🐾QUINCE🐾

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La pareja de lentes disfrutaba de un helado de André en el puente de las artes, aprovechando la hermosa tarde.

El moreno se sentía totalmente en paz al lado de su novia, siendo ajeno a lo que atormentaba la cabeza de esta.

—Nino —llamo la de camisa a cuadros luego de estarlo pensando unos segundos. El de gorra solo hizo un sonido en señal de estarla escuchando mientras continuaba comiendo el helado—. ¿Qué se trae Adrien con la chica de intercambio?

Cualquiera pensaría que el helado no puede salirte por la nariz. Nino también lo pensaba hasta que le sucedió en ese mismo instante por la repentina pregunta.

El chico comenzó a toser con fuerza, buscando regularizar su respiración y liberar cualquier pizca de helado barada a medio camino.

Su novia frunció el ceño, mirando al de lentes con sospecha. ¿Por qué había tenido esa reacción?

—¿Estás bien? —consulto golpeándole la espalda con suavidad.

Nino se limpio la cara con una servilleta y empezó a asentir nerviosamente en respuesta, desviando su vista a cualquier lugar que no fuese Alya.

—¿Entonces? —Volvio a hablar la chica.

—¿En-entonces...? —respondio con duda el moreno, intentando salvarse de lo inevitable.

—Adrien y la nueva, ¿se conocen?

Nino pensó a detalle la pregunta, sin mirar a la castaña.

¿Su amigo y la chica que le gusta se conocían?

—Bu-bueno... —comenzo buscando las palabras adecuadas para acabar con la curiosidad de su novia y no comprometer la privacidad de su mejor amigo—. Se podría decir que no —susurro sintiéndose tonto al no poder mentirle a Alya, debía buscar la manera de no mentir sin hablar de más.

—¿Se podría decir? ¿Acaso han hablado? —La castaña no se iba a dar por vencida hasta sonsacarle la verdad al de lentes. Le importaba demasiado su mejor amiga y quería saber si acaso esa chica representaba algún peligro para la futura relación de la azabache.

—Pues... —El moreno se sentía atrapado, sin una salida que dejase a todos contentos—. Una vez chocaron y se disculparon. ¿Cuenta como hablar?

No era del todo mentira, las notas podrían no contar como hablar, ¿verdad?

—¿Y de qué hablaban en el cine cuando se la quedaron viendo? ¿O cuando entro a nuestra aula? Se veían muy sospechosos—decía su novia acercando su rostro al de gorra, quien la observó temeroso, con miedo de revelarle algo ante sus técnicas de periodista—, casi como si escondiesen algo —acabo mirando con firmeza al chico.

Nino sentía haber perdido los colores del rostro. ¿Cómo saldría de esa?

🐾

El rubio se encontraba contemplando el techo de su habitación con preocupación. No quedaba mucho para que el año escolar finalizara. Y eso le generaba temor.

No olvidaba que la latina había llegado por intercambio y, al no hablar con ella, no podría saber si con la llegada del final del ciclo, también se acababa su temporada en París.

¿Estaba dispuesto a decirle quien era para luego verla marchar?

¿Cambiaría algo el confesarle sus sentimientos?

Plagg sabía lo que atormentaba a su portador. Desde que esa chica había aparecido en aquella tormentosa noche todo había cambiado para Adrien, y el pequeño ser aún se debatía si era una heroína u otra villana que rompería el noble corazón de su dueño.

Para la chica que sanó mi corazón | Adrien Agreste y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora