Cap 10: Cita

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"Es tu risa, tu aroma sin fin, es tu vida. Luz del viento nuevo" (Tú y Yo y Ya, Paulino Monroy)


"Incómodo." Es el pensamiento que cruza fugazmente por la mente de la joven pareja, quienes lanzan miradas furtivas mientras se observan uno al otro en la entrada del festival, lugar acordado para aquella cita. Cita. La palabra resuena en sus paredes mentales y hace estallar las pocas neuronas que tienen en sus cerebros para procesar lo que está pasando.

Suma a ello que ninguno había visto antes al otro usando ropa casual. Vamos que la ropa deportiva no cuenta porque no la usas en plan de "quedar bien grabado en tu mente y te acuerdes de mí a toda hora", y Hinata está que se le cruzan los cables viendo a Kageyama con jeans de mezclilla ajustados. Se siente morir, en su primer encuentro formal. Porque sí, ya han pasado meses desde aquella declaración de sentimientos atropellada y hoy es su primera cita (fuera de lo relacionado al voleibol) acordada gracias a la torpe cabeza del pelirrojo.

Lo recuerdan, los dos estaban a solas en el patio entre edificios, discutiendo estrategias para los juegos de práctica por venir y comiendo el almuerzo, la chispa empezó a hacerse incendio cuando Shouyou abrió la boca, nada nuevo por cierto, siempre era la razón de las llamaradas.

—Hey, Kageyama. —El más alto le dio su atención posando sus ojos en él— Nosotros estamos saliendo, ¿Verdad?

—¿A qué viene esa pregunta tan estúpida?

—¡No tiene nada de estúpida! —Responde con una rabieta el mayor y Kageyama respira repitiendo el mantra "Es un chico idiota, pero es tu chico idiota." en silencio mientras el aire sale de sus narices— Lo que pasa es que...

Hinata se enreda el pelo con los dedos haciendo de las suyas, está nervioso y tiembla como perrito miniatura, las alertas aparecen a su alrededor. "Algo no está bien." Piensa el colocador, pero su curiosidad ya está puesta y debe averiguar que pone tan ansioso al idiota.

—¿Qué pasa?

—Quiero...Una.

—¿Eh? —Kageyama se está impacientando, ya se ha puesto de pie para encararlo, lo cual no parece ser lo más apropiado—¿Una qué? ¡Solo dilo con una mierda!

—¡Una cita!

Si la escuela no fuera tan grande y ruidosa en los horarios de receso la explosión del pelirrojo se podría haber escuchado en todo el plantel. Tardío, Kageyama se lanzó a cubrir sus labios por miedo a que volviera a gritar una sarta de palabras incriminatorias.

Aún no habían hecho pública su relación con nadie porque era extraño para ellos aún, y que dirían sus conocidos. "Todo a su vez, paso a paso." Concordaron.

—¡Oi! ¡Cierra la boca, te pueden escuchar! —Hinata asiente con el ceño fruncido dándole a entender que no volverá a gritar— Ahora, ¿De qué hablas? ¿Qué hay de ayer en el terreno del abuelo de Ukai-san?

—Eso fue una práctica de pases y remates, Tontoyama. No es una cita.

—Nos besamos un buen rato terminando la práctica. —Explicó el pelinegro remarcando la palabra "buen", solo por molestar a su compañero de equipo.

—¡Eso no cuenta! ¡Y no lo menciones como si nada!

El armador del equipo agradeció al Sagrado Balón de Voleibol (invento de ambos, porque realmente no creen en algo divino) que no hubiera un alma allí para ver los rubores en la cara de Shouyou, era un espectáculo exclusivo para él.

Después de aquel recuerdo, eso nos lleva al presente, donde un par de jovencitos muertos de nervios caminan paralelos haciendo poco contacto visual para simular un plan de amigos quedando para pasar el rato y no un "estoy saliendo con él, veanlo todos".

Crónicas de homos primerizosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora