Capítulo 10

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-¿Es para mí?- pregunto asombrada.

-Sí, ahora eres parte de Cobra Kai completamente- dice Johnny, pone la prenda frente a mí para ayudarme a ponérmela, me doy la vuelta sin rechistar y él me la pone, la miro feliz.

-Muchas gracias chicos

-De nada- dicen revolviéndome el pelo entre todos.

Nos montamos en el coche y Johnny me deja a mí la primera en Reseda.

-Gracias por traerme- le agradezco quitándome el cinturón, pero todavía no me bajo.

-Nos vemos mañana en clase- dice Johnny dándome un beso en la mejilla que me pilla desprevenida, pero siento un cosquilleo en el estómago. Los chicos carraspean en los asientos de atrás y hacen ruidos raros para incomodar a su amigo.

-Buenas noches, gracias por la chaqueta y a ti gracias por el osito Bobby

-De nada- dice él.

Sonrío por última vez antes de darme la vuelta para entrar en Reseda, al entrar está todo oscuro, pero yo solo puedo pensar en la gran noche que he tenido.

Me muerdo el labio inferior soñadora y abrazo el osito que tengo en las manos, doy una vuelta sobre mí misma y estoy dispuesta a ir a mi habitación, pero alguien me asusta encendiendo la lámpara del salón. Doy un gritito y me doy la vuelta para ver quién es, mi estúpido hermano.

-Dani- le regaño con una mano en el pecho del susto que me acaba de dar.

-¿Qué horas son estas de llegar, señorita?- bromea poniéndose de pie, pero se para en seco y se le borra la sonrisa cuando ve la chaqueta que llevo puesta- No me digas que eso es...

-Sí, pero antes de que sigas, es mi vida y puedo hacer con ella lo que quiera, tienen derecho a considerarme importante en Cobra Kai- les defiendo.

-Y ahora me dirás que ese oso lo has ganado tú

-No, Bobby lo ha conseguido para mí, como te dije ayer, no son tan malos como parecen- digo entrando en nuestra habitación, dejándole atrás.

-¿Y tu querido Johnny no se ha puesto celoso?

-Déjalo ya Daniel

-Vale vale, yo solo digo la verdad- ruedo los ojos y me meto en el baño para cambiante de ropa.

Después me meto en la cama para evitar hablar más de esto con Dani.

Los días pasan tranquilos, los chicos no vuelven a acercarse a Dani y yo divido mi tiempo entre ellos y Ali y Dani. Me he estado tomando en serio el karate, donde cada vez voy mejorando más, aunque es bastante seguro con alguien como Kreese como sensei.

-Remátala- grita Kreese cuando me encuentro dolorida en el suelo, Tommy está peleando contra mí y a veces las reglas de Kreese deja a más de uno en el suelo con alguna que otra herida en la cara, como en mi caso que tengo una bastante pequeña en el labio.

La patada que Tommy me da en el estómago casi me deja sin aire, me llevo las manos ahí y me quedo en el suelo intentando recuperarme.

-LaRusso, si sigues así, serás descalificada en la primera ronda. No hagas que me arrepienta de haberte metido aquí. La clase ha terminado por hoy- dice haciendo que todos vayan a recoger sus cosas.

Tommy me ayuda a levantarme.

-Lo siento. ¿Estás bien?- me pregunta, asiento con una mueca de dolor. Los chicos se acercan a mí con la misma expresión, como si ellos hubieran sufrido también la pelea.

-Uff, mira esto- dice Johnny preocupado, cogiendo mi cara entre sus manos y mirando la herida de mi labio, como por arte de magia los chicos desaparecen de nuestro lado, parece que tienen prisa. Y es que siempre pasa eso, cuando Johnny y yo estamos en algún momento de estos. Durante estos días no ha pasado nada entre nosotros, salvo que nos llevamos muy bien y ya está.

Johnny pasa su dedo por la herida llena de sangre y aparto la cara con dolor.

-Estoy bien, lo haré mejor en el All Valley- digo con el ceño fruncido decidida, me extraño cuando Johnny sonríe- ¿De qué te ríes?

-Eres muy mona cuando te pones así- dice haciendo que me sonroje, sonrío y ruedo los ojos. Me aparto de él para ir a por mis cosas, me meto en un baño para cambiarme del Gi a mi ropa normal y cuando salgo no hay nadie, ya que me están esperando fuera.

Estos días he estado poniéndome dos trenzas de raíz, como las boxeadoras, eso me hace sentirme más fuerte y empoderada, además me quedan muy bien. Se me ha pasado por la cabeza teñirme de rubio o hacerme unas mechas, pero tendría que pedirle permiso a mi madre y sé que me va a decir que no porque a ella la encanta mi pelo.

Johnny y yo salimos del dojo y nos reunimos con los demás. Juntos nos vamos a comprar los disfraces de Halloween, ya que mañana se celebra dicha fiesta en el instituto.

-¿Os vais a disfrazar todos iguales?- pregunto con la ceja levantada cuando veo que se van a comprar el mismo disfraz.

-Claro, esa es la gracia de ser un grupo- dice Bobby riendo.

-Yo no pienso disfrazarme como vosotros, ya tengo mi disfraz- respondo.

-¿De que te vas a disfrazar?- pregunta Johnny.

-Ya lo veréis, es una sorpresa- digo con una sonrisa inocente.

Después de que se compren todos un disfraz de una sola pieza, negro y con el esqueleto pintado por fuera, decido volver a casa andando después de despedirme de ellos.

Cuando llego, mi madre y Dani están en la mesa comiendo, ambos se asombran cuando ven la herida de mi labio.

-¿Qué te ha pasado?- pregunta Dani viniendo a sujetarme la cara preocupado.

-Ha sido en el dojo, no te preocupes, estoy bien- le aseguro apartándome.

-¿Cómo vas a estar bien? ¿Te has visto en el espejo?- pregunta mi madre llevándome al baño para que me vea, la herida es peor de lo que imaginaba, pero no me duele en absoluto.

-Estoy bien mamá, no me duele, además no ha sido a propósito- miento, ya que sí lo ha sido, pero no porque Tommy quisiese.

-Voy a curarte eso- dice obligándome a sentarme en el retrete, pero me vuelvo a levantar.

-Estoy bien- me quejo, Dani nos mira apoyado en la puerta del baño, su mirada no me gusta en absoluto, sé que lo que va a decir no me va a gustar nada.

Karate Kid (Johnny Lawrence y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora