veintiuno.

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Los días en su hogar eran una completa tortura. Esos eran sus únicos recuerdos desde que tenía memoria; su padre con vicios, el cual maltrataba a su madre y esta no hacía nada por cortar aquella violencia.

Su mamá lo llevaba al jardín a la edad de cinco años sólo porque "estorbaría" en el hogar ─esas fueron las palabras de su padre─.

Aquel día cuando sus ojos se fijaron en un niño de cabello rubio y este sujetaba la mano de los que parecían ser sus padres y su hermana, sintió por primera vez algo llamado 'celos'. Lo supo cuando creció y se dio cuenta de que era un sentimiento no positivo ─palabras dichas por Inui─.

Lo único que deseaba era lo mismo que sus ojos observaban desde la lejanía. Haría cualquier cosa por tenerlo. Olvidaría todos esos malos ratos con tal de pertenecer a una familia normal, pensó.

Cuando tenía diez años, la primera persona que se le había acercado a hablarle fue él.

─¿Tú eres mi vecino? ─Escuchó a sus espaldas, exaltándose un poco al darse cuenta de la presencia ajena. Apretó sus labios y agachó la mirada mientras sujetaba las tiras de su mochila con fuerza y asentía─. ¿Por qué todavía sigues aquí? ¿No te han venido a buscar? ¿Quieres que te lleve a tu casa?

Era demasiado insistente.

Seguramente sólo lo estaba usando para no ir sólo hasta su casa ya que siempre tenía a sus padres acompañándolo, se repitió mentalmente, negando con la cabeza.

Creyó que al fin el niño había desaparecido pero luego pudo sentir cómo alguien se sentaba a su lado.

Al girar el rostro, lo encontró a él, sonriéndole ampliamente.

─Mis... papás pelean. ─Habló en un tono bajo─. No quiero llegar a casa porque mi papá aún no se va.

No sabía por qué pero le estaba contando todo eso a aquel desconocido, olvidándose por completo de los pensamientos negativos que tenía sobre él.

─¿Quieres que me quede haciéndote compañía?

Inupi fue su primer y único amigo en ese entonces.

Le enseñó a usar un celular mientras se quedaban en el parque de la escuela, esperando a que los minutos pasaran para volver a casa. También le mostró varios libros de ficción que compraba cada semana cuando se iba de paseo con su familia, la cual conoció cuando fueron en busca de Inui porque estaba llegando tarde a casa.

Aunque ambos estudiaban en la misma escuela, por la diferencia de edad estaban en cursos separados. La sorpresa que tuvo al ver al ojiazul siendo acompañado por otras personas, fue inmensa.

¿Por qué tenía más amigos? ¿Él no era suficiente?

Entró al aula y se acercó hacia el mayor con timidez, tocándole el hombro para que pudiera notarlo. Este de inmediato centró su atención en él y salieron de aquel lugar para pasar tiempo juntos.

"Los celos son negativos, Chifuyu, pero gracias por hacerme saber lo que te hace sentir mal porque así puedo ayudarte".

Sus palabras eran tan suaves y la sonrisa que le regalaba al finalizar su oración lo hacían sentir más tranquilo. Después de eso, entendió que el contrario podía tener más amigos y eso no significaría que ya no lo quería.

Amaba a Inupi y quería crecer para que este se sintiera orgulloso de él.

La primera vez que se fijó en alguien, fue en una chica parecida a su amigo. Lo sabía, era consciente de eso pero no lo aceptaba. ¿Qué hacía él teniendo sentimientos por otro chico? ¿Eso estaba bien? Muchas preguntas surgieron en su cabeza de la noche a la mañana y la única persona que podía responderle todo eso era Inui.

─Festejemos tu cumpleaños número quince hoy en mi casa. ─Propuso el mayor, reflejando emoción en su mirada.

─Pero no me van a dejar salir. ─Contestó al instante con obviedad.
Aquella respuesta la veía venir, por lo que le regaló una sonrisa.

─Escapemos. Paso por ti a las once y cincuenta y cinco.

La adrenalina del momento lo estaban haciendo sentir nervioso. Su papá ni siquiera se atrevía a mirarlo, por lo que sabía que jamás lo buscaría en su habitación, al igual que con su madre. Aunque no estaba tan seguro de eso.

Cuando pasó la entrada de la casa y cerró la misma con cautela, sintió su pecho hincharse de felicidad, saltando en la dirección en la que se encontraba el ojiazul para abrazarlo.

En menos de cinco minutos, ambos se encontraban en la habitación del mayor, en la cual había un pequeño pastel de chocolate ─porque Inui sabía que ese era el favorito de Chifuyu─ y unas velas que formaban el quince.

Cuando el reloj marcó las doce de la noche, su amigo le cantó la canción de cumpleaños, diciéndole finalmente que soplara la vela y pidiera un deseo.

Los minutos avanzaron con rapidez después del festejo. Ambos se encontraban tumbados en la cama, listos para dormir.

─Prometo sacarte de ese ambiente, Chifuyu. ─Lo escuchó susurrar a su lado mientras tomaba su mano y entrelazaba sus dedos─. Por ahora, quiero que aguantes un poco más.

Sus últimas palabras antes de dormirse fueron esas, haciendo que su pecho palpitara con fuerza y derramara unas cuantas lágrimas de ¿felicidad? ¿Era eso lo que sentía cuando estaba con él?

El poder observar el rostro relajado del contrario cuando dormía, era un regalo de cumpleaños bastante bonito.
No pensó bien en el momento en el que se acercó a sus labios y dejó un corto y fugaz beso en ellos, sonrojándose de inmediato.

─Eres mi primer beso. Espero ser el tuyo también. Buenas noches.

























Mientras caminaba con Baji para tomar el tren que lo llevaría a casa, recordó ese momento en el que besó a Inui.

Era imposible lo que su madre había dicho acerca de que el mayor tenía sentimientos por él cuando estaban más pequeños. Lo sabía porque un día mientras jugaban con Akane a preguntas y respuestas, esta lo encaró y él confesó no tener sentimientos por nadie porque lo importante era el estudio.

¿Así dijo, no?

─Hey. ─El pelinegro lo sacó de sus pensamientos─. Ya llegamos. ¿Estás bien? ¿Quieres que te acompañe hasta tu casa?

El de orbes cafeses lo miraba con preocupación, preguntándose por qué parecía como si Chifuyu había perdido su mirada en la nada.

─Está bien, puedo llegar solo. ─Respondió, tomando las fundas de las compras que el mayor estaba llevando.

La sensación extraña en su estómago no se disipaba. Necesitaba hablar con Inui sobre aquello o no tendría paz.

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dos caps para compensar mi tiempo desaparecida.

|| 𝐇𝐄'𝐒 𝐉𝐔𝐒𝐓 (𝐧𝐨𝐭) 𝐈𝐍𝐓𝐎 𝐘𝐎𝐔. ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora