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𝐌𝐈𝐘𝐔𝐊𝐈 𝐇𝐀𝐓𝐎𝐁𝐀 siempre podría encontrar una pieza en un lugar donde se mostraba claramente que no había nada, y en esta situación creía que podría encontrar ese algo que se estaba pasando por delante como aquellos juegos de buscar que siempre tienes el objeto al frente tuyo, pero no lo ves.
A veces solía ser tan despistada que no podría encontrar lo que quería. Había escuchado tantas veces a su madrastra regañarla por no ser atenta o por olvidarse su báculo, y aunque quisiera decir que no tuvo consecuencias por ser despistada estaría mintiendo.
La vez que la secuestraron junto con su amiga probablemente eso se habría evitado si tan solo no hubiera olvidado su báculo. O la vez en la que era más pequeña y terminó perdiéndose en aquel bosque que estaba inundado de fantasmas en pena.
Diablos, esa vez tuvo que quedarse sentada en un árbol esperando a que amanezca debido a que no quería moverse de su sitio temiendo a perderse o encontrarse a espectros mucho más fuertes.
Aún pensaba si era necesario que sus padrastros la mandaran a un bosque embrujado y completamente lejos de su casa y dejarla a allí hasta que se hagan las seis de la mañana.
¡Eso no era para nada bonito! Aunque para bien o para mal terminó a acostumbrándose a eso.
Su mente estaba un asco no podía evitar pensar en todo lo que sucedió los días anteriores. O recordar aquel inesperado beso que tuvo con aquel tonto fantasma.
Aunque quisiera negarlo no podía porque realmente le gustaba Hanako y eso le aterraba, trato de a machacar aquello, pero su subconsciente se encargaba de enterrarle y tatuarle en cada neurona, las razones por las que aquellos sentimientos se formaron en su conciencia, jugándole una de las peores cosas que las emociones podrían alguna vez jugarnos.
Era un fantasma, ¿cómo demonios llego al punto de sentir atracción hacia él? Esto no era algo que alguien de su Clan haría estaba segura de que su familia si se estarán estarían decepcionados de ella por haber cometido el error de apegarse a un espectro, y sentir incluso empatía y llegar a un sentimiento mucho más profundo el amor hacia él.
Y en parte, sí que tenía miedo, salir herida de esto la aterrorizaba, el pavor que me causaba el tan solo pensar que sus sentimientos podrían llegar a mayores, como por ejemplo, enamorarse.
Ahora estaba anhelando poder apagar todo ese bochorno de sentimientos que parecían no querer dejarla en paz ni tampoco esos recuerdos, pero su mente lo único que hacía era lo contrario a lo que ella rogaba.
Maldita sea...
Necesitaba distraerse para poder huir aunque sea unos minutos de ella misma.
No obstante tenía tantas dudas que su mente parecía colapsar. ¿Realmente... Hanako estaba vivo? Esa pregunta inundaba su mente y aunque quisiera pensar que era otra persona le era imposible porque su mente venía y le gritaba que no era así.
