16. ¿Tú?

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Beck.

De todas las personas en el mundo que pudieron ayudarme tenía que ser él. Ese maldito zanahorio estaba frente a mi, con pinta de haber corrido demasiado.

—¿Tú?— preguntó Sabrina, incrédula.

Maximiliano se aclaró la garganta y tomó aire.

—Se que soy la última persona que quisieran ver en estos momentos, en especial Beck—me dio una mirada rápida— pero en verdad puedo ayudarlos a recuperar a las pequeñas copias de Beck.

—¿Y como se que estás diciendo la verdad?— cuestione con desconfianza.

—Por qué conozco a Judith, mi prima.

Vale, si antes estaba confundido ahora lo estoy más. ¿Prima? Es que eso no me pasaría por la cabeza ni en un millón de años.

Que pequeño es el mundo.

Y qué mentadas de madre nos da la vida.

Dejamos pasar a Maximiliano. Ahora soy muy desconfiado y tengo ganas de estrangularlo, cortarlo en pedazos y darle de comer a los zopilotes con sus restos.

Mucha violencia textual, pero no pueden juzgarme. Arruinó mi paz mental.

—Bien, les contare todo lo que se.

Maximiliano.

Si hace tres meses me hubieran dicho que estaría ayudando al chico que jodi su adolescencia me hubiera orinado de la risa en su cara.

Bien, se que no soy del agrado de nadie y que no hay como justificar mis acciones. No me esconderé con la estupida frase de: "era un adolescente no sabía lo que hacía".

Por que es pura mentira. Fui muy consciente de mis acciones y eso me llena más de culpabilidad.

Por ello, estoy acá, con información valiosa que sé que puede ayudarles. No repara el daño que le hice a Beck pero puede mejorar su futuro.

—¿Y bien? ¿Vas a decirnos o te pateo el culo para que hables?—hablo desesperada Sabrina.

—Sabrina, por favor— tomó su mano, Beck. Logrando que ella se tranquilizara.

Me removí incómodo en el sillón. Ella nunca se tranquilizaba a mi lado.

—Bien... no lo alargaré, Judith un día me dijo que estaba interesada en un chico llamado Beck. Me mostró una foto tuya y no dije nada al respecto.
La verdad, no me interesaba lo que pasara contigo. Pero un día llego llorando a mi casa, alegando que tú la habías rechazado de la peor forma.
Intente convencerla de que todo pasaría y encontraría a alguien mejor, pero... ella dijo que quería venganza. No le tome importancia, creía que no sería capaz.
Hoy en la mañana recibí una llamada de ella citándome en un lugar, fui por curiosidad y me encontré a ella junto a una mujer mayor, con un increíble parecido a Beck. Me comentaron su plan creyendo que las ayudaría pero claramente me negué y me alejaron.
Se cual es su siguiente paso y lo que quieren hacer. Puedo ayudarlos si ustedes me lo permiten.

Tome aire ya que había hablado seguido y rápido. Ambos estaban estáticos, los preciosos ojos esmeralda de Sabrina se llenaron de lágrimas y yo solo deseaba abrazarla.

Hace tanto que no la abrazo, ya casi olvidó su delicioso aroma dulce y lo acogedor que eran sus brazos.

El primero en hablar fue Beck.

—Aceptaremos tu ayuda, ¿que es lo que debemos hacer?

Sonreí satisfecho.

—Bien, lo primero que debemos hacer es...









Nota de la autora:

¡Esto cada vez se pone más interesante! Y a decir verdad me siento emocionada.

Lxs quiero.

Un Cliché Diferente I y IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora