•Un dia•

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    Durante mucho tiempo pensé sobre cuál era el verdadero valor de la vida o si realmente tenía un precio, toda mi vida he intentado darle un sentido a esta absurda existencia pero sigo sin lograr obtener una respuesta. Mi nombre es Remus tengo tan solo 20 años y el día 24 de septiembre fue cuando descubrí que tan solo me quedaba un día de vida. 

24 de septiembre: 8 a.m

    Me levanté rápidamente de la cama al escuchar sonar el despertador, era bastante temprano pero justamente ese día me tocaba ir a trabajar, había tenido unos días de descanso así que era imperativo que fuese, trabajo en una cafetería haciendo diversas cosas como atender a los clientes, preparar el café, etc no era el mejor trabajo del mundo pero estaba contento con él y me divertía mucho allí , al apagar el despertador y su sonido infernal me encaminé hasta el baño donde abrí la ducha mientras me cepillaba los dientes velozmente, luego de desnudarme me metí debajo de la lluvia que tenia la temperatura y presión perfecta, las gotas se paseaban lentamente por mi cuerpo al mismo tiempo que la espuma se deshacía en este, al cabo de unos minutos ya estaba listo por lo que tomé mis cosas y salí de mi casa para subirme en mi bicicleta e ir pedaleando hasta el trabajo puesto que no quedaba muy lejos de mi apartamento, mientras iba en la calle mi teléfono comenzó a sonar por lo que al llegar a un semáforo en rojo decidí contestar 

—¿Si? 

Dije mientras esperaba una respuesta rápida  del otro lado del teléfono ya que tenía algo de prisa pues no quería que el semáforo se pusiera en verde 

—Lo llamamos del hospital, los resultados de sus estudios ya están listos, el doctor quiere que hoy mismo acuda a su consultorio, es urgente. 

Hacia poco me había hecho una serie de estudios ya que comencé a sentirme extraño como si algo no andaba bien con mi cuerpo, sinceramente esperaba que no sean malas noticias 

—Claro, iré después del trabajo. 

Luego de eso la llamada se cortó y continúe mi camino hacia el trabajo una vez allí guarde mi bicicleta y me dispuse a trabajar, comencé limpiando algunas mesas y tomar las órdenes de algunos clientes después me encaminé hacia la barra y encendí la cafetera para empezar a hacer el café que llevaba a las mesas de esta manera estuve por un rato bastante largo, lo que habrán sido una 7 u 8 horas trabajando allí, finalmente mi turno había acabado así que me subí a la bicicleta y fui hasta el hospital lo más rápido que podía pues según el doctor era algo urgente después de unos minutos pedaleando había finalmente llegado, estacione y amarre la bicicleta para entrar al inmenso hospital donde me subi al elevador para llegar al consultorio del doctor 

—¿Disculpe? 

El doctor volteo al verme entrar y me miró con un rostro bastante serio, no sabía como tomarlo así que no le di mucha importancia 

—Tus resultados ya están y quiero decirte que no están nada bien. 

La sangre se me había helado, que podría estar tan mal en mi, pensaba que solo era cansancio o algo por el estilo 

—¿Qué tienen? 

Pregunté con la voz algo temblorosa mientras tomaba asiento frente al doctor, mis manos estaban realmente inquietas esperando una respuesta 

—Pues verá...no me es muy fácil decírselo joven, pero a usted...no le queda mucho tiempo. 

Estaba paralizado, las palabras se escuchaban lejanas estaba listo para desmayarme, pero no podía  hacerlo pues debía escuchar todo lo que el doctor tenía para decirme 

—¿Cuánto exactamente? 

Él tomó una carpeta entre sus manos y la dejó sobre la mesa esperando a que yo la agarrara, no iba a hacerlo, no me atrevía 

—Usted lleva una enfermedad bastante rara, está muy avanzada, a usted solo le queda...un día de vida. 

No pude aguantar, de repente todo se torno blanco y podía sentir como mi cuerpo perdía todas sus fuerzas haciendo que caiga al suelo, no tarde mucho en despertar, el doctor me decía que había algunos programas para este tipo de situaciones pero simplemente no quería saber nada al respecto, por lo que tomé mis cosas y me fui a mi casa, no sabia que hacer estaba hecho un desastre, tenía ganas de llorar, tenía rabia y un montón de otras emociones que se abalanzaba sobre mi mente que no pensaba en otra cosa más que en el destino tan cruel que me esperaba, al llegar a mi hogar simplemente me acosté sin ganas ni ninguna esperanza, solo quería dormir.

25 de septiembre: 8 a.m

    El día había llegado pues precisamente no estaba muy lejos, en mi cabeza rondaban un millar de pensamientos que tenían o no que ver con lo que justo en ese momento me estaba sucediendo, debía ver a mi familia aunque sería desgarrador no podía dejarlos así de este modo, me prepare tome todo el dinero que tenía de los ahorros de toda mi vida y puse en una mochila algunas mudas de ropa que claramente no las iba a usar en su totalidad, antes de salir di media vuelta para observar todo lo que había en esa apartamento, tenía un sentimiento extraño pues me estaba yendo y no iba a ser capaz de volver, esa era la última vez que vería mi querido hogar, con lágrimas en los ojos abandone el lugar y me subí a la bicicleta para luego emprender camino hacia las casa de mis padres, al pasar por las calles y observar las casas, los árboles y las personas todo se sentía distinto como si mi manera de ver las cosas hubiera cambiado y así lo había hecho, llegué a casa de mis padres al verlos no pude evitar romper en llanto, claramente tuve que contárselo, no lo tomaron muy bien y no era para menos, luego de charlar un rato sentí que ya era la hora de irme así que me acerque a ellos y les di un abrazo como nunca se lo había dado, me despedí de ellos y emprendí un pequeño viaje por mi ciudad que tanto amaba, mi primera parada fue en un restaurante había pedido una hamburguesa pues esta era mi comida preferida, la saboree en cada bocado no podía desperdiciar nada pues prácticamente era mi última comida, al cabo de unos minutos  pagué y me fui de ahí de inmediato, luego de eso fui a varios lugares incluso fui a la cafetería donde me despedí de mis amigos, solo quedaba un lugar a donde ir, era un lago donde pasé los mejores momentos de mi vida, al llegar lo primero que hice fue tirarme al agua y nadar sin parar, me sentía de alguna manera libre, de esta forma las horas pasaron y pasaron haciendo así que la noche caiga, seguía en el lago pues era el único lugar en el que quería estar, me sente en una roca y comencé a admirar el cielo que estaba precioso, lleno de estrellas entonces me di cuenta de que nunca antes me había sentido tan vivo como lo hacía en ese momento, todo había cambiado para mí, mi manera de ver el mundo era otra, mi vaga existencia al fin encontraba un sentido conocía al fin el valor de una vida, la vida en sí es inmensurable está llena de momentos que nos convierten en lo que somos, mientras me encontraba sentado en esa roca frente al gran lago puedo conectar con todo, era el lago, la roca sobre la que estaba sentado, era el cielo y las estrellas como también las plantas que me rodeaban hasta los insectos que revoloteaban en el aire y de repente la vida se me comenzaba a escapar como arena entre los dedos, pero no me sentía mal, me sentía en paz  hasta que finalmente cerré mis ojos y todo acabó.

OscuroHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin