—¿Qué sucede? — preguntó Namjoon, más el chico no contestó. Permaneció inmóvil, con los labios entreabiertos y morados a causa del miedo. Y los ojos completamente dilatados y nublados.

—¿Taehyung? — insistió Jungkook, al ver a su hermano menor permanecer en ese estado por más de unos minutos. Hoseok, quien se encontraba alimentando la lumbre con unos trozos de madera, dejó su labor a un lado y se acercó a su novio — Taehyung — volvió a insistir, sin lograr que el chico reaccionara

—¿Qué pasa? — preguntó el rubio, tomándolo por los hombros.

—No sabemos, parece como si hubiera visto a un fantasma... — bromeó Namjoon, intentando quitar tensión al asunto, pero dejó de hablar al ver que Taehyung asentía al escucharle.

Todos se giraron para mirarlo de manera inquisitiva

—Taehyung, ¿Viste algo? — indagó Hoseok, con voz suave. El chico volvió a asentir, sin lograr salir de su terrible asombro, con su menudo cuerpecito temblando bajo las manos de él — ¿Qué fue lo que viste?

—Fan... Fan... Fantasma — soltó, con voz ahogada en pánico.

Todos voltearon a ver a Jin, cuando este se rio, sin poderse contener.

—Lo siento — se disculpó el chico de mirada azul — Fue inevitable. Taehyung, los fantasmas no existen

—Alguien pasó por ahí — señaló, el aludido, una espesura de árboles que se encontraba a espaldas de Jungkook y Hoseok, tratando de controlar su propio miedo para poder hablar — Lo vi por un segundo y, después, ya no estaba...

Almas enamoradas - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora