uno.

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Se suponía que ese día iba a ser uno bueno, ya que, empezaba su último año en el colegio y luego de eso empezaría su vida de "adulto responsable". Sin embargo, se encontraba en una calle despejada, en donde dos tipos con un cuchillo, lo amenazaban para que entregue todo el dinero que llevaba mientras apuntaban a sus costillas y a su cuello.

Desgraciadamente, apenas y llevaba para unos chicles, ya que, su dinero se lo había gastado en comida. Sabía que eso significaría una paliza por no ser de utilidad y se estaba preparando mentalmente para recibirla, mas no esperaba a que dos chicos desconocidos atacasen a los delincuentes por detrás y los dejaran casi inconscientes en el suelo.

Llevaban el uniforme del lugar en el que él estudiaba y lo miraban con preocupación.

─¿Te hicieron daño? ─Preguntó el de orbes oscuros, acercándose y colocando su mano en el hombro ajeno. El rubio sólo negó─. Me alegra. No deberías estar solo por estas calles. Tipos como estos abundan mucho por aquí y atacan a gente que está sola. Por cierto, somos del mismo colegio, así que, ¿qué tal si vamos juntos los tres?

Podía percibir bastante energía por parte de aquel chico, que, al parecer era de su misma edad.

─Tuviste mucha suerte de que pasaramos por aquí. Casi nunca solemos hacerlo porque sabemos que hay peligro. ─Escuchó hablar al chico que tenía una coleta en la cabeza. Ambos parecían ser unos tipos fiables, por lo que empezó a caminar al lado de ellos con total confianza.

─No lo sabía, soy nuevo en esta zona. Vivo con un amigo pero él estaba profundamente dormido y yo no quería faltar a mi primer día de clases sólo porque no despertaba. ─Dijo, justo antes de escuchar una voz ruidosa a sus espaldas gritando su nombre.

─¡Inupi! ─Era su mejor y dormilón amigo, Chifuyu. Veía cómo este corría a su dirección, agarrando su mochila con firmeza mientras alargaba las dos últimas sílabas de su nombre al pronunciarlas.

Los tres detuvieron sus pasos y dieron media vuelta para poder ver al dueño de aquella voz escandalosa.

─Inu- Guau... ¿Me cambiaste? ¿Así, tan rápido? ─Sintió cómo las manos adversas se colocaron sobre sus hombros y lo sacudían muchas veces. Los otros dos chicos sólo admiraban la escena con un poco de gracia.

─Hey, cálmate. Deberías agradecernos de que le salvamos la vida a tu amigo. ─Habló el de ojos cafeses, el mismo que pronto tuvo la mirada entrecerrada del rubio menor encima; lo analizaba, intentaba descubrir quién era y por qué estaba junto con su amigo─. Eh... ─Sus mejillas se ruborizaron─. ¡No me mires así!

Era la primera vez que se sentía intimidado por alguien. Lo más gracioso es que era una persona más baja que él y con facciones delicadas. Escuchó la risa de su amigo llenando sus oídos y dirigió la mirada hacia este.

─Jaja. Esto se llama gay panic, pedazo de mierda. ¿Ahora dices que eres heterosexual, gallina? ─Se burlaba, amaba burlarse del pelinegro porque era alguien fácil de hacer enojar.

─No seas fastidioso, inútil.

Ahora eran los rubios quienes observaban todo desde su posición con cierta confusión. Habían pasado de estar totalmente callados a insultarse entre ellos mismos.

─Sí, bueno. Se nos hace tarde. Debemos continuar con nuestro camino.

Todos estuvieron de acuerdo, empezando a dirigirse nuevamente hacia su destino. En el camino continuaron con sus bromas, aunque los de ojos azules simplemente estaban en silencio. Chifuyu llevaba a Inui agarrado del brazo porque, de cierta forma, ambos pelinegros lo ponían nervioso.

───

Finalmente habían llegado a sus salones de clases. La mejor casualidad fue cuando Chifuyu se dio cuenta de que le tocaba compartir aula con el chico de orbes cafeses.

─¡Wow! ─Notó cómo a este le brillaron los ojos─. ¿Quieres sentarte conmigo? ¿No es genial que nos toque a ambos juntos? ¡Es nuestra oportunidad para ser amigos!

El de ojos claros sólo lo observaba estático. Era difícil de explicar pero la emoción que este mostraba era bastante contagiosa. Lamentablemente él no sabía socializar y le costaba mucho expresar su alegría.

Apenas y le tomó tres años poder empezar a hablar con Inui (y eso que se conocen desde los cinco años). Con el pasar del tiempo, pudo soltarse y finalmente generó confianza, a tal punto de que ahora este lo mandaba a callarse porque lo agobiaba.

─Sí... ─Respondió bajo, esperando a que el pelinegro se sentara para poder imitar su acción y elegir el sitio que quedase a su lado.

─¿Eres tímido? ¿O acaso te caí mal? ─Preguntó el contrario, intentando encontrar su mirada. Este sólo negó con su cabeza.

─Ah. Yo-

No pudo continuar porque la presencia del que, probablemente sería su maestro, lo cortó. Toda la clase quedó en silencio y luego de que el mayor se haya presentado, a todo el resto le tocó hacerlo de igual forma.

Esa rutina era algo que molestaba tanto al de cabello rubio, ya que, odiaba sentir la atención de la gente sobre él.

─Soy Matsuno Chifuyu. Tengo diecisiete años y me gustan los gatos. ─Fue lo único que dijo para luego volver a tomar asiento. Sus mejillas estaban ardiendo, lo sabía.

─Soy Keisuke Baji. Tengo dieciocho años y también me gustan los gatos.

El menor lo miraba con una expresión de asombro y a la vez de emoción. Por primera vez, había encontrado a alguien con quien podría compartir su gustos por los gatos.

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|| 𝐇𝐄'𝐒 𝐉𝐔𝐒𝐓 (𝐧𝐨𝐭) 𝐈𝐍𝐓𝐎 𝐘𝐎𝐔. ||Where stories live. Discover now