— ¿Cariño encontraste a Izumi?... Allí estás campeón. —La voz de su padre llamo su atención y le sonrió de inmediato, sintiendo como este lo tomaba en brazos y besaba su mejilla.

—Papá, papá hice un amigo... es él. —Señalo el lugar en donde debería estar su amigo, pero no encontró a nadie. - ¿Dónde está? Mamá, ¿Dónde fue?

—No se cariño, de repente se fue corriendo, quizás noto que se le hacía tarde.

—Oh, ya veo... entonces tu amigo imaginario se fue. Que lastima, me hubiera gustado conocerlo. —Su padre respondió rápidamente, mientras mantiene una sonrisa algo extraña.

—No era imaginario, era real. —Tiro de su cabello suavemente, para comprobar que no era un sueño, y lo noto al sentir dolor. — Tenia el cabello rizado y verde... también sus ojos...

—Campeón, entiendo... es tu amigo, no...

—No estoy mintiendo... Se llama Izuku y ...

Y no dijo más.
Los ojos verdes de su padre lo miraron de una manera que desconocía, incluso sus manos apretaron con más fuerza su cuerpo.

—Querida, quizás si le dices tú lo entienda. -Su papá tomo la muñeca de su madre.

—S-Si hijo... te seguí el juego, perdón. Solo era un amigo imaginario. —Su madre le sonrió como siempre y luego acaricio su mejilla con su mano libre. -Vamos a comer esas manzanas, lucen deliciosas.

Asintió, mirando sus manzanas mientras sus padres caminaban a un banco cercano.

Después de eso, dibujo a su amigo imaginario; aunque le costó comprender que su cabeza creo a una persona con tantos detalles; pero si sus padres le decían que eso era, él les creería.

Pero no dejo que eso lo desmotivara. Si su mente era así de imaginativa iba a crear una historia para este amigo imaginario.

Izuku era un príncipe de las flores, que regalaba dulces de fruta a todos los niños que se perdían entre sus jardines, también protegía a los animales de los malos y a las hadas de los cazadores. Esto le permitirá tener muchas aventuras, las cuales se las contaba a su hermanita desde que nació, creando de ese modo un universo de cuentos para ella, que disfrutaba aún más mientras crecía.

Pero un día, algo realmente sorpréndete le ocurrió.
Mientras buscaba algo que leer dentro de una librería, se encontró con, ni más ni menos, que su amigo imaginario.
Era el mismo cabello rizado que recordaba, mejillas pecosas y ojos verdes. Se encontraba con un joven alto, de piel morena y cabellos negros; con el cual había una conexión que se lograba ver a simple vista.

Entonces, ¿No fue su imaginación? ¿Realmente existió Izuku todo este tiempo?

Se sentía engañado, estaba bien que su padre no haya alcanzado a verlo, pero que negaran que había conocido a alguien por su cuenta, era molesto.
Aun así, no discutiría con ellos, habían pasado años y quizás el ni siquiera se acuerde de una conversación de 5 minutos, así que solo debían irse con su hermanita y estaría todo bien. — ¡Eres como el príncipe que dibuja mi hermano!

Pero ella tenía otros planes.
Suspiro frustrado y realmente avergonzado. Que de la nada una niña diga que eres un príncipe y más encima que eras dibujado, claramente sería extraño. Y si pensaba con frialdad, toda posibilidad de ser amigo de ese chico se había esfumado en su vergüenza.

O eso había pensado.

Izuku, no menciono aquello y simplemente saludo, mencionando que si lo recordaba y que podrían buscar una amistad hoy en día. Sonrió alegre debido a ello, le gustaba conocer personas nuevas y la idea de ser amigo del chico que logró ser su primer amigo en Japón le fascinaba.
Por lo que se intercambiaron los números y cada uno siguió en lo suyo.

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⏰ Última actualización: May 06, 2023 ⏰

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