Capítulo 28

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✨Hola, hola, solo vengo a agradecer por las lecturas, amo esta historia y queria compartirla con ustedes en mi shipp favorito lxs amo✨




Tenía la cabeza vacía, no se me ocurría nada. Abrí la boca, pero ni siquiera pude pronunciar un sonido. Apenas y respiraba. No, ni siquiera podía hacer eso. Sentía el pecho apretado, solo entonces me di cuenta de que estaba conteniendo la respiración.

—Sí, ah, ah, sí...
El alto y agudo gemido de la mujer perturbaba mis oídos. Ni siquiera sabían que estaba parado allí. Las manos de Mingyu tocaron su cuerpo, espalda, piernas y pecho. La vista fue impresionante, retrocedí e hice un ruido al golpear la puerta. Fue entonces cuando Mingyu levantó la cabeza; al mismo tiempo, nuestros ojos se encontraron. Por un momento no dije nada. Mi cabeza estaba hecha un lío. Mingyu parecía llamar mi nombre, pero no era como si lo estuviera escuchando, solo salí corriendo de la sala de espera.

También parece que vi Choi junto a un conductor que estaba con él, pero no tampoco era como si los estuviera viendo realmente. Estaba aturdido, me volví loco y salí del aeropuerto.

—Ah... Ah... Ah.
Solté varios suspiros.

El aire frío que soplaba cubría mi cuerpo, mi corazón dolía. Me senté en la calle, agarrando mi pecho mientras jadeaba, mi respiración era pesada.

Era un sueño.

Llevé mis manos temblorosas hacia mi cabello. Esto era ridículo, había visto mal.
No había sido Mingyu. Había sido otra persona.

¿No era Eunwoo? ¿No era el Alfa dominante al cual le había mordido el pene? Entonces, ¿quién estaba ahí?
Era un Alfa de ojos morados, con pelo oscuro y un olor terriblemente dulce.

—Wonwoo.
De repente, alguien me llamó y me agarró por los hombros. Me asusté. Mientras continuaba sentado en el suelo frío, miré hacia arriba sorprendido, aquel hombre me miró. Era el mismo que había estado esperando, pero que no quería ver ahora. Era Mingyu.

—¿Qué pasó? ¿Tienes frío? —preguntó casual.

Realmente no me lo podía creer, incluso sentía que había visto mal. Mingyu se acercó a mí, luciendo confundido. Me agarró un brazo para levantarme y frunció el ceño por un corto tiempo, luego sacudió mi ropa y dijo:

—Estas sucio.
Todavía estaba perplejo, parpadeando mientras lo veía. Mingyu me abrazó de inmediato, como si pensara que mi condición era extraña.

De repente me cargó, mis pies flotaron en el aire, giró su cuerpo y caminó con una gran calma. El auto en el que viajaba no estaba muy lejos de nosotros, a lo lejos también se veían los guardaespaldas que estaban alrededor. Mingyu entró en el auto sin dudarlo, sosteniéndome, después cerró la puerta y al cabo de unos minutos arrancó el coche.

Mingyu no espero demasiado. Inmediatamente después de que entramos puso sus labios y empujo su lengua en mi boca. Acabe aceptando su hábil beso, chupó mis labios y acaricio mi paladar. Mingyu continúo besándome mientras yo estaba perplejo mirándolo.

—Ah…
Mingyu soltó un profundo suspiro lleno de satisfacción.
—¡He pensado en esto, todo este tiempo!
Traté de decir “yo también”, pero el sonido que salió de mi boca, fue diferente.

—¿Quién es ella?
Mingyu no respondió en el momento. No era una evasión, simplemente no sabía de quién estaba hablando, así que estaba tratando de recordar. Espere pacientemente su respuesta. Fueron solo unos segundos de silencio, pero el tiempo estaba siendo tortuoso.

—Bueno, no he visto la etiqueta de su nombre.
Hablaba tan casualmente mientras intentaba besarme, pero mi cabeza estaba un poco más confundida que antes.

¿Y luego qué pasó? ¿Estaba diciendo que solo paso por ahí y la beso? ¿Cuándo y cómo la conoció? ¿Por qué lo estabas haciendo allí? ¿Estabas planeando hacerlo con ella?

Tenía tantos pensamientos en la mente que no sabía qué decir. Era la primera vez que estaba tan confundido. Entré en pánico, y un mal pensamiento penetró mi mente, causando un desastre. Mingyu continuaba besándome, pero lo alejé. Él frunció el ceño ansiosamente y me miró.

