Encuentro maldito

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Desde la entrada a su país de nacimiento, Luan no había visto en ningún momento signos de alguien vivo. El primer pueblo por el que pasaron parecía ser el decorado de una película de guerra. Casas destrozadas, edificios cayendo a pedazos, cristales rotos por todos lados, escombros sin fin, cadáveres a los que les faltaban cabeza, extremidades o ambas. En especial en las zonas donde se notaba que algo había explotado.

Los saqueos habían sido evidentes en aquella zona. Entraron solo en un par de los comercios, pero todos los estantes habían sido arrasado, arrancados o su contenido había sido tiroteado y permanecía pudriéndose desparramado por suelo y paredes. Klaus solo mostró un gesto de tristeza y salió a revisar los distintos coches accidentados.

-*hiiiiiissss* *haaaaaaaaahhh* Malditos militares... 

- ¿Crees que encontraremos otro vehículo para seguir el viaje?

-*hiiiiiissss* *haaaaaaaaahhh*  Ir en un auto seria como entrar agachados en una sauna rusa sin la toalla puesta, acabaríamos llenos de plomo. Mira los cadáveres mujercita, la mayoría tienen agujeros de bala.

- ¿No deberíamos preocuparnos antes de los masticadores?

-*hiiiiiissss* *haaaaaaaaahhh* ¿En serio los vas a llamar así?

- No me dejas llamarlos zombies y eso hace que mi humor esté muy muerto, ¿Entiendes? Jejejeje

-*hiiiiiissss* *haaaaaaaaahhh* Al final lograrás que te meta algo en la boca para que dejes de hacer chistes malos...

- Pues que sea comida, me empiezan a rugir las tripas.

Con sumo cuidado avanzaron como podían entre los arboles, hasta que la carretera estuviese despejada de vehículos y cadáveres, no andarían por ella. Si cualquiera de los cadáveres no estaba realmente muerto, podrían terminar en una emboscada muy fea.

No eran los únicos con esa idea en la cabeza, ya llevaban varios kilómetros recorridos y empezaba a anochecer cuando en medio de los arboles vieron el inconfundible brillo de un fuego encendido. Klaus ni se molestó en intentar convencer a Luan de no acercarse, la mirada ilusionada de la joven indicaban que quería ir a conocer a mas supervivientes. Aunque eso no impidió que siguiesen las directrices como debían.

No dudaron ni un segundo antes de preparar alguna trampa para cubrir su huida si resultaban ser hostiles, prepararon varios palos afilados preparados para salir disparados en cuanto las cuerdas ocultas en el suelo fuesen pisadas. Luan preparaba todo ilusionada, como cuando preparaba sus trampas para el día de las bromas y mientras, fantaseaba en su cabeza con encontrar allí a alguna de sus hermanas, a alguno de sus amigos o compañeros de clase o mejor aún, encontrar a su hermanito y volver a sentir uno de sus cálidos abrazos, sentir su cálida cabeza reposando en su pecho mientras la rodeaba con sus brazos, el apoyar su mejilla en el suave pelo blanco de su cabeza. 

Tras tener todo listo, Klaus le dio a Luan el arma con dos balas mientras el empuñaba su pistola rusa. Desabrochó el cierre que mantenía su hacha segura para usarla rápidamente de ser necesario y avanzaron en dirección a la luz de la fogata.

-*hiiiiiissss* *haaaaaaaaahhh* ¿EEEHHH? ¿HOLA? ¿ALGUIEN VIVO?

Ambos notaron al instante el movimiento en la zona iluminada, así como el inconfundible ruido de un par de escopetas siendo amartilladas. Tras unos segundos de movimiento, todo quedó parado, ellos habían dejado de avanzar y la mirada de desconfianza del obeso hombre se amplificó. Ante la luz de la fogata podían ver perfectamente una sombra empuñando una escopeta y girando lentamente de lado a lado. No tardaron en escuchar una voz de hombre proveniente del campamento.

- ¿Quiene' soi? ¿Kandais asiendo andando a huratilla'? ¿Queris robarnus?

-*hiiiiiissss* *haaaaaaaaahhh*Solo hemos visto el fuego y queríamos ver si había alguien vivo, llevamos meses sin ver a alguien... - su mano seguía extendida indicándole a Luan que no se acercase.

La risa finalWhere stories live. Discover now