Capítulo 27

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Mingyu guardó silencio por un minuto. Lo miré con valentía. En ese instante pude ver lo estúpido que era sin mirarme al espejo, mi cara estaba enrojecida, pero él no se rio de mí. En lugar de hacerlo, inclinó la cabeza y me besó. Abrí los ojos.

—Sí —dijo con una suave sonrisa, su voz tenía un tono de credulidad.
En este momento, una confianza ciega hacia él surgió de dentro de mí. Lo abracé. Cerré los ojos y escuché el sonido de su corazón, se oía irregular y se sentía un poco rápido. Estábamos conteniendo la respiración lejos del evento, ocultos en un pequeño escondite de conejo. Lo único que escuchaba era el sonido de su corazón. Eso era lo único que ahora existía para mí en el mundo. No había razón para esconderse. Lo pensé vagamente.

La dulce ilusión de que él y yo quedáramos solos en el mundo, me calentó sin cesar. Mingyu, que guardó silencio por un momento, susurró:

—¿Estás excitado?
Una voz suave llegó a mis oídos. Dudé y levanté la vista. Su rostro medio iluminado me estaba mirando, y su sonrisa, en su cara no fue tan diferente a la usual. Hablé después de tragar saliva seca:

—... Sí —dije un poco apenado.
Pude ser audaz en este momento porque Mingyu y yo éramos los únicos que quedábamos en este mundo.

Sí, realmente lo era. Mingyu era el único en mi mundo y él se sentía igual que yo. De lo contrario, ¿cómo era que podía besarme así?

Me abracé a su cuello y lo besé. Cada vez que mis labios chocaban con los suyos se emitía un sonido húmedo. Sus labios estaban lamidos y mordidos. El beso fue infinitamente dulce. De repente una sonrisa salió de sus labios.

—¿Por qué?
En lugar de responder, mordí su labio inferior. Mingyu me volvió a besar. Solo se detuvo cuando puso su mano dentro de mi pantalón. Inmediatamente separó nuestros labios y me miró. Mi cara estaba caliente.

—... No te lo pongas.
Cuando apenas habló con su voz ronca, se echó a reír. Me pregunté por un momento, qué significaba eso, pero Mingyu movió nuevamente su mano dentro de mi pantalón. —... Huh.
Solté un pequeño gemido y su frente se distorsionó.

—Bien hecho —susurró en mi oído.
De pronto, sus dedos buscaron mi lugar más íntimo, fue entonces cuando levanté la cintura para pudiera moverse con mayor facilidad. Pronto, sus dedos fueron directamente a mi entrepierna. Respiré profundo cuando uno de sus dedos frotó mi agujero. Repentinamente caímos al suelo, el musgo en el piso se adhirió suavemente a nuestra piel. La camisa salió por sobre mi cabeza, mis pantalones se arrugaron sobre mis tobillos y luego quedaron en el piso. Mingyu puso su cuerpo sobre el mío, desnudo.
Desesperadamente traté de desabrocharle los pantalones.

—No es justo.

—¿Por qué?
Mingyu sonrió como si fuera divertido, luego mordió ligeramente la punta de mi nariz. No me dolió en absoluto.

—Solo yo estoy desnudo... —hablé con una voz tímida.
Mingyu separó mis piernas.

—Tienes muchos lugares para tocar.
—¡Ah!
Liberé un largo suspiro mientras su pene se movía lentamente en mi interior.
—Estas muy mojado —dijo y comenzó a moverse más rápido.
Gritaba cada vez que Mingyu entraba. Mi interior estaba húmedo. El sonido de nuestros cuerpos resonaba en todo el pequeño escondite. Coloqué mis brazos alrededor de su cuello. No podía estar satisfecho simplemente con el contacto de su pene en mi entrada. Quería todo de él.

—Quiero comerte todo.
Mingyu mordió mi cuello y yo apreté el interior con un breve grito. Su frente se distorsiono cuando me soltó.

—Duele.
Se quejó, golpeando ligeramente mi frente.

—También me duele —respondí.
—Estoy siendo paciente.

¿Paciente? ¿Qué hubiera pasado si no hubiera sido paciente?
¿Él realmente me hubiera comido?

Sentí una emoción temerosa y desconocida.
Mingyu se rio.
—Sí, podría comerte algún día. En estos días, realmente... estoy muy loco. —Mingyu murmuró para sí mismo y suspiró— : Sólo pienso en ti. ¿Puedes creer que estás todo el día en mi cabeza?
Parecía una declaratoria de rendición. Me sorprendí y abrí los ojos.

—Solo pienso en hacerte esto todo el día. Dios mío. ¿Qué me has hecho?
Parecía culparme aunque, por el contrario, se rio agradablemente.

No podía creer lo que estaba escuchado, pero era real. Mingyu frotó sus labios contra los míos.

—...Yo también.
Mi voz salió entrecortada.
Mingyu me miró de una forma amigable y yo me confesé una vez más.

—Yo, todo el día... solo pienso en ti.
Él se rio nuevamente, luego susurró mirándome:

—No tanto como yo.
Poco después, Mingyu me besó de nuevo y comenzó a moverse.

—¡Ah! —gemí ante sus movimientos.
Mi corazón latió presuroso. Fue en ese instante en que lo pude ver, este hombre nunca me lo había dicho, pero yo ya lo sabía.

Mingyu me amaba.

Fuegos artificiales resonaron en mi cabeza y todo mi mundo brillo. Este hombre me amaba como yo a él. Apresurado, me abrace de su espalda mientras él entraba y salía, las yemas de mis dedos se resbalaban, de pronto Mingyu se sacó la camisa por la cabeza. Presioné las puntas de mis dedos sobre los músculos tensos de su espalda, mis uñas lo arañaron. Mordí su hombro y rodeé su cintura con las piernas.

«Oh, Dios mío. Este hombre me ama».

Estaba lleno de emociones locas, mis quejidos se desbordaron, pero él no se detuvo. Sus gemidos resonaron en mis oídos uno tras otro con una respiración agitada mientras esparcía besos por toda mi cara.

—Oh, ah... Ah. ¡Mingyu...!
El sonido de mis gritos se oyeron por todas partes. No podía soportarlo, rodamos juntos por el suelo. Cambiamos de posición y terminé encima de él. Miré hacia abajo y pude ver su rostro mientras me penetraba violentamente, grité. La posición cambio nuevamente, Mingyu se puso ahora sobre de mí.

—¡Ah...!
Solté un largo quejido. Mi mente voló lejos por la cantidad de fluidos que llenaron mi interior. Su cuerpo tembló sobre de mí y yo rodeé su cintura con mis piernas para presionarlo aún más.

¡Quería que me llenara todo!

Mingyu respiró hondo hasta que terminó de eyacular.

¿Por qué tenía una expresión tan hermosa?

Cerré los ojos y lo besé, él empujó su lengua dentro de mi boca mientras yo me abrazaba a su cuello.

✤✤✤✤✤✤

Era tarde por la noche cuando volví a la mansión con un traje desordenado. El evento benéfico no quedaría en mis recuerdos, sin embargo, había hecho una donación. Después de eso pensé que no era necesario regresar. No era solo Mingyu el único loco. Yo tampoco podría estar del todo cuerdo. Todo su cuerpo estaba caliente y su aliento agitado. Mingyu continuó besándome en el coche y solo hasta antes de llegar a la mansión fue cuando me dejo ir.

Me tomó entre sus brazos y se bajó del auto. Entramos a la mansión como era de esperar, con los brazos envueltos sobre su cuello para poder sostenerme. Debido a la sensación abrumadora que sentía, enterré mi cara en su hombro tanto como me fue posible. Por lo tanto, tan pronto como entramos a su habitación, Mingyu cerró la puerta y caminó hacia la cama.
Cuando me recostó, me colgué de él y lo besé. Lo abracé del cuello y él separo mis piernas. Su cremallera no estaba del todo cerrada al igual que la camisa que no estaba abotonada. Fácilmente me quitó los pantalones. De repente, el aire frío rozó mi piel, pero antes de que pudiera frotarme los hombros, Mingyu se abalanzó sobre mí. Ya estaba lo suficientemente húmedo y no había razón para esperar. Sin embargo, no lo estaba haciendo fácil.

—Por favor...

—Por favor, ¿qué?
Me preguntó mientras dejaba de frotar mi entrada húmeda con su pene.

Mingyu sonrió brevemente, le gustaba mi reacción. Sin descanso, enredo sus labios con los míos. Pronto, su miembro erecto entró en mí, respiré profundamente. Mingyu me besó y me acaricio lentamente un pezón mientras me agarraba una nalga al mismo tiempo en que entraba y salía constantemente. El sonido de nuestros cuerpos chocando, se hizo más violento todavía.

—Ah...
Finalmente, Mingyu dejó de moverse con un profundo suspiro mientras vertía sobre mi interior su semen, apreté con fuerza para no perderme nada. Él terminó sin ningún esfuerzo, fue entonces cuando sonrió y besó mi mejilla como si me estuviera felicitando. Abrazó mi cuerpo y me giró sin salirse para ponerme sobre su cuerpo. Pensé que lo haríamos de nuevo, pero Mingyu permaneció quieto. Me acosté sobre su pecho y me quedé dormido, por supuesto no fue muy cómodo para mí, pero estaba claro que a él si le gustaba. Y una vez más, solo dejé que lo disfrutara.

—Ah...
Mingyu suspiró satisfecho con los ojos cerrados mientras succionaba suavemente mi boca. El pulso que sentía dentro de mi cuerpo era tan intenso que mi mente se quedó en blanco. Mingyu acarició mi mejilla en silencio. Yo solo lo miré después de que abrí mis ojos. Mi interior se hinchó poco a poco y el pene de Mingyu comenzó a erguirse de nuevo. Respondí al beso y esperé a que se endureciera por completo. De repente, tuve un mal pensamiento.

Mingyu preguntó:

—¿Qué sucede?
—No, nada. Solo pensé en algo.
—¿Qué?
Le contesté mal:
—Obviamente había alguien que dijo que no les gustaba el sexo, pero siento que últimamente es todo lo contrario.

—Estabas tentándome. Protesté:

—¿Sabes que no tuve tiempo para hacer eso?
—Lo hiciste —dijo Mingyu, agarrando mi trasero—. Tu cuerpo lo dijo todo, querías dormir conmigo.
El hecho de saber que este hombre me quería me daba mucha confianza. Mingyu sonrió y agregó:

—He caído en la tentación. De repente pregunté:

—Dijiste que no te acostabas con hombres. ¿Y ahora te ha tentado uno?
Mingyu se rio a carcajadas.

—Sí. ¿Por qué no me acosté contigo en primer lugar? — susurró, luego me besó, yo simplemente cerré los ojos mientras sentía el viento frío sobre mi piel expuesta.
Mientras temblaba, Mingyu me abrazó y preguntó:

¿Hace frío?
—Sí.
Mi voz vibró débilmente.

Mingyu me abrazó más fuerte y yo me quedé quieto con la cabeza recostada sobre su hombro, fue entonces cuando él comenzó a moverse de nuevo.

—Ah...
Suspiré profundamente.

—Sí, no hace mucho calor. —Mingyu suspiró y me colgué de su cuello—. Oh, Dios mío. Esto es realmente increíble...
Mingyu gimió mientras continuaba penetrándome, él estaba más emocionado que nunca. Lo abracé fuerte e intenté satisfacerlo lo mejor que pude. Al darse cuenta me abrazó. Quería hacerlo por más tiempo, pero un escalofrío estalló por todo mi cuerpo.

—Oh...
Respiré hondo y todo mi cuerpo se estremeció.

Era claro que la fiebre estaba a punto de aumentar. Me pregunté si quizá sería un resfriado, pero él no notó nada, mi cuerpo continuó temblando por dentro, estimulando el suyo.
Mingyu estaba completamente fuera de razón.

—... ¡Maldición, Dios!
Él estaba tan emocionado, pero mis mareos y escalofríos se hacían cada vez más evidentes así que todo lo que podía hacer era abrazarlo con todas mis fuerzas. Debido al frío, todo mi cuerpo se tenso. Mi condición no estaba siendo comprendida, mi cuerpo temblaba porque no me sentía bien, pero él pensaba que lo estaba tentando, dando como resultado sus violentas embestidas. Cerré los ojos y luché por superar los mareos hasta que, finalmente eyaculó dentro de mí, su fluido se sentía mucho más caliente.

El frío no se detuvo y mi fiebre continuó subiendo, aunque Mingyu estaba muy satisfecho con eso. Me quité de encima suyo y me recosté de lado; fue entonces cuando él levantó una de mis piernas mientras me abraza por la espalda, entró y salió de nuevo, yo levanté el trasero para que su pene tuviera mayor movilidad, sin embargo, los escalofríos continuaban. Hacía demasiado frío, sentía mucho dolor; aunque Mingyu parecía estar más excitado que nunca. Quería decirle que parara, pero no pude hacerlo porque en ese instante me besó.

—Creo que tengo un resfriado... —dije cuando nuestros labios se separaron.
Él solo respondió insignificantemente:

—Está bien. Me gusta, porque tu cuerpo está caliente. Luego unió nuestros labios.

«¿Y si se enferma?» pensé.

Estaba preocupado, pero no pude hablar. Mi mente seguía alejándose y el sonido que intentaba emitir no salió. Creo que lo llame por su nombre, aunque no estaba seguro. Me desmayé.

✤✤✤✤✤✤

Cof, cof, cof.

Mis lágrimas fluyeron de mis opacados ojos cuando mi cabeza fue perforada por una fuerte tos. Tenía calambres en todo el cuerpo. Mis manos y pies estaban fríos y mis huesos dolían.

—No llores o el calor subirá.
Me encontraba un poco inconsciente cuando una voz tranquila me habló. Quería abrir los ojos, pero no era tan fácil como pensaba. La voz continuó:
No he visto a gente que tenga un resfriado tan malo.
¿Estará bien? Puede ser neumonía.

¿Acaso era la voz de Kyungsoo?

Alguien le contestó:

—Bueno, por ahora le daré un medicamento. Debe mantenerlo hidratado. Es grave si la fiebre continúa hasta mañana.
Parecía ser otro de los médicos de Mingyu. ¿Cómo se llamaba? Intenté recordar, pero mi cabeza no funcionaba bien. Un temblor salió de mi cuerpo.

—Wonwoo, ¿me escuchas? El calefactor está configurado, así que calentara pronto la habitación. Por ahora resiste un poco más.
Su voz no era tan diferente a la habitual, pero me preocupaba por alguna razón.

Cuando intenté dormir de repente pensé en Mingyu.

Tenía curiosidad de saber por qué él no estaba aquí, aunque no era de extrañar, debía estar en el trabajo.

¿Qué hora era? ¿Cuál era el horario de hoy?

No creía que hubiese algo importante.

Jeongyeon se ocuparía de eso.

Solo esperaba mejorar pronto para ir al trabajo, y si me era posible, sería mañana...

✤✤✤✤✤✤

Una sensación de "frío" en mi cuerpo, me despertó. Parecía que alguien tocaba mi frente para controlar la fiebre. Levanté los pesados párpados con dificultad, fue una cara familiar la que apareció ante mi vista borrosa.

—... Mingyu.
Traté de llamarlo, aunque mi boca estaba seca.

Mingyu se dio la vuelta, quería atraparlo, pero no pude mover los dedos. Entonces lo vi sirviendo un vaso con agua y volviendo hacia mí. Cuando me di cuenta de que estaba tratando de traerme agua, mi expresión se ablandó. Me senté para beber el agua cuando lo vi a mitad del camino. Debido a la fiebre, mi boca estaba caliente y mi garganta seca, y no fue sino hasta que terminé de beber todo el vaso que pude hacer algo de ruido.

—Gracias.
Mingyu aceptó el vaso vacío en silencio.

—¿Quieres más?
Pensé por un momento y luego asentí. Sin esfuerzo hizo otro viaje de ida y vuelta. Me sentí cómodamente en la cama, era como si estuviera soñando.

—Ah.
Suspiré.

Fue solo después del segundo vaso que solté un suspiro lleno de alivio. Mingyu colocó el vaso en una mesa auxiliar y examinó mi cara. Como siempre, él estaba vestido con un traje perfectamente equipado. Constantemente miré a Mingyu, que era maravilloso. Él sonrió e inclinó la cabeza, quería besarme así que lo evité debido a que no quería contagiarlo. Tristemente, él frotó sus labios en mis mejillas, frunciendo su ceño.

Avergonzado le dije:

—Puedo contagiarte...
Cómo si no pudiera soportar un resfriado.
Sus labios cubrieron los míos. Debido al calor, mi cabeza estaba completamente aturdida. Cerré los ojos y acepté que su lengua entrará a mi boca, la cual acarició mi interior.

—Todavía está caliente...

—Sí...
Su mirada estaba fija en mis labios. De repente, me di cuenta de lo que Mingyu estaba pensando.

—¿Puedo hacerlo con mi boca...? Mingyu frunció su ceño.

¿Había dicho algo malo?

Se cepilló el pelo en silencio y después hablo:

—No me animes. ¡Maldita sea!

—Lo siento.
Me disculpé.

—Descansa.
Mingyu suspiró brevemente y salió de la habitación.

—¡Mingyu!
Lo llamé urgentemente.

Él se detuvo y miró hacia atrás. Fue después de que sentí sus ojos sobre mí que me di cuenta de que lo acaba de llamar por su nombre, aunque él no cambió su rostro. Me sentí extraño cuando lo vi de pie, esperándome. Cuidadosamente, dije:

—Yo, la empresa... ¿Está bien? De repente me ausenté así que no pude hablar con Jeongyeon de antemano.
Era posible que hubiese cometido un pequeño error. Incondicionalmente pensé que tenía que terminar de hablar, pero él me respondió sin mucha expresión:

Está bien.

Dejé de hablar ante su corta respuesta y un silencio incómodo fluyó en la habitación.

Mingyu inesperadamente abrió la boca:

—¿Cuándo vas a mejorar?
¿Acaso alguien sabía eso? Incluso un médico no podría responder correctamente. Pero tenía que hacerle una promesa urgente.

—Mañana estaré mejor. Entonces... haremos lo que quieras. Tenía fiebre y la cara me ardía, pero ni siquiera podía imaginar si me estaba mirando con su expresión enojada, porque tenía la cabeza muy caliente.

—¿Cómo sea?
Mingyu sonrió mientras levantaba la cabeza sin que yo me diera cuenta. Parecía burlarse de mí por alguna razón, pero yo había hablado en serio.

—Sí.
Mingyu se rio brevemente.

—Estoy deseando que llegue.
Quería correr y abrazarlo, pero todo lo que podía hacer era sonreír. También quería preguntarle cómo había estado su día, sin embargo, Mingyu ya se había ido así que no tuve más remedio que esperar a Kyungsoo.

Después de un tiempo Kyungsoo llegó, me había traído sopa y medicinas como lo había hecho durante el día. Él era quien me alimentaba porque yo no tenía el poder para levantar una cuchara.

—Lo siento por las molestias...
Mientras murmuraba en voz baja, él me contestó inexpresivo como siempre:
Este es mi trabajo también, así que está bien.
Sin embargo, fue un poco mejor que en la mañana.

«Tomar medicamentos me mejorara para mañana», pensé para mí mismo. Luego recordé que había besado a Mingyu.

—Yo, a Mingyu... Creo que necesitará tomar un medicamento.

—¿El Sr. Kim? ¿De qué medicina estás hablando? Me preguntó.

—Medicina para el resfriado... Puede haberse enfermado por mi culpa... Estuvo en mi habitación hace un rato.
Estaba teniendo problemas para seleccionar las palabras porque mi cabeza no giraba correctamente. Kyungsoo inmediatamente entendió lo que estaba diciendo.

—No tienes que preocuparte por eso. Es imposible para un Alfa extremo tener un resfriado. ¿No lo sabías? Los Alfas dominantes rara la vez se enferman. Entonces, incluso si alguien está enfermo, no lo sienten.
Kyungsoo me dirigió una mirada significativa. Me avergoncé.

—No solo es un resfriado. Debes controlar las veces que tienen relaciones.
Estaba siendo demasiado informal por lo que dudé de lo que estaba escuchando, pero Kyungsoo todavía me hablaba con una cara inexpresiva:

—También debes evitar tener contacto con él hasta que te cures del resfriado. Sanar es lo primero. Wonwoo, en el futuro, es mejor rechazar moderadamente. Si lo acepta todo de manera incondicional, esto volverá a suceder. Básicamente, no es razonable que las personas tengan la resistencia de un Alfa dominante.
Su voz era la normal mientras continuaba hablando:

—El Sr. Kim dijo que era extraño que Wonwoo no se despertara por la mañana. Tenía una fiebre de más de 40° Celsius, pero solo pensó que su cuerpo estaba un poco caliente. Incluso no reconoció que tenía fiebre, porque no lo había experimentado antes.
No pude responder. Sus palabras eran correctas, aunque naturalmente, solo tuve las agallas suficientes para asentir con la cabeza. Todo lo que podía hacer era obligarme a comer la sopa que me estaba dando, luego tragar la medicina y volver a dormir. Eso era todo.

Iba a recuperarme pronto.

✤✤✤✤✤✤

Había estado durmiendo por mucho tiempo, pero mi condición aún no había cambiado. Después de comprobar mi temperatura corporal, Kyungsoo me pidió que no me levantara de la cama tanto como me fuera posible, aunque de vez en cuando le preguntaba por Mingyu cuando entraba a mi habitación. Tenía dolor de cabeza y sufría de dolores palpitantes por todo mi cuerpo, pero solo esperé a dormir rápidamente.

«¿Qué día es hoy...?» pensé mientras me iba quedando dormido.

Se suponía que Mingyu iba a hacer un viaje de negocios a Boston. Necesitaba estar listo para un viaje de negocios. El hotel era un gran lugar para alojarse. Debía verificar que la reservación estuviera bien así que tenía que llamar a Jeongyeon.

—¿...?
Abrí los ojos ante la sensación de que barrían mi cabello. Estaba tan emocionado por el tacto que apenas parpadeé. Mi visión borrosa tomó forma solo después de varios esfuerzos.

—... ¿Mingyu?
Mi voz era débil.


Él me miró y preguntó en voz baja:

—¿Aún estás enfermo?
Pensé en la respuesta por un rato. De repente, las palabras de Kyungsoo me vinieron a la mente. Aposté porque que Mingyu pensaría a que iba estar mejor hoy, pero no estaba a la altura de las expectativas. Por alguna razón lo sentía, así que dije con franqueza, como Kyungsoo me había aconsejado:

—Sí... Aún tengo fiebre.
Tosí. Mingyu no dijo nada por un momento. Después los dolores de cabeza y mareos volvieron. Él me dio un vaso de agua mientras yo estaba jadeando para poder respirar. Di las gracias y después de apenas tomarlo, él me dio la espalda sin decir nada. La habitación estaba llena de sol. Mingyu parecía haber pasado por mi habitación antes de ir a trabajar. Además, quería hablar con Jeongyeon, pero en un instante, mi conciencia se alejó y no se escuchó ningún sonido hasta que oí la puerta cerrarse.

Abrí los ojos nuevamente solo cuando Kyungsoo me trajo la medicina, apenas le hablé:

—Llama a Jeongyeon... Tengo que... Entonces él me interrumpió:

—¿Es por el viaje de negocios? El Sr. Kim llegó ayer a Boston y está trabajando acorde al horario. No parece un problema particular.

—Ah...
Parpadeé sin comprender.

¿Acaso había dormido tanto tiempo?

Kyungsoo me entregó una píldora con un vaso con agua.

—Jeongyeon está bien, Wonwoo olvida todo e intenta mejorarte.
El Sr. Kim volverá en 3 días.
No hablé. Me sentía impotente de no poder ayudar. Me tomé la medicina y me quedé dormido. Más tarde, Kyungsoo me despertó para comer y me volvió a dar más medicamento, luego volví a dormir.

Me sentí aturdido.

✤✤✤✤✤✤

—¿Dijiste que el horario del Sr. Kim se retrasó un día? Después de revisar el horario, me sorprendió escuchar las palabras inesperadas de Kyungsoo. Él dijo que “sí”.

—Originalmente, debía regresar ayer, pero cambió el horario y se quedara un día más.
Mirando la fecha, tenía razón. Sorprendido por el hecho de que había estado enfermo durante tanto tiempo, me pregunté cuál era la causa de su horario repentino. Pensé en ello, pero no pude entenderlo. Era común que Mingyu cambiara los horarios de repente. Jeongyeon debía estar perdiendo la cabeza por lo que pensé que tenía que ir a trabajar y aliviarle la carga.

—No te excedas, Wonwoo.
Me dijo Kyungsoo, preocupado.

Le conteste con un “sí” y lo tranquilice. Después de un largo tiempo al fin salía de la cama, terminé dándome una ducha, comí y me cambié. Todavía tenía mareos, pero estaba bien, solo debía caminar despacio y con cuidado. Por otro lado, quería que Mingyu supiera que estaba mejor y que no necesitaba preocuparse. Al fin podría besarlo tanto como quisiera, mi corazón comenzó a acelerarse. Esta era la primera vez que mi corazón latía con tanta fuerza.

Realmente me gustaba demasiado.

Después de mucho tiempo pensando en verlo, la sonrisa que tenía en mi rostro no desapareció.
Salí de la mansión sin él y me dirigí a la compañía, realmente requería de un gran coraje, pero el miedo fue momentáneo. Ya no estaba enfermo. Todo en lo que podía pensar, era en ver a Mingyu.

✤✤✤✤✤✤

—¡Oh, Wonwoo! ¿Estás bien? Tuviste un resfriado muy fuerte. Dios mío, estás pálido. Jeongyeon habló apresuradamente, su tono demostraba preocupación.

—Gracias por preocuparse, he mejorado mucho. Perdón por irme tan de repente. ¿Todo estuvo bien? Jeongyeon me tranquilizo.

—Sí, el evento terminó. No había nada de qué preocuparse, Wonwoo.

—Me alegro.
Sonreí, pero de repente me sentí amargado.

Mingyu nunca me llamó. Fue a un viaje de negocios así que debió estar ocupado y, de todos modos, yo seguía tomando medicamentos y durmiendo por lo que no habría podido responder, incluso si él hubiera llamado.

—Me alegro, me había preocupado por la agenda, estaba pensando en cómo programarla.
Jeongyeon estaba fascinada por lo que había dicho. Su cara me miró como siempre.

—Debió ser difícil para todas, así que tomen turnos para irse de vacaciones. Le pediré permiso al Sr. Kim...

—¿Puede hacer eso?
Rachel, que miró a Mina, abrió los ojos y dijo con ansiedad:

—Pero Wonwoo, acabas de volver a trabajar, ¿verdad? Aún es muy pronto para hablar de vacaciones. Debes mejorarte.
Gracias, pero estamos bien, así que lo tomaremos más adelante.

—Sí. No es urgente. En cambio, desearía que me den dos bonos más cuando me vaya de vacaciones —agregó Jeongyeon, juguetonamente.
Prometí hacer lo mejor posible.

—Voy a ir al aeropuerto. ¿A qué hora es su llegada?

—A las 5 de la tarde. ¿Estás bien, Wonwoo? Sonreí y asentí.

—Si, está bien, Gracias. Pero es mi trabajo —dije, luego pensé en si Mingyu ya estaría en el avión.
Después de mucho tiempo lo vería.

Luché por calmar mi entusiasmo con los horarios ocupados, llamadas e informes de eventos que habían ocurrido durante mi ausencia.

Había sido mucho tiempo.

✤✤✤✤✤✤

El aeropuerto como siempre estaba agitado. Había mucha gente llegando y personas esperando para saludarlos. Unas personas me guiaron a la sala VIP y solo después de identificarme, me permitieron pasar. Me miré en el espejo varias veces, pero aún no me sentía a gusto con mi apariencia así que fue al baño que estaba en la sala, me revisé en el espejo un par de veces y salí.

Quería verlo pronto.
Me preguntaba si Mingyu se sorprendería.

¿Se alegrará? ¿Saltaría y me besaría?

Mi cara se tiño de rojo, estaba avergonzado, mi mirada parecía lujuriosa.
No tenía que esconder que lo quería, sin duda alguna, él respondería a mis deseos.
No lo habíamos hecho desde hace días. Estaba tan triste aquella vez en la que solo nos besamos. De pronto reí, las imágenes de nosotros recorrieron mi mente.

¿Le gustaría hacerlo como prometió? ¿Podrá esperar hasta que llegáramos a casa? ¿No sería un desperdicio hacerlo en un lugar como este?

¡Oh, quería verlo pronto!

No pude evitar que mi corazón se emocionara con tan solo pensarlo, nunca hubiera imaginado que el deseo me cegaría tanto. De pronto, escuché el sonido de la puerta abriéndose desde afuera. Una brillante sonrisa apareció en mi rostro. Podía sentir un olor a feromonas saliendo de mi cuerpo, mi feromona de Omega lo iba a seducir.

De repente, su aroma llegó a mi nariz, lo absorbí profundamente.

Abrí la puerta. Me preguntaba si se sorprendería al ver mi rostro o si estaría tan feliz como yo.

—Mingyu...
Lo llamé mientras sonreía brillantemente.

Sin embargo…

Lo primero que sentí al abrir la puerta fue un olor familiar, sus feromonas eran tan dulces, luego, lo siguiente vi fue a Mingyu, quien no estaba solo; alguien estaba sentado en su regazo, en un sofá grande, con un uniforme medio despojado. Solo entonces me di cuenta de que se trataba de una azafata. Era posible que la hubiese conocido en el aeropuerto. Tal vez habían estado viajando juntos por el viaje de negocios, en realidad no lo sabía, aunque de lo que sí estaba seguro, era que, en cualquier caso, Mingyu la estaba besando.
Él estaba tocando a otra mujer frente a mis ojos

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