¿Por qué haces esto? Quería preguntar, pero no puedo hacerlo. Era muy aterrador.

—¿Por qué...?
Mi voz agrietada apenas fluyó de mi garganta, necesitaba tomar agua, pero no podía. Mi boca parecía arder así que traté de hablar con mucho esfuerzo:

—¿Por qué regresó hoy? ... Jeongyeon dijo que debió regresar ayer... pero aumentó un día más al horario del viaje. Las palabras continuaron saliendo sin dudar. Mingyu no tenía ninguna intención de evitar mi pregunta, aunque yo ya sabía cuál sería su respuesta.
—Tuve una fiesta.
Retiró su mano de mi rostro y yo me apresuré a retroceder. Inmediatamente mi espalda golpeó la puerta del auto. ¿Acaso era este auto tan estrecho? Sin embargo, no sentí ni el dolor ni la incomodidad. Solo miré a Mingyu con un rostro de sorpresa.

¿Fiesta? ¿Qué fiesta? ¿Era verdad? ¿Realmente había ido ahí?
¿No era una mentira?

Quería hablar, pero ninguna palabra salía. No, ni siquiera sabía si lo había dicho, aunque ya sabía la respuesta. Sabía que tipo de fiesta había sido…

—¿Por qué...?
Una terrible y temblorosa voz salió de mi boca. Mis oídos comenzaron a vibrar por el sonido de mi corazón adolorido. Al mismo tiempo, mi rostro se distorsiono, la cabeza me dolía.

—¿Por qué tener una fiesta así... y quedarte un día más? Mingyu me miró con el ceño fruncido. No tenía idea del por qué había hecho esa pregunta. Realmente no lo entendía en lo absoluto.

—Tú y... Estamos durmiendo juntos —proteste de forma miserable. Tenía derecho a hacerlo, al menos eso pensé, incluso en este momento lo creía.
Solía pensar que no había forma de que este hombre pudiera traicionarme.

—Ah.
Mingyu suspiró profundamente, como si pensara que era patético.

—No estabas en condición de tener sexo conmigo.
Me quedé perplejo por un momento. Lo que había dicho era cierto. Era un punto muy bueno, pero no era la respuesta que esperaba.

—¿No es así?
Pensé que tenía que hablar con calma de alguna manera, pero mi cuerpo no estaba tan dispuesto. Sostuve mis manos temblorosas firmemente sobre mis rodillas.

—Fue solo una semana.
Mingyu mantenía una sonrisa en su rostro mientras me miraba, no podía hablar ante la sorpresa.

—¿Entonces debería haberte esperado hasta que te mejoraras? ¿Cuánto tiempo?
Se rio brevemente, como si hubiera sido absurdo.

—Es una locura.
Mi mente pareció alejarse, mi cabeza estaba vacía. Numerosas preguntas y resentimientos aparecieron. Mingyu todavía estaba frente a mí. Lo estaba mirando y él me miraba. Nada había cambiado, pero mi mundo estaba desapareciendo sin dejar rastro.

No podía creer la realidad por la que ahora estaba pasando.

De pronto, el coche desacelero. Habíamos llegado a la mansión. Mingyu miró por la ventana y dijo:

—Será mejor que puedas hacerlo la próxima vez.
Me tomó un tiempo entenderlo. El sonido de su risa cuando el auto se detuvo inundo el interior.

Mingyu abrió la puerta del auto, pero fue completamente diferente. Mi campo de visión estaba distorsionado y mi corazón adolorido. Después de destruir mi mundo, él sonrió con la misma cara de siempre. Extendió su mano hacia mi mientras yo permanecía inmóvil, no la tomé por lo que él se acercó a mí y me agarró del brazo, luego me cargó sobre sus hombros.

—¡...!
No era de extrañar que quisiera abrazarme. Ante la idea, todo mi cuerpo se endureció. Sin embargo, él no parecía preocupado así que siguió adelante. Forcejé para salir de su agarre.

—Espere un minuto.

—¡Ten cuidado! Está vez, lo dejaré pasar. Mingyu me detuvo con una voz aguda.

Lo miré con un rostro frío.

—... Por favor, déjeme. Espere...
Mingyu cerró la boca. Sus intenciones eran obvias. El lugar al que nos dirigíamos sin ninguna duda era su habitación, el mismo lugar donde ya había mezclado mi cuerpo con él varias veces.

