3. La Bicicleta

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Beck.

¡Pero que reverenda mierda!, era un buen inicio de semana, estaba bastante feliz hasta que ocurrió esto.

Al terminar las clases, comencé a caminar hacia la salida. Me coloque mis audífonos y tarareaba Dust Till Dawn— Zyan ft Sia. Una mágica joya a mi parecer.

Al terminar la canción justo antes de que iniciará, unos gritos chillones me obligaron a pausar mi maravillosa música. ¿Quién demonios es?, ¿acaso sabrá el pecado que es dejar de escuchar música por hablarle a una persona? Ugh odio el mundo.

—¡Beck!, ¡joder, Beck, eres un sordo! — reconocí automáticamente esos gritos chillones.

Volteé sin darme cuenta lo cerca que estaba de mi y terminó chocando contra mi pecho, ay no, ojalá no haya dejado maquillaje en mi camiseta, es mi favorita.

—¿Pero que? — solté cuando vi a Sabrina tumbada en el piso.

—¡Fíjate imbécil!, ¿sabes cuanto vale esta cara? —señaló su cara— Millones.

Encogí los hombros y estire mi mano, dudo por un instante pero terminó accediendo a mi ayuda.

—¿Qué haces aquí? —dije retomando mi camino. Ella con pasos apresurados se posicionó a mí lado.

—¿Acaso no recuerdas?, eres mi tutor y hoy debes servir enseñándome—sonrió angelicalmente, tiene una linda sonrisa.... ¿Qué?, ¿eso lo dije yo?, concéntrate Beck— así que andando.

—Oh... Eso, en realidad — ella me miró rápidamente frunciendo el ceño, colocó las manos en su cintura y espero mi respuesta— No creo estar dispuesto a darte clases extra.

—Creo que no me estas entendiendo, me vas a dar clases quieras o no. No creas que estoy aquí por gusto mío, aparte harás mis deberes, son una pérdida de tiempo para mi y tú no tienes en qué gastar tu tiempo así que, ¡felicidades! — lo dijo tan golpeado que aumentó mis nervios.

—D-de acuerdo— caray Beck, sigue tartamudeando y harás que corra a cien metros de ti.

—Bien, es lo que quería escuchar, ahora estás invitado a tu casa para mis clases. Vamos, que tengo una fiesta en aproximadamente 2 horas—dijo viendo un reloj imaginario en su muñeca.

Asentí y con pasos torpes llegamos a la salida.

—Y bien, ¿en donde esta tu auto?

Je, je.

—Si... Con respecto a eso—señalé la grandiosa y maravillosa bicicleta roja que estaba a su lado.

—Oh, no, ni loca me subo a una bicicleta. Estoy usando falda, se me van a ver hasta los pecados— cruzó los brazos en su pecho.

—Es lo único que tengo, a menos de que quieras que alguien más te lleve y...— comencé y ella rápidamente negó al ver a donde se dirigía mi discurso.

—No, es perfecta, vamos.

Tomé la bicicleta y me monté, ella imitó mis actos obligándola a abrazarme el torso.

Oh, no.

Es incómodo esto, ¿no hay otra posición? Je, je eso se escucho raro.

—¿Qué esperas?, ¿qué Batman te venga a rescatar?, mueve tus piernas de fideo — obedeciendola comencé con el camino hacia mi casa.

De acuerdo es fácil.

Hacemos una hora diaria de tutoría.

Le hago sus deberes.

Todo eso hasta que presente el examen que es en dos meses.

Acaba todo.

Cada uno regresa a su vida.

Y todos felices.

Fácil, ¿no?

Ella no es mi tipo y yo no soy su tipo.

Polos opuestos no se atraen.

Yo nunca estaría con una chica que no tenga los mismos gustos que yo.

Es laboral.

















¡Hola!, 8:00 am en mi país y ya tengo capítulo nuevo. Esto si que me agrada.

¿Qué piensan?, ¿enserio será sólo laboral?, ¿y si Polos opuestos no se atraen? Yo que Beck no estaría tan segura, esto es Wattpad. Pueden llover cerdos si se lo proponen.

Je, je.

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Gracias por todo, personitas.

𝒮𝒸𝒽𝓇𝒾𝒻𝓉𝓈𝓉ℯ𝓁𝓁ℯ𝓇

Un Cliché Diferente I y IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora