59. PROMESA ROTA 《VADERDALA》

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Lord Vader se movía rápidamente por los pasillos, envuelto en la capa oscura de su armadura completamente negra. El único sonido era el aliento y pesado de su respirador. El mundo parecía rojo a sus ojos, como resultado de la lente construida dentro de la máscara que sostenía artificialmente su vista.

El hombre dentro de la maquina sabía que debía acostarse, pero el sueño estaba fuera de su alcance. Había esperado que actividad física lo distrajera de los pensamientos incomodos que se formaban dentro de su mente. Se concentro en mover cada pierna pesada cibernética frente a la otra, una tarea que solo se estaba volviendo más difícil a medida que avanzaban los años.

Después de lo que parecieron horas de caminata interminable, Vader se sintió cómodo en su agotamiento. Se retiro a su cámara hiperbárica, el único lugar donde podía entregarse a dormir sin peligro. El anciano se sentó pesadamente dentro de la esfera.

Trato de no pensar en ti -hablo Vader en su mente- Pero es imposible

Sus pensamientos vagan mientras se sentaba solo. Primero se demoraron en su juventud. Incluso cuando era un niño en Tatooine, sabía que estaba destinado a llevar una gran vida, con un propósito, como un hombre libre. Ahora, a bordo del barco solitario, se dio cuenta de que había hecho precisamente eso. Si tan solo hubiera podido liberar a su madre, quizás entonces estaría viva. Había muchas promesas que había roto en su vida, pero una de las peores fue la promesa que le hizo a ella.

Padme, su tiempo con ella fue demasiado corto. Recordó la polvorienta arena de Geonosis, el lugar donde confesaron por primera vez su amor mutuo. Padme había sido blanco de muerte solo unos momentos después, y el joven temía que fuera su fin. Incluso entonces, hace tanto tiempo, la idea de perderla lo destrozaba.

El día que se casó con ella fue la primera vez que sintió que estaba eligiendo su destino. Todo hasta ese momento se había centrado en su carrera como jedi. El momento en que tomo a Padme como su esposa fue el momento que supo que era capaz de algo más que serví a los jedi. Su vida significaba algo, porque Padme lo amaba tanto como él la amaba a ella. Nunca imagino que podría ser más feliz de lo que era entonces.

Estoy perdido sin ti, Padme. ¿Qué puedo hacer? Haría lo que fuese...

Descubrió que iba tener un hijo con la mujer que amaba su vida cambio, juro en ese momento que nunca le fallaría a ella ni a ese niño. Ella lo había salvado, le había dado una razón más para existir en el caótico universo y él juro que haría lo mismo por ellos. Había cosas que siempre había querido decirle a ese niño, pero nunca tuvo la oportunidad de mirarlos con sus propios ojos, otra promesa que había roto.

Vader intentó detener su mente antes de que llegara al lugar al que prometió nunca regresar, pero actualmente carecía de la fortaleza necesaria para hacerlo. El siguiente recuerdo fue en el rio de lava fundida debajo de él, pero la vio a ella. El bello rostro de la persona que más le importaba estaba empañado por el miedo y la desesperación.

¡Vuelve! ¡Te amo!

El joven estaba consumido y demasiado ido para escuchar a la mujer. Nunca le dijo que la amaba. En lugar de eso, la dejo agonizando en el suelo, golpeaba por su mano. Había creído que la estaba salvando, que estaba cumpliendo su promesa. En cambio, había destruido lo único por lo que le importaba vivir, sus acciones la rompieron junto con su promesa, ese fue el día en que dejo de vivir.

Anakin, me estás rompiendo el corazón

Vader dejo caer su cabeza, abrumado por el pasado que quería olvidar. Nunca tuvo la oportunidad de escuchar sus últimas palabras al universo. Una parte de él se preguntaba si se trataba de él. Se pregunto si ella sabía lo mucho que todavía la amaba.

Con dificultad, Vader tranquilizo su mente y miró aturdido en el blanco cegador de su espera. Era raro que se permitiera volverse tan vulnerable. Descubrió que reprimir los pensamientos de Padme la facilitaban de seguir respirando un día más. No pudo evitar pensar en lo fácil que sería respirar si todavía la tuviera en sus brazos.

¿Todavía tienes ese collar que te hice?

No deseaba más que una respuesta, pero acepto que no se escucharía ninguna. Mientras las horas restantes de oscuridad se acercaba dando el amanecer, Vader se hundía en un sueño inquieto.

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