Incluso en esos momentos, todavía tenía una real esperanza. Si hablamos de nuevo, estaba seguro de que él lo entendería. Le diría lo dolido que estaba y del por qué tenía una buena razón para estarlo.

Volví mi mirada temblorosa hacia su rostro, él solo sonrió brevemente mientras me veía. De repente, tuve ganas de llorar. Estaba enojado, pero estúpidamente solo quería perdonarlo.

Sin conocer mi complicada mente, Mingyu entró a la habitación y me recostó en la cama sin desnudarme. Aquel lugar que me era tan familiar de repente se sintió extraño. El dormitorio lleno de feromonas estaba recién ventilado y ordenado.

Mingyu se subió encima de mí para intentar besarme.

Lo esquivé y lloré.

—¡Mingyu... espera, espera, espera!
Él frunció el ceño. Su razón de disgusto había sido obvia, parecía estar ansioso por abrazarme, su pene excitado que presionó mi vientre, lo demostró y, su aroma de feromonas que había sido sutil desde un inicio se hizo más fuerte. Me estaba volviendo loco por el olor.

—De Verdad... ¿Te acostaste con alguien más solo porque no tuve sexo contigo? Estaba enfermo...
Mientras hablaba, gradualmente me di cuenta de la realidad. Sentí como mis ojos se calentaron.

—¿Cómo pudiste hacer eso?... No es como si se acumularan tantas feromonas en una semana. Si hubieras pensado en mí, podrías haber esperado un poco más... Al menos por mí. ¿Acaso habría sido diferente si lo hubiera hecho? ¿Podría haberle dicho que lo hiciera porque estaba bien? Sé que no puede evitar acumular feromonas. No podía hacer suposiciones sobre lo que no sucedió, pero al menos quería sentir lástima por mí mismo.

—¿Por qué debería hacer eso?
Mingyu habló con el ceño fruncido.
De repente me quedé sin palabras, parpadeé. Mingyu solo se rio cínicamente, como si yo hubiera dicho algo fuera de lugar.

—No te debe importar con quién tenga sexo. ¿Por qué debería decírtelo? ¿En qué estás pensando? Incluso si me gustas, solo estoy teniendo sexo contigo.
Inesperadamente su voz llegó a mis oídos con tanta claridad. Todo lo que podía escuchar era su brillante voz.

—Te quiero... Te dije que te quería... Ni siquiera piensas en mí. —Apenas dije.
Esa había sido mi última esperanza.

Si él me hubiera dicho que me amaba, yo lo hubiera olvidado todo. Podría haberlo besarlo y abrazado... solo si no negará mis sentimientos, pero… fue su risa corta la que me sorprendió.

—¿Qué significa decir algo “así” durante el sexo?
Eso había sido todo. Intenté hablar, pero las palabras no salieron. Él continuó hablando:

—... No tiene sentido, ¿no?
¿Acaso todas las palabras tan dulces que había dicho eran solo porque estábamos teniendo sexo? ¿No tenían sentido? Pero... yo lo había creído. Estaba cegado por sus palabras, por él.

—Pensé que estábamos saliendo...
Mingyu murmuró al tiempo en que soltó una breve risa:

—¿Parece que estoy saliendo con toda la gente con la que tengo sexo?
Aunque era poco probable que tal sueño se convirtiera en una realidad, perdí totalmente mis esperanzas ante sus palabras. Todas sus palabras y acciones que pensé que habían sido porque me amaba, en un instante llegaron a un final completamente diferente. Este hombre solo quería tener sexo conmigo. Le gustaba mi cuerpo y solo disfrutaba teniendo sexo conmigo. Había sido mi error. Yo había sido solo una de sus muchas parejas sexuales con las que él se acostaba. La brutal realidad me golpeó la cabeza. Al fin podía verlo claramente. Todo lo que había pensado era mi fantasía. Este hombre no me había dado una respuesta porque mi confesión no había significado nada para él, solo había sido como un gemido durante el sexo que desapareció en el aire.

Solo entonces me di cuenta de la realidad y dolió...dolió demasiado.

Este hombre nunca me había amado.

—¡Detente...!
Empujé su cuerpo con mis manos. Pero Mingyu, que esparcía besos alrededor de mi cuello, de pronto alzó la mirada asombrado por mi repentina negativa.

