38. "Orgullo y corazón roto"

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Calum se quedó callado. No dijo nada, pero, a cambio de eso, bajó la cabeza. Algo no andaba bien. Sentía que él sabía algo más.

—¿Ella no se irá? —pregunté perpleja. El negó y mi corazón dejo de latir.

—No te molestes, lamento no haberte contado antes, pero estoy feliz... —continuó hablando como si ni siquiera notara lo raro que todo estaba siendo—. Eres mi mejor amiga, ______ (Tn). Debes entenderme.

Su mejor amiga. Mejor. Amiga. Esas dos palabras en la misma oración sonaban terribles, además de agregar que ya no era su "fresita", solo "______ (Tn)". El chico al cual me sentía locamente atraída estaba saliendo hace cuatro días con mi hermana, la chica que yo más amaba y admiraba. Por la cual haría cualquier cosa.

—Está bien. —dije después de reclamar por aire.

—¿Me perdonas? —me preguntó inocente—. Si quieres me arrodillo.

—No. —respondí seca—. Da igual, pero ahora me tengo que ir, lo siento.

Comencé a caminar sin darle la oportunidad de detenerme, aunque, quizá, ni siquiera quería hacerlo.

¿Hablaremos luego?

Yo solo asentí mientras me alejaba a pasos rápidos de ese lugar en donde había sido humillada públicamente sin que nadie lo notara.

Corrí hacia el baño y me encerré. Las lágrimas comenzaron a salir antes de que las autorizase y sentía un fuerte ardor en mi pecho. No era lo mismo que sentía cuando Calum andaba con Holly, era mucho más profundo y doloroso.

No podía contener las millones de lágrimas que me nublaban la vista. Muchas veces me ahogaba con mi llanto, pero muchas otras me hacían sentir como si hubiese perdido la conciencia. Me sentía como nada y eso era lo que más me dolía. Mi autoestima estaba en el piso y no había manera de recuperarla. Todo por el simple hecho de que mi hermana estuviera saliendo con el chico del que me sentía atraída.

¿Atraída? Eso no era ni una pizca de lo que sentía.

¿En qué momento en mi loca y extraña cabeza se me había ocurrido que Calum podía fijarse en mí? Tan solo pensar en lo ilusa que había sido todo este tiempo me producía más rabia y dolor.

—¿______ (Tn)?

Me obligué a dejar de llorar al escuchar la voz de Ariana. Siempre llegaba en los momentos más adecuados, pero ahora, no creía que nada fuese a ayudarme.

—______ (Tn). —volvió a llamarme del otro lado de la puerta—. Sé que estás ahí. ¿Por qué no me abres?

Sorbí mi nariz y lentamente abrí la puerta. Cuando sus ojos se encontraron con los míos lucieron sorprendidos. Me abalancé a sus brazos y, como una de las pocas veces, me lo devolvió. No es que Ariana no me quisiese, es que nuestra relación nunca fue cariñosa. Lloré en su hombro y sus brazos rodeándome hacían que mis lagrimas tuvieran motivos para no detenerse.

¿A caso que el chico que te gusta salga con tu hermana puede ser tan malo?

—Dime qué te pasó. —me pidió Ariana bajito—. Cuéntame, no hagas que me preocupe.

—Calum...

Fue lo único que pudo salir de mi boca.

—¿Qué paso? ¿Qué te hizo?

Sus preguntas demostraban preocupación y desespero. La entendía, sé que ella quería entender y así ayudarme, pero se me hacía tan difícil hablar de eso en voz alta.

—Calum y Kiara...

Un escalofrío recorrió mi cuerpo al pronunciar sus nombres y creo que Ariana lo notó.

—Dios.

Susurró y luego se quedó en silencio. Agradecí que no preguntara más y que eso fuera todo lo que ella necesitaba para entender. Esperaba que hubiera entendido, sabía que sí, pero en ese momento era lo que menos me preocupaba.

—¿Por qué, Ariana? ¿Por qué? —le preguntaba una y otra vez a ella, a lo que solo respondía con silencio y caricias en mi espalda de consuelo.

Ariana me ayudo y me llevo a inspectoría con la excusa de que nuestra falta a la primera hora luego del almuerzo fue por mis inesperados cólicos. Era una excusa algo vergonzosa, pero en esos momentos agradecía ser una chica por completo. No podía hablar, apenas asentía y sonreía para la tranquilidad de la secretaria.

Cuando entramos a la clase —la que, afortunadamente, teníamos juntas— sentí todas las miradas en mí por lo que me apresuré y me fui al último puesto, para luego ocultar mi cabeza en mis manos.

—Todo va a estar bien. —me susurró Ariana.

Cuando la clase terminó caminamos con Ariana a la salida. Había hecho que Ariana se deshiciera de todos, con todos me refería a Luke, Ashton, Mike y Calum.

Estaba más tranquila. Me sentía avergonzada por haber explotado de esa manera, aunque tanto tiempo ocultando mis sentimientos tenía que ser normal provocar un gran desastre.

—¡Hey!

No quería darme vuelta, porque la última vez que habíamos estado juntos las cosas no habían terminado bien.

—¿Qué quieres, Connor? —le preguntó Ariana algo irritada.

—¿Te sientes mejor? En la clase de inglés vi que no te veías bien.

—Gracias. —le susurré con una sonrisa cínica ante su cumplido.

—No te lo tomes así. —tocó mi brazo cuando estuve a punto de irme—. Estaba preocupado por ti. Sé que yo no sé de esas cosas, pero quería ayudar. -finalizo con una sonrisa.

—Gracias, Connor, pero lo único que quiero ahora es irme a casa. —le expliqué tranquila para que no notara que había algo de qué preocuparse.

—¿Puedo acompañarte?

Justo cuando iba a responder, una voz respondió por mí.

—No.

Calum.

—Ahora no... —exclamó Ariana.

Me quedé callada mirando hacia otro lado y queriendo que ambos desaparecieran.

—Supe que te sentías mal en la clase de inglés, así que vine a asegurarme de que estuvieras mejor. —dijo mirando a Connor con molestia al finalizar.

—No lo necesitaba que nadie viniera a comprobar cómo estaba. —contesté mirando a los dos—. Ahora si me disculpan, me quiero ir a casa.

—Te acompaño. —dijo rápidamente Calum.

—No. —le respondí enseguida.

Comencé a caminar, pero Calum no se daría por vencido. No importaba cuántas veces le dijera que me dejara, no lo haría.

—¿Por qué no? —preguntó insistiendo.

Ariana me miró impaciente. Ella, al igual que yo, sabía lo obstinado que era Calum. Puede que fuera la rabia del momento, pero quise jugar sucio. Tal como él lo estaba haciendo.

—Porque iré con Connor.

Ante la sorpresa de Connor lo tomé por brazo antes de que Calum notara que no era parte de mi plan. Al menos no antes que llegara. Le hice una seña a Ariana de que me siguiera.

—Nos vemos, Calum. —le dijo ella con una sonrisa triunfante.

Y fue así como rechacé a Calum por mi orgullo y mi corazón roto.

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*Capítulo corregido*

Mi destino eres tú (Calum Hood&Tú)Where stories live. Discover now