La hermana de Elena, se llamaba Aurora.
Aurora sabía todo sobre lo sobrenatural después de que sus padres la enviaran a Londres a la edad de 12 años debido a sus poderes.
Sabía sobre vampiros, hombres lobo y, por último, brujas sobrenaturales que...
Llegamos a una tienda antes de buscar cosas. Terminé eligiendo dos atuendos mientras Rebekah se quejaba de cómo se veían raros. No me importaba, pero creo que a Klaus y Elijah les importaba.
Tenía una camiseta blanca de rejilla con unos jeans azules y tacones. Sonreí pensando en sus reacciones.
Salí del vestuario entrando en la habitación y vi que me miraban con sorpresa. Sonreí con satisfacción antes de poner mi mano en las caderas.
"Déjenla en paz, hombres con exceso de hormonas" oí decir a Rebekah.
"Te ves hermosa". Rebekah dijo haciendo que me sonrojara.
"Gracias preciosa" Ella me miró con una breve sonrisa acercándose para darme un abrazo.
"Vamos a probar otro atuendo"
Me liberé del agarre de Rebekah antes de regresar y cambiarme al siguiente atuendo.
Me puse un top con hombros descubiertos y unos pantalones cortos de mezclilla azules con sandalias blancas.
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Salí y rápidamente se giraron.
"Muy hermosa, cariño". Rebekah dijo, sonreí sentándome junto a Klaus, lo que hizo que me envolviera con sus brazos.
"Tu turno, Bek" le dije mirándola, sonrió ante el apodo antes de caminar hacia el vestuario.
"¿Cuándo crees que volveremos en Mystic Falls?" Le pregunté a Klaus apoyando mi cabeza contra su pecho respirando su esencia.
"Esperaba que viajáramos". Klaus aclaró.
"A donde sea que vayas te seguiré". Le dije de corazón.
"Tiene que haber más en este vestido", dijo Rebekah desde detrás de la cortina.
"No lo hay" le dijo Klaus tomando mi mano.
Luego sale y mis ojos se agrandan hasta el punto que negué con la cabeza levantándome para buscar unos jeans y una camisa que pudiera usar.
Regresé y no encontré a Rebekah en ninguna parte, fruncí el ceño antes de mirar a los hombres, vi a Klaus y Elijah señalar a Stefan, lo miré y me acerqué a la cortina.
"Bek, encontré algo de ropa para que te pongas". Le dije.
Extendió la mano por la ropa, lo que me hizo colocar la ropa en su mano.
"Gracias" Ella agradeció.
"De nada". Le dije antes de acercarme a Klaus y sentarme como estaba antes.
Volvimos al bar de Gloria, ella nos aseguró de que necesitaba más tiempo. Agarré la mano de Klaus y lo arrastré hacia un hotel dejando a Rebekah, Elijah y Stefan en el bar.
Le sonreí a Klaus antes de tomar su mano y llevarlo a la habitación.
Vi a Klaus mirando fijamente, agarré su mano y lo llevé a la cama.
Puse su mano en mi regazo jugando con ellos antes de mirarlo.
"Lamento no haberte tratado igual que a Elijah" le dije con tristeza.
"Está bien amor" Me dijo poniendo su mano en mi mejilla. Niego con la cabeza violentamente.
"No está bien Nik, eres mi compañero y debería tratarte como uno, especialmente dejándote emparejarte conmigo" le dije.
"Amor, estoy listo cuando tú estés lista" Me dijo, sonreí pensando en la decisión.
"Estoy lista Nik", le dije arrastrando su cara y besándolo.
Me devolvió el beso de inmediato. Sonreí acercándome a él y sentádome a horcajadas sobre él.
Lo escuché gruñir, antes de darme cuenta, estaba de espaldas al colchón, envolví mis piernas alrededor de su cintura besando su cuello buscando dónde marcarlo.
Lo escuché gruñir haciéndome saber que lo alcancé. Sonreí antes de empujarlo y subirme sobre él.
****
Sonreí mirando a mi compañero antes de darle besos de mariposa y abrazarlo.
Miré mi marca en Klaus besándola, lo que le provocó un gruñido. Me reí pasando mis manos por su cabello.
"Te Amo Niklaus" le dije en un susurro.
"Yo también te amo Aurora, haría cualquier cosa por ti amor" Me dijo, me sonrojé poniendo mi cabeza en su cuello besando su marca nuevamente.
Terminamos durmiendo después de aparearnos un par de veces.
Me desperté ganando visión, mirando alrededor vi a Klaus saliendo del baño con una toalla en su cintura.
Negué con la cabeza a punto de levantarme cuando lo vi aparecer frente a mí. Él me sonrió antes de tirar hacia mí gentilmente. Cerré los ojos maldiciéndome en mi cabeza, no voy a ganar esta pelea.
Y adivina quién perdió esta batalla, ¿qué pasa con estos hombres y sus hormonas?
Me levanté después de acostarme en la cama por un minuto, siseé por el dolor en mi costado de todo el movimiento y miré a Klaus haciendo que guiñara un ojo.
Me di una ducha antes de agarrar la franela de Klaus y ponérmela con unos pantalones cortos.