—¿Qué sucede?
Parecía irritado de mi constante rechazo. Sin embargo, no podía dormir con este hombre ahora. Tenía que organizar mis ideas y me era imposible si estaba ahí con él. Con urgencia intenté salir debajo de su cuerpo, pero Mingyu presionó mis hombros otra vez.

—Déjame ir... No, no lo haré.

—¿Qué estás haciendo? Cálmate un poco. Mingyu se molestó y me atrapó.

Traté de salir, pero fue imposible así que finalmente comencé a rogarle.

—Por favor, Mingyu... Señor Kim. Ahora no puedo hacerlo. Me sentí tan miserable que las lágrimas comenzaron a fluir cuando me di cuenta que él solo me veía como un compañero sexual; y que yo no valía tanto para él como creía. Pero, él no me entendía en lo absoluto. Con un breve suspiro, Mingyu intentó besarme de nuevo mientras yo trataba de evitarlo, agarró mi barbilla y aplastó por la fuerza sus labios contra los míos. Lo empujé y golpeé su hombro con fuerza, aunque fue en vano así que utilicé el último recurso que tenía.

—¡...!
Mingyu apartó sus labios y retrocedió un poco. En cambio, yo solo pude sentir el sabor a sangre en mi boca. Lo miré con lágrimas en los ojos y dije con voz temblorosa:

—No... No lo hagas. No tengo ganas ahora... Ya no voy a hacer esto con el Sr. Kim.
Apenas podía hablar. A esas alturas, pensé que lo aceptaría. Él no era del tipo de hombre que obligaba a un compañero a hacerlo. Solo era uno de sus muchos compañeros sexuales.
Traté de levantar mi cuerpo pensando que no continuaría con esto, pero de repente me derribo de nuevo, poniéndome boca abajo. Lo miré sorprendido. Él solo me miró con una mezcla de disgusto y ansiedad.

—¿Qué estás diciendo?
Su voz sonó tan intimidante.
Mingyu parpadeó un par de veces y amargamente suspiró, luego habló con una voz tranquila:

—No te preocupes. Querrás hacerlo tanto como yo.
De repente, sus ojos morados se colorearon en oro junto al aroma de sus feromonas que se espesaron tanto que mi cabeza se confundió.

—No, detente... ¡Para! —grité con urgencia, aunque él no se detuvo.
Intenté dejar de respirar a toda prisa, pero me fue imposible.

—Ah.
Tan pronto como aspiré una bocanada, una feromona oscura me envolvió, mareándome al instante.

¿Qué estaba haciendo?

Mi cabeza estaba borrosa y mi cuerpo impotente. Sentí mi cerebro derretirse lentamente, como si fuera una clase de pudín. Pero a diferencia de mi voz que gritaba que se detuviera, mi entrepierna se humedeció a causa de sus feromonas.

Mingyu sonrió brevemente al revisar mi entrada.

—¡Mingyu, por... favor!
Él solo me observó mientras rogaba, luego desató su corbata, me quito la camisa, se desabrochó el cinturón y lo tiró al piso, sin prisas ni impaciencia, con naturalidad. No podía huir ya, estaba empapado. Mingyu extendió su mano y bajo mis pantalones mojados.
—¡No...!
Lloré, eso fue lo único que pude hacer.

Mingyu introdujo su pene en mi agujero sin ninguna dificultad.

Mi cuerpo tembló.

“Puck, puck”

Varias veces se escuchó el sonido del golpe de nuestras carnes hasta que pronto, Mingyu llegó hasta el fondo.

Por un instante se detuvo. Siempre se detenía para disfrutar de la estrechez de mi interior. Tocó mi cuerpo, parecía disfrutar del verme temblar, sostuvo de nuevo mi cintura y entró y salió lentamente para luego aumentar la intensidad.

—Ah, Ah, Ah —gimió encima de mí mientras movía violentamente su cintura.
Yo simplemente me retorcí, dejando que hiciera lo que quisiera. Sus movimientos continuaron.

Estaba mojado.

Había reaccionado tanto a sus feromonas que mi cuerpo ya no respondía a mi voluntad. Su pene entraba fácilmente y mi interior lo recibía para hacerlo sentir bien.

Todo mi cuerpo parecía haberse convertido en un órgano sexual.

Mis lágrimas continuaron cayendo, y ya ni siquiera podía entender que estaba pasando, solo quería que terminara. Mingyu gimió y eyaculó dentro de mí. Podía sentir como un fluido espeso invadía cada rincón de mi interior y…

Era terrible.

✤✤✤✤✤✤
No fue sino hasta el amanecer que Mingyu me dejo ir. Fue sorprendente darme cuenta de que mi ciclo de calor no llegará a pesar que él expulso una gran cantidad feromonas. Eventualmente, la razón desapareció por completo y lo acepté, colocando mis brazos alrededor de su cuello mientras mi cuerpo lo recibía plenamente, independientemente de mi voluntad e incluso, me subí sobre él. Cada vez que Mingyu eyaculaba, mi estómago vibraba de felicidad. Finalmente, después que él resolviera su lujuria, su feromona que había estado derramando sobre mi cuerpo se desvaneció. Sin embargo, aun podía sentir el semen que había derramado en mi interior. Fue entonces cuando recordé que era un Omega.

Mi corazón ardió por la desilusión y el odio. Me sentí aturdido. Choi y Seokmin se habían burlado de que los Alfas dominantes eran como animales, pero en realidad, los animales eran los Omegas. Como yo. Estaba aturdido por las feromonas y las había aceptado.

Me había transformado en una bestia loca por el apareamiento.

De pronto, miré la cara de Mingyu con un campo de visión nublado, tenía el aliento agitado mientras me miraba. Me sonrió. Puso su mano sobre mi cabello, tan dulce como siempre, luego, se inclinó. Sabía lo que sucedería después y así como lo esperé, me besó. Fue como si me diera un premio, pero cuando sus labios se separaron lo abofeteé. El sonido fue tan fuerte e impotente. Todo lo que pude hacer fue golpear su mejilla con la palma de mi mano por que ni siquiera pude tener el poder de apretar el puño.

—... ¿Qué haces?
Mingyu había sido el primer hombre al que había golpeado en la mejilla. Me estremecí y lo miré.
—Yo... Si vuelves a soltar tus feromonas sobre mí... Te mataré.
Fui más sincero que nunca. Me apoderé de toda mi fuerza restante y lo empuje hacía atrás. Su cuerpo retrocedió un poco, pero fue suficiente para mí. Salí de debajo de él. Cuando caí al costado, tragué involuntariamente un aliento áspero. Mi corazón palpitó y sentí como mis lágrimas se acumularon en mis ojos, pero apreté los dientes y lo soporté.

—Espera... ¿Qué estás...?
Mingyu me agarró por el brazo.

Intenté zafarme con todas mis fuerzas, pero él no me dejo ir.

Por un momento perdí la razón.

—¡Déjame, no me toques! ¡Déjame ir, no me toques! ¡No, no, no...! —grité y luché.
Fue sorprendente ver mi propia determinación.

Mingyu, quien me vio llorar, finalmente me dejo ir. Por primera vez, se dio cuenta de que hablaba en serio. El silencio se hizo presente. Respiré hondo y lo miré. Mingyu no dijo nada, solo me miró sorprendido.

—Al amanecer, saldré de la mansión.
Mi voz se quebró, las palabras no salían correctamente, sin embargo, hablé sobre el dolor de las cuerdas vocales:

—Gracias por su consideración. Pronto, le buscaré a su nueva compañera Sr. Kim.

—... ¿Qué?
Mingyu respondió como si no entendiera de lo que estaba hablando, pero yo no tenía la intención de explicar más.

—Esta es la última vez. En el futuro, no dormiré con usted Sr. Kim. Si me obligas entonces...

—¿Fuiste forzado?
Mingyu no me dejo terminar, tenía una expresión escandalosa ya que ni siquiera entendía lo que había hecho. Después de todo, él creía que yo había abierto mis piernas a voluntad porque lo aceptaba. Sin embargo, él ignoró los hechos. Respiré brevemente hasta que apenas hablé con una voz normal:

—Muchas gracias.

—Espera un minuto. Quédate ahí.
Él intentó retenerme, pero yo solo recogí mi ropa y salí del dormitorio. Eso era todo lo que necesitaba para mantener mi orgullo. Tan pronto como cerré la puerta, mis rodillas se doblegaron; y el semen que se derramó a través de mi entrepierna, escasamente cayó a través del pasillo cada vez daba un paso, pero yo ya no me sentía avergonzado. Después de todo…

Ya estaba hundido hasta el fondo

KML - Meanie - MinwonΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα