NOTA AUTORA: Hola! traigo el primer triangulo amoroso de esta recopilación de pequeñas historias. El capítulo va dedicado a MYA_Queen_14, la chica que me dio la idea de este pov y, a la que quiero agradecer el apoyo que me da siempre en cada capítulo y los bonitos comentarios que me deja siempre. Por gente como tú es que me gusta hacer este tipo de cosas.
Espero que haya podido cumplir tu idea y tus expectativas. Disfruten del capítulo. Nos vemos en el siguiente.
Un beso, Cris.
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¿Se puede amar a dos personas a la vez?, era una de las preguntas que me rondaban por la cabeza desde hace unos días. Desde un punto de vista moral, es una de las ideas más cuestionadas y duramente sancionadas desde siempre. ¿Amar a dos tipos a la vez?, ja, eso es imposible.
Era la primera vez que me sentía así. Estaba confusa con mis sentimientos. No tenía ni idea de qué hacer. ¿Era mala persona por querer a dos personas a la vez?, no paraba de echarme la culpa encima y no paraba de pensar en que alguno de los dos saldría lastimado. Y yo no quería eso, yo no quería hacer daño a nadie.
Conozco a Rafe desde que éramos pequeños, somos mejores amigos desde entonces. Con él era todo tan natural, tan normal. No me sentía juzgada, no me sentía otra persona. Todo era paz, nada de agobios ni problemas. Me sentía en casa. Siempre está protegiéndome y pendiente de mí, y lo adoro. Pero no sé si lo que siento hacia él se le puede llamar amor de verdad o un cariño especial, un amor de hermanos, ¿me pillas?.
Luego estaba JJ. JJ Maybank, un pogue de los más interesante. Con él era otra cosa. Sentía que todo a mi alrededor daba vueltas. Con esas sonrisas socarronas y esos comentarios subidos de tono. Con él había tensión, deseo, algo que no estaba resuelto entre nosotros y un tira y afloja constante. La adrenalina corría por mis venas cuando estábamos juntos.
Así que sentía que mis sentimientos estaban revueltos, que no sabían dónde encajaban cada uno. No encontraban su sitio. No sabía qué hacer. No tenía ni idea de que era lo que me pasaba pero es que al verlos a los dos. Algo en mi se encendía. Lo que yo no sabía era que es lo que me provocaba cada uno. Yo no sabía que quería de cada uno y necesitaba averiguarlo ya. O alguno de nosotros saldríamos mal parados.
Estaba preparándome para una fiesta que se hacía siempre a mediados de verano, en el que asistían todos los jóvenes de la isla. Nos reuníamos todos y se montaban pequeñas hogueras por todo el trozo de playa que cogíamos. Y sobre todo no podía faltar los barriles llenos de cerveza. Básicamente por lo que la mayoría de la gente venía. Rafe pasaría a recogerme en diez minutos y nos iríamos juntos hacia allí.
No le había dicho nada acerca de los pogues. No sé por qué. Sentía que era algo mío. Algo que no tenía nada que ver con los demás. Siempre había estado pendiente de lo que pensaran mis padres. Siempre estaban encima de mí pendiente de con quien me juntaba, lo que hacía cuando salía y como me comportaba por la isla. El verano era el único momento del año en el que me sentía libre. Ellos se iban de viaje de negocios y me dejaban a mí aquí, eso sí siempre al cuidado de los Cameron. Así que cuando conocí a los chicos y vi en los líos que se metían y las cosas que hacían, el disfraz de niña buena obediente lo dejaba y vivía las experiencias con ellos al límite. Así que cuando los vi en la playa me hizo mucha ilusión. Ellos claro estaba, no se juntaban con nosotros, los kooks. Pero sabría que si me acercaba no pondrían el grito en el cielo y mis amigos estaban lo suficientemente metidos en sus asuntos para saber con quién iba a estar.
