-Muy bien, ya podéis sentaros-
Por fin, pensaba que no iba a acabar nunca.
-¿Qué nota tenemos?- Dijo Josh mientras pasaba su mano por mi cintura, la cual aparte al instante.
-Tenéis un ocho. Enhorabuena-
Josh iba a decirme algo, pero en ese momento sonó el timbre que indicaba que las clases ya habían terminado.
Salí rápidamente de allí y Mía corrió hacia mí para acompañarme a casa.
-Maddie- Llamó la castaña al llegar a mi lado, yo solo la miré esperando a que hablase -¿Te importa que venga Axel con nosotras?-
-No, claro que no-
Estábamos casi llegando a casa cuando Mía habló.
-¿Qué vais a hacer por navidad?-
-Yo voy a ir a casa de mis padres- Contestó Axel.
-Yo también voy a ir con mis padres- Dijo Mía mirando al rubio un poco embobada. De repente giró su cabeza como la niña del exorcista hacia mi-¿Y tu?-
-No sé, quedarme aquí y hacer cualquier cosa-
-Eso suena muy aburrido, por lo menos pon un arbolito en tu apartamento- Creo que Mía tenía una pequeña obsesión con la navidad.
-Me lo pensaré- Después de esa conversación la parejita feliz se quedó en el edificio de Mía y yo me fui al mío.
Al llegar me encontré a Dash en mi cama durmiendo, así que decidí divertirme un poco.
Me quité el abrigo, dejé las cosas en el escritorio, cogí carrerilla y me tiré encima del ojiverde, el cual abrió los ojos de par en par.
-Me asustaste, pensaba que se me callera el techo encima- Me reí ante su reacción. -¿Te parece gracioso?-
-Un poco-
-¿A si?- En un abrir y cerrar de ojos yo estaba debajo de el moreno, y me empezó a hacer cosquillas sin piedad.
-P-pa-ara- Dije como pude.
-¿Qué?- Acercó su cara a la mía -No te escuché bien-
-P-para- Conseguí decir.
-Se pide por favor-
-Por favor, para- Paró en seco, y por fin pude respirar.
Nos miramos a los ojos, estaba muy cerca mía. Se acercó despacio y unió nuestros labios en un beso delicado y lleno de sentimientos.
-Cada vez me gustas más- El moreno conectó sus ojos con los míos y sentí escalofríos por todo el cuerpo. -Oye, estuve pensando-
-¿Tú pensando? Eso es nuevo- Contesté divertida.
-¿Tu que vas a hacer en navidad?- Dijo ignorando mi comentario, porque sabía que era gracioso, pero no quería admitirlo.
-Pues nada-
-¿Y si vienes conmigo a casa de mis padres?-
Espera, ¿Qué?
-¿Quieres que vaya a tu casa para pasar navidad?-
-Sí. A ver, si no quieres no, pero mis padres dijeron que podías ir. No te sientas presionada, si no quieres no pa...- No lo dejé terminar ya que lo besé.
-Me encantaría-
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Decir que estaba nerviosa al recordar que iba a conocer a sus padres era poco, pero vida solo hay una, y quien le tenga miedo al éxito que no nazca.
Estaba en clase de teoría del Espectáculo y la Comunicación. El señor Félix, que era el profesor, estaba explicando algo de un trabajo cuando un chico, cuyo nombre no me sabía, levantó la mano.
El señor Félix miró para él y desvió su mirada repetidas veces, hasta que por fin le hizo caso.
-¿Sí?- Dijo el profesor mirando para el chico.
-¿Cuándo hay que entregar el trabajo?-
-El lunes que viene- Miró para la carpeta que tenía en la mano y volvió a mirar para el chico -Y recordad que tenéis que entregar la entrega el día de la entrega, porque si no entregáis el día de la entrega no os recojo la entrega- Este señor a veces me preocupaba. Por suerte en ese momento sonó el timbre anunciando el final de las clases.
Al salir de la universidad vi a Dash afuera, cuando me vio corrió hacia mí y me plantó un beso en los labios.
-¿Vamos?- Preguntó ofreciéndome su mano.
-¿Y Mía?-
-Me llamó antes para decirme que se iba a casa de un tal Aleix- Sonreí al escuchar eso.
-Axel- Corregí.
-Eso- Comenzamos a caminar y a hablar de cosas sin sentido, hasta llegar a la calle de nuestro edificio.
Dash me soltó la mano y se agachó para hacer una bola de nieve, lo siguiente que vi fue la bola impactar en mi cara.
-¡Te vas a enterar!- Y así es como comenzamos una pelea de bolas de nieve. En un punto me harté de que él siempre me daba en la cara y yo no le daba ni una vez, así que me acerqué a el sin que se diera cuenta y le metí la bola por dentro de la camiseta.
-¡Ahh, esto está muy frío!-
-De eso se trata- El moreno me cogió desprevenida y me lanzó otra bola a la cara, la cuál me comí porque tenía la boca abierta.
-¡Ahora tengo frío por tu culpa!- Me quejé.
-Venga, deja de ser tan dramática y vamos arriba, que creo que necesitamos una ducha-
Al subir arriba entré en mi habitación para ducharme, y el moreno se tumbó en mi cama.
-¿Quieres?-
Venga Maddie tu puedes.
-¿Si quiero qué?-
-¿Quieres ducharte conmigo?- Lo dije tan rápido que creo que no me entendió.
-Claro-
-Pero, ehh... solo nos vamos a duchar, nada más.- Agaché mi cabeza avergonzada -Yo, aún no estoy lista para...- Dash se levantó de la cama, caminó hacia mí y me levanto la cara para que lo mirara a los ojos.
-No pasa nada, si no quieres lo voy a respetar. Voy a esperarte hasta que estés lista.-
-Gracias- Dicho esto nos metimos en la ducha.
Dash me lavó el pelo con delicadeza, me encantaba lo delicado que era conmigo. Me trataba como una flor a punto de marchitarse.
Giré sobre mi misma quedando en frente a Dash, lo miré mientras me esparcía el champú del pelo. Me fijé en sus ojos, eran verdes, como los prados en primavera, me recordaban a profundos bosques llenos de magia, me encantaban, me encantaba él.
Al salir nos vestimos y fuimos a ver una peli al sofá. Hasta quedarme dormida sobre su hombro.
***
Nota de autora
Este capítulo se lo dedico a mi mejor amiga que está hoy de cumple, y me hacía ilusión.
Espero que os esté gustando el libro.
La semana que viene no creo que publique capítulo, ya que tengo un viaje y no voy a poder llevar el ordenador, pero si me viene la inspiración intentaré escribir en el móvil.
Hasta el próximo capítulo;)
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El inicio de una bonita historia.
Teen FictionMaddie Ashford no quería sentir, Dash McCully estaba lleno de sentimientos. Juntos intentan escribir su historia, aunque no todo es tan bonito como parece. ⚠️En esta historia se tratan temas muy delicados. Recuerda que solo es un libro, no deberías...