dieciseis.

1K 186 61
                                    

No pudieron parar desde aquel día.

Se había vuelto adictivo para ambos el disfrutar de sus bocas danzando en sincronía y permitiéndose degustar la una de la otra. Se había vuelto adictivo el sonido cansado que emanaban cuando rompían el beso para poder respirar y las mejillas ruborizadas de ambos cuando se miraban a los ojos.

Para Baji era el paraíso el que tocaba con sus labios cuando podía besar a Chifuyu; para Chifuyu era como su mayor deseo volviéndose realidad y viviendo el momento de sus sueños.

Ninguno era consciente de lo que estaban construyendo y sólo dejaban fluir las cosas a su paso.

Mientras que por otro lado se encontraba Koko, determinado por ir en busca de Inui en ese momento. Llevaban alrededor de dos semanas sin hablarse y aunque el azabache intentaba acercarse al contrario, este sólo hallaba la manera perfecta de escabullirse entre la multitud y no ser encontrado.

Pero no podía huir por siempre y lo sabía.

─¡Inupi!

Una mano sostuvo su antebrazo con la fuerza necesaria para que no se suelte. Sus ojos se cerraron en señal de derrota y escuchaba a sus espaldas la respiración acelerada de Koko.

─Hola... ─Susurró, dándose por vencido y sin alguna pizca de querer correr hasta que su rastro no se pueda hallar.

El pasillo en el que ambos se encontraban estaba sólido y lo único que se podía escuchar en ese momento eran sus respiraciones. El mayor intentaba buscar la mirada celeste del más bajo mientras que este sólo la desviaba cada que podía.

─Hablemos, por favor. ─Pidió, manteniéndose firme y dispuesto a no dejar que este se vuelva a marchar. El menor sólo asintió sin decir una sola palabra, esperando a que el contrario continue─. Quiero pedirte disculpas por... aquel beso. Sé que te molestó y...

─¿De qué hablas? ─Lo cortó de inmediato, mirándolo confundido─  El beso no me molestó. Es decir, ¿por qué me molestaría que fueras mi primer beso? Creí que te había dejado en claro que me atraes.

Ahora era Koko el que se encontraba confundido. Todo lo que había estado practicando durante días se arruinó porque ya no sabía cuál era el motivo por el que Inui decidió alejarse.

─¿Entonces, por qué...

─Koko... ─Suspiró, acariciando el puente de su nariz en señal de frustración─. ¿En serio me preguntas...? ─Lo único que percibía en ese momento era la ignorancia del mayor sobre el tema. Quería darle un buen golpe en el rostro pero se contuvo─. No me molesta el beso. Es más, me hizo sentir esas moscas en el estómago...

─Mariposas. ─Corrigió─. ¿Entonces?

El contacto visual que ejercieron en ese momento se sentía tenso. Ahora que sus miradas se habían encontrado, se les complicaba un poco más el hablar.

─¿Cómo me vas a besar después de hacerme una confesión como esa? Es... absurdo. ¿No pensaste en lo que iba a pensar de ti? ─Dijo finalmente después de un par de segundos. El pelinegro se acercó dos pasos para poder tomarlo por las mejillas.

─Pero yo lo dije para que sepas que aunque ya haya tenido algo con otro chico, tú ibas a ser el primero al cual iba a besar porque de verdad quería hacerlo. ─Murmuró con firmeza desborbando en su mirada.

─No puedo saber en lo que estás pensando si no lo dices. No pienso igual que tú y tú no piensas igual que yo. ─Volvió a contestar, haciendo que el contrario se quede sin fundamentos para continuar hablando.

Esa cercanía los hacía sentir nerviosos pero no iban a retroceder ahora que al fin podían volver a hablar. El rubio desvió su vista hacia el suelo, escuchando cómo su corazón palpitaba con fuerza y creyendo que su pecho explotaría pronto.

─Lo lamento. ─Añadió.

─Aún así... después me dijiste que eras heterosexual. ─Susurró con pena, colocando sus manos alrededor de las muñecas ajenas para poder apartarlas de su rostro.

─Sí. ─Respondió al instante, entrelazando sus dedos con los adversos cundo este quiso deshacerse del agarre. Cuidando de que eso no vuelva a ocurrir, guió los dígitos entrelazados hacia su pecho y los dejó reposar ahí.

─¿Por qué? No necesitas una etiqueta social para determinar lo que eres.

Para este punto, Koko sabía que todo lo que el ojiazul dijera, era lo correcto. No tenía algún argumento para usar en su contra porque ni él mismo sabía por qué existía la necesidad de usar aquel termino para describirse.

Estaba avergonzado por ─nuevamente─ no estar a la altura de aquel chico que lo miraba con paciencia desde su puesto.

La campana que avisaba que era hora de volver a sus clases sonó, pero ninguno se inmutó hasta que escucharon voces a lo lejos amenazando con arruinarles el momento si ellos no se alejaban.

El primero en retirarse fue Inui, dejando a Koko parado y pensando aún mucho más en todo lo que acababa de ocurrir.

.

|| 𝐇𝐄'𝐒 𝐉𝐔𝐒𝐓 (𝐧𝐨𝐭) 𝐈𝐍𝐓𝐎 𝐘𝐎𝐔. ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora