Capítulo 5. La película.

1.4K 145 108
                                    

Estaba de camino a la universidad junto a Mía. No pasaron ni dos semanas desde que la conocí y ya le cogí demasiado cariño.

Le estaba contando a Mía mi extraña relación con mi vecino.

-¿Te gusta?- Preguntó.

-¡¿Que?! ¡No!, ¿o si? ¡No!- Mía se empezó a reír

-Tranquila, todo tuyo. No tenía intención de hablarle-

-¿Gracias?- No sabía que decir, no se si eso era bueno o malo. -Aunque sinceramente no me importa si le hablas. Bueno, un poco. No, ¿Pero qué me pasa?-

-El amor. Eso es lo que te pasa-

¿Amor?

-Dudo que sea eso- Después de eso empezamos a hablar sobre un trabajo de danza que era por parejas.

A mi me tocó con Josh, un chico muy guapo la verdad. Pelo castaño claro, ojos marrones, nariz perfilada... Baila muy bien, cosa que me beneficia para hacer el trabajo.

A Mía le tocó con Axel. El era todo lo contrario a Josh. Rubio, pelo rizado, ojos azules...

Se notaba de lejos que a Mía le gusta.

Llegamos a clase, nos tocaba narrativa fílmica y montaje. La profesora entró y todos nos callamos, ya que nos iba a dar las notas de nuestro último trabajo.

-Maddie Williams- Me levanté y caminé hacia la profesora, me entregó el trabajo.

-¿Que sacaste?- Mía preguntó al ver mi cara indiferente.

-Un 5'5-

-Pero eso está muy bien- Odio eso. Odio que la gente intente "consolarme" por sacar mala nota en un examen o trabajo. A mi me llega con un cinco, pero al ver que los demás te dicen esas cosas a lo mejor no llega.

-¿Que crees que vas a sacar?- Preguntó Iris desde su asiento.

-Un tres como mucho- Respondí sin importancia.

No me preocupaba la nota, nunca me importaron. A ver, siempre estudié e hice lo mejor que pude, y se que la nota que este escrita en un papel no define el esfuerzo que hice.

Un papel blanco cayó en mi mesa. Solo se veía un 4'5 en rojo, nada más.

Una voz empezó a hablar, levante mi cabeza mirando a la profesora de literatura.

-¿Que te pasó Maddie? Me esperaba más de ti-

¿Más de mi?

¿Que pretende que dé de mi?

Las preguntas se esfumaron de mi cabeza al escuchar las voces de mis compañeros de clase intentando "consolarme".

A lo mejor si que importa la nota. A lo mejor si que soy un número.

Tengo que dar más de mi. Pero, ¿qué más puedo dar?

Tenía tan solo quince años. Ahí empecé a preocuparme más por las notas, pero seguía sacando cincos, seises y sietes. Porque ya no tenía nada más de mi para dar, pero la gente creía que si.

Al terminar las clases Mía y yo decidimos volver andando para casa. Era media hora andando y diez minutos en bus.

Al estar todo nevado, llevaba más tiempo llegar, pero no nos importaba.

-¿Quieres venir a mi apartamento? Hasta que venga Josh hay tiempo- Dije al llegar a nuestra calle. Josh, mi compañero de proyecto, iba a venir a hacer el trabajo.

El inicio de una bonita historia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora