Extra: Cinco años después.

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¿Se arrepentía de haber deseado tener una familia al lado de la persona que amaba? Probablemente en esos momentos podía permitirse decir que sí.

—Lia por dios, deja de correr de un lado a otro —Doyoung tomó a su pequeña de seis años y la subió a su hombro como costal de papas. —¡Yeji, vas a tirar el jugo! —a como pudo corrió para sostener la jarra, evitando que su otra hija de la misma edad hiciera un desastre.

—¡Papá! —ChaeRyeong abrazó la pierna de su padre con una gran sonrisa. La pequeña de  cuatro años tenía una coleta alta mal amarrada, cortesía probablemente de Sungchan. —Escapé de la cárcel.

—¡No es justo! —RyuJin se cruzó de brazos cuando se dió cuenta de que su hermana se estaba escondiendo detrás de su papi. —¡Se escapó, papá! Dile algo.

La idea de tomarse unas vacaciones eternamente al más allá volvió a cruzarse por su mente un par de segundos, después recordó que no podía porque todo mundo se pondría triste y no quería eso.

¿Pero lidiar con cinco niñas, un chico entrando a la adolescencia, un empresario barra modelo, una mujer que ofrecía trabajo de actor a medio mundo y dos mellizos recién graduados?

Sí, necesitaba unas vacaciones urgentemente con Minho en Hawaii.

—Shotaro vendrá a comer hoy —Sungchan se acercó a su hermano mayor y se quitó sus audífonos. —Haz algo bueno, por favor.

—¿Me ayudas?

—¿Me viste cara de cocinero? Heredé las habilidades culinarias de Johnny.

—Niñas, molesten al tío Sung.

Las cuatro menores se le quedaron viendo al adolescente, quien huyó de inmediato con cara de terror solo para ser acorralado por ellas en una esquina de la sala.

En eso su más grande bola de estrés andante y esposo desde hace ya cinco años, entró a la cocina con su pequeña bebé de apenas seis meses en brazos. Al parecer no venían a hacer nada útil, solo molestarlo hasta que terminara con lo que estaba haciendo.

—Siempre me dejas lo peor a mí, cuidar de YuNa es muy sencillo, es una bebé muy tranquila —se quejó Doyoung mientras preparaba su ensalada.

Pudo sentir como Johnny rodeaba su cintura con su brazo, haciéndolo sonreír en el proceso y escuchando también una risita traviesa de su bebé.

—Solo di que quieres pasar más tiempo con YuNa, oficial.

—Es que no es justo, tu pasas todo el día con ella y yo también quiero, es más mía que tuya —Doyoung le sacó la lengua a su esposo y se dió la vuelta para tomar a su hija en brazos, sonriendo en cuanto esta lo tomó de las mejillas. —¿Ves? Me adora.

—Todos lo hacemos —Johnny dejó un beso sobre la frente del pelinegro. —Por cierto, dice Renjun que le compres galletas porque ya no tenemos.

—Ustedes deberían de comprarme a mí, en esta historia son los millonarios, mi sueldo de agente no ajusta para tanta familia, tengo diez hijos.

Entre los dos se encargaron de terminar una cena que se ajustara a los gustos de cada uno de los habitantes de su hogar; Doyoung odiaba que de pequeño fuese obligado a casi comer algo que no le gustaba, no le haría lo mismo a sus niños y niñas.

—A ver —Johnny llegó a la mesa con Lia colgando de su hombro, RyuJin pegada a su espalda y Yeji abrazada a su pierna. —Suelten a papá para que puedan comer.

La única de las niñas que se sentó en silencio y calma fue ChaeRyeong, solo porque quería que su papi Doyoung le hiciese avioncito con su comida.

(Borrador) InvasorWhere stories live. Discover now