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Sabía de sobra que lo que hacía no estaba del todo correcto.

Había salido desde tempranas horas de la mañana sin siquiera dar una explicación creíble de donde se encontraría en el trascurrir del día. Pero vamos es Park Jimin.

Un chico despreocupado y con ganas de vivir al máximo, nadie lo culpaba era muy joven como para no querer hacer un sinnúmero de tonterías, de hecho estaba seguro de que la estupidez estaba presente en cada célula de su cuerpo.

Tampoco pueden culparlo por ser tan curioso y experimentador, últimamente se había interesado en el mundo de los dulces y pastelillos con atractivos colores adornados con maravillosos decorados.

Pensaba que después de tanto tiempo y penurias sufridas por sus padres al no encontrar una vocación para convertir su vida en algo realmente útil, lo había encontrado.

Sería un buen repostero

Sabía que estaba rodeado de gente de poca fe y se burlarían de sus ocurrencias; tal como Felix y Soobin lo habían hecho hace no más de un par de días atrás.

Flashback

Un muy, demasiado y extremadamente emocionado Jimin hablaba del increíble descubrimiento que había hecho en esa misma tarde.

-Fue como una revelación, nunca antes me había pasado- movía sus manos con desesperación al no ser comprendido.

-A ver deja y me limpio bien los oídos- llevo uno de sus finos dedos a una de sus orejas comenzando a hacer movimientos circules y descubrir si estaban tapados.

Lo contrario a Soobin quien se acercaba más al novio de su hermano y verificar si su sentido auditivo funcionaba a plenitud.

Ambos jóvenes se miraron uno al otro fijamente por un corto lapso de segundos antes de estallar en carcajadas. No podían creer que Park desastres Jimin les estaba diciendo, era así como escuchar una de esas profecías que carecían de cualquier sentido racional. Imposible de considerar.

El peliazul sintió como su sistema se llenaba de coraje al no poder ser comprendido y lo peor era que no los culpaba, en sus cortos 23 años había experimentado de todo un poco, siempre con entusiasmo al principio, pero luego de poco tiempo se cansaba y dejaba sus proyectos en nada.

Sin embargo, ahora si decía la verdad. No descansaría hasta convertirse en un buen jodido repostero, se lo prometió como que se llamaba Jimin.

-¿¡Por qué mierda se están riendo par de idiotas!?- pregunto frunciendo el ceño con exageración.

-¿Como que por qué?. Jimin tú y yo nos conocemos desde que mi madre me trajo a tu casa en pañales y me recostaba en tu cama para jugar juntos, eso fue hace más de un siglo pasado y preguntas lo que es demasiado evidente, nunca jamás en la vida, tú terminas lo que comienzas.

-No es cierto- reprocho cruzando sus brazos a la altura de su pecho.

-¿Quieres pruebas?- hablo esta vez el menor quien permaneció extrañamente en silencio durante tanto tiempo.

El mayor de todos solo asintió lanzándole una mirada de superioridad a sus acompañantes.

-Prueba número uno- comenzó a relatar Soobin.

-Hace no más de cinco meces me dijiste que querías ser mecánico.

-Prueba número 2.

A fines de marzo me dijiste que mejor serias, boxeador porque según mi hermano eras salvaje y brutal.

-Prueba número 3.

Dijiste que serias estrella porno, porque muchas personas habían dicho que eres sumamente sexi y atractivo. También sé que mi hermano te lo impidió y tu madre casi se desmayó al escuchar tal disparate.

-Prue...- sus palabras fueron interrumpidas por un fuerte (BASTA YA)

-Me rindo- susurro el peliazul.

-Y la lista continua, pero por esta vez te dejaré en paz- sonrió el menor inocente.

Los hermanos Jeon era un caso perdido.

-Amigos de poca fe, ya verán y recordarán mis palabras- su rostro mostraba absoluta seriedad (como todas las veces anteriores). -Pero cuando prepare uno de mis exquisitos manjares espero no se aparezcan por aquí- advierto (como todas las veces anteriores)

Fin del flashback

Jimin no hace más de una semana había conocido a un lindo y amigable chico su nombre era HyunJin, el chico contaba con una belleza extraordinaria, sus ojos pequeños lo hacían ver adorable y ni hablar de su hermoso cabello largo de color negro que contaba con pequeñas ondas en sus puntas; labios finos y delicados como la textura de su piel. Jimin no era del tipo de hombres que le eran infiel a su pareja, no, simplemente le gustaba admirar la belleza, no es por morbo, más bien seria porque le parecía divertido aunque también era un extraño pasatiempo que se tenía bien oculto.

El reloj casi marcaba las 11:00 de la noche, ni el mismo sabia porque la pastelería estaba habita hasta esa hora, talvez era porque estaba distrayendo al lindo pelinegro de sus ocupaciones y eso le preocupo.

-Siento si te quito mucho tiempo- hablo cabizbajo el peliazul.

Realmente quería aprender cosas sobre repostería, pero no le gustaba pensar que le estaba siendo molesto al otro muchacho.

-No te preocupes hyung, para mí es un placer que usted este interesado en aprender todo lo que le enseño- sonríe el joven dulcemente en dirección al más alto.

Hyunjin esta feliz de poder compartir sus conocimientos con Jimin, le resultaba divertido ver como el mayor soltaba pequeños gruñidos al no poder preparar la masa para los cupcakes y más cuando estos se pasaban de tiempo y se quemaban por pasarse el tiempo indicado, sin embargo, le parecía tierno ver a Jimin saltar contento después de terminar de decorar un pastel.

Era muy divertido, no obstante lo que más le gustaba era cuando el mayor le hablaba de su bonito novio, sabía que se llamaba Jungkook aprenderse su nombre no fue complicado pues Jimin lo menciona casi todo el tiempo acompañado de una radiante sonrisa.

El peliazul le había pedido que aceptara una cantidad de dinero por dañar algunas de sus preparaciones, pero el menor se había negado diciéndole que el dinero era lo de menos, lo importante era aprender y si quería pagarle con algo, con permitirle conocer a Jungkook le parecía más que suficiente, si bien no lo conocía, por las narraciones de Jimin, sabía que se llevarían muy bien.  







Gracias por ser tan paciente conmigo y esperar por mis actualizaciones, realmente se los agradezco 

Cuatro | Jikook |Kde žijí příběhy. Začni objevovat