Banco De Esperma (Changlix)

Capitulo Treinta y dos

Changbin sonrió grande cuando miró a Felix tomar diferentes prendas y colocarlas enfrente de su cuerpo, lo adorable de esto era que se concentraba en si el color favorecía el tono de su piel, y no en su vientre que dejaba esa área más voluminosa.

-- Creo que este color va con mi tono de piel -- dijo mientras mantenía la camisa color rosa enfrente de su cuerpo --. La anaranjada me hace ver más gordo y me gusta pero siento que de todos modos ese color no queda conmigo -- bufó.

Changbin no pudo aguantar una carcajada, haciendo al mayor salir de su pequeña burbuja para ahora mirarlo desconcertado.

-- Creo que podemos llevar todos los colores del arcoíris y te seguirás viendo increíble -- sonrió sincero.

-- ¿Changbinnie, acaso no escuchaste lo que dije? Algunos colores no van conmigo.

Y el palido volvió a reír. Desde la primera vez que fueron de compras juntos, supo que Felix se tomaba todo el tiempo del mundo en busca de una prenda que en verdad le "favorecía" pero lo que este último no sabía es que para la mirada de otros seguía viéndose hermoso.

-- Necesita alguna talla en específico? -- la chica preguntó.

Felix asintió, necesitaría como cinco tallas más grandes a la que en verdad iba con él, su bebé no paraba de crecer y crecer, el mayor pensaba que dentro de poco estaría tan hinchado que no podría caminar y tendría que ir rodando a sus próximas consultas.

La chica lo analizó mejor después de que este bajó la camisa que anteriormente miraba en el espejo. Ella sonrió con ternura, pronto miró a ambos chicos intuyendo que eran pareja.

-- Enseguida buscaré las tallas que necesite pero si se les ofrece de aquel lado tenemos ropa de pareja. Están de suerte, acabamos de lanzar una nueva línea para padres y bebés, ustedes se ven lindos juntos, supongo que son la feliz pareja que ama vestirse igual -- sonrió -- Vengan por aquí.

Y ambos chicos quedaron helados. Felix miró a Changbin y Changbin a Felix, sus miradas se encontraron por un segundo. Segundo que logró hacer que se perdieran en ellas mientras sonreían inconscientemente. La chica suspiró con ternura, la química se sentía por todos lados. Y eso fue el causante de que apartaran la mirada apenados y Felix rápidamente desapareciera del lugar para escabullirse por algún pasillo de la tienda.

Changbin se quedó ahí perdido en sus pensamientos ¿Qué estaba pasando? Él estaba seguro de que Felix no le gustaba. Era guapo pero había algo que lo mantenía cerca y esta vez no era su bebé, era algo más. Tal vez todavía no lo comprendía pero no sabía que su subconsciente lo tenía muy en claro, cuando al fin lo asimilara sus respuestas serían contestadas, todas y cada una de ellas pero... ¡No! No podía pensar en Felix de esa forma, no de esa forma menos amistosa. Sus ojos se nublaron ¿Qué sucedía con él? Mordió su labio intentando retener un sollozo pero todo desapareció cuando escuchó su voz..

Su cuerpo se giró automáticamente buscando entre toda la gente su angelical voz. Era él, estaba demasiado seguro, conocía a Seungmin como a su vida misma.

Y ahí estaba, este alagaba a Woojin y a Chan que al parecer si se habían interesado en esa ropa de pareja. Lo miró sonreír, este sonreía mientras aplaudía con aprobación. Seungmin parecía feliz mientras él se sentía vacío y solitario por dentro. Sus pies comenzaron a andar sin notarlo. Cuando se dio cuenta tres pares de ojos lo miraban.

Seungmin lo miró con un brillo en sus ojos pero después apartó la vista. Chan devolvió la prenda que anteriormente llevaba en manos para ahora sobar la espalda del chico a su lado. Woojin imitó su acción, entrelazado su mano con la libre de Chan.

-- Creo que necesitan hablar –- Chan miró a Changbin para después caer en Seungmin, casi diciéndole muchas cosas con la mirada.

Woojin y él desaparecieron después de eso. Ambos se quedaron en silencio, Seungmin no apartaba su mirada del piso. Changbin acercó su mano lentamente hasta tomar su mentón y elevarlo. Sus ojos se encontraron ante la acción.

Sonrió ante Seungmin y este también, ambos estaban a nada de llorar y ya lo hubieran hecho si no fuera porque se encontraban en un centro comercial, rodeados por gente que estaba comprando ropa.

-- ¿Podemos salir de aquí? -- su voz sonó débil, retumbando en los oídos del moreno.

Asintió, el menor también lo hizo. Pronto comenzando a caminar fuera del lugar. Ese momento aprovechó Changbun para informarle al mayor que se había encontrado a Seungmin y que irían a charlar, pero que Chan y Woojin se encontraban en el mismo lugar y antes de lograr salir por completo de la tienda notó que la pareja y Felix ya estaban charlando.

Regresó su celular a su bolsillo trasero mientras seguía a Seungmin. Caminaron hasta una cafetería cerca del lugar. Pidieron y se sentaron en la mesa más alejada de la poca gente que en el lugar se encontraba. Ninguno decía nada, se habían quedado sin palabras.

-- Changbin, yo... -- su voz se cortó.

-- Seungmin... -- las orbes oscuras del palido buscaron las del más alto -- ¿Qué nos pasó? -- preguntó.

Y Seungmin terminó por romperse. Las gruesas lágrimas bajaron por sus mejillas. Le dolía, claro que sí y esa pregunta terminó por matarlo.

-- No... No lo se, Changbin -- pronunció apenas.

El nombre del otro nunca se había escuchado así de extraño y doloroso. Aguantando las inmensas ganas de llorar tomó la mano de Seungmin para acercarla hasta su boca y dejar un pequeño beso. El otro no estaba bien, seguía llorando y ante ese acto sintió su corazón fracturarse un poco más.

-- Si fue por mí, lo siento... –- susurró rendido.

Seungmin negó millones de veces, no era por él, al contrario, nunca había conocido a una persona como Changbin que supo como cuidarlo y amarlo. Al contrario de eso Seungmin estaba confiado cien por ciento que Changbin era el amor de su vida y le agradecía toda esa felicidad que le pudo regalar pero ahora todo era complicado. El rubio solo quería terminar todo, tenía tantas cosas que lo volvían débil, necesitaba repararse a él primero antes de poder amar libremente. Seguía pensaba que Changbin se merecía a una persona que si pudiera darle hijos y pensamientos como ese eran los que destruían su alma en mil pedazos. Muchas veces el mayor le dijo que para amar por completo a una persona tenía que amarse primero y eso iba a hacer.