40. A family.

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Sungchan despertó en la madrugada después de haber tenido una pesadilla, su corazón latía apresuradamente y sus ojos se llenaron de lágrimas en un par de segundos.

En su sueño, Doyoung lo dejaba completamente solo y nadie llegaba por el, así que tenía que irse a un orfanato como varias veces llegó a amenazarlo su madre, diciéndole que si no se comportaba lo llevaría a ese lugar para nunca más regresar.

Bastó con un pequeño sollozo para que se escuchara ruido en la habitación de al lado, el pequeño esperó pacientemente a que llegara su hermano a consolarlo, pero para su sorpresa, quién abrió la puerta fue Johnny.

—¿Qué pasa, Sung? —Johnny se acercó al niño, pero este lo miró feo y se cubrió con sus cobijas hasta la cabeza para quedar como una pequeña bolita llorona. El adulto inmediatamente entendió que su presencia no era muy bienvenida por parte de Sungchan, pero Doyoung estaba muy cansado y tenía que despertar temprano, lo mínimo que podía hacer por el era dejarlo dormir toda la noche. —No te voy a juzgar si me dices que es lo que sucede, puedes confiar en mí.

—Quiero a Doyoung —Sungchan pataleó y su llanto aumentó en volumen.

—Doyoung está muy cansado para venir a verte, trabajó todo el día y tiene que levantarse temprano, pero aquí estoy yo para cuidarte de todo —sonrió aunque Sungchan no lo viera. —Sung, no soy malo como crees, yo también puedo cuidarte de los monstruos aunque no sea policía.

—Los monstruos no existen, eres un tonto.

—Si existen, aunque no como nos lo dicen en la televisión o en los cuentos —explicó en un tono calmado, buscando relajar un poco al niño malhumorado. —Los monstruos en la vida real son personas malas que nos hacen daño diciendo o haciendo cosas.

El pequeño poco a poco fue quitando las cobijas de su rostro para ver fijamente a Johnny aún con lágrimas cayendo por sus mejillas.

—¿Tu familia puede ser uno?

Johnny hizo una pequeña mueca ante la pregunta y asintió, recordando fugazmente todo lo que había pasado.

—A veces tu propia familia es el peor monstruo que puede existir y el cual tiene la capacidad de destruirte pues está conviviendo contigo aunque tú no quieras —Johnny tomó asiento en la cama del pequeño y este se acercó lentamente a el. —Y duele tener que hacerlo porque tienes miedo de decir lo que sucede, tal vez nadie te creerá y quedarás como el malo que intentó acusar a su propia familia de algo que no está bien.

"—¿Quién te va a creer, Johnny? —se burló Jongdae mientras tomaba con fuerza el cabello de su hijo, haciéndolo quejarse entre lágrimas. —Ni tu madre lo hará, ella me tiene en un pedestal incluso si nos divorciamos.

—¡Pues entonces le diré a la policía! —gritó con toda la fuerza que pudo, aunque era imposible que alguien le fuese a escuchar.

—Tu abres la boca y la vida de tu madre junto a tus adorados mellizos se irá a la mierda, ¿Escuchaste? Atrévete a decir una sola palabra en contra mía y verás como todos terminan tres metros bajo tierra."

—Mi mamá me pegaba —dijo Sungchan mientras lloraba. —Y dijo que me llevaría a un orfanato por ser un niño malo.

Johnny se volteó para poder hablar con el, pero fue recibido por un fuerte abrazo que al principio lo sorprendió. Ya después fue poco a poco correspondiendo.

Su pequeño Sungchan le estaba dando la confianza de hablar sobre esas cosas y el no podía estar más que feliz por ello.

—Tu no eres un niño malo, yo se que no es así —murmuró para después mirarlo con una sonrisa. —Eres un gran niño y muy inteligente, ya quisiera yo haber podido tener la capacidad de manejar las palabras así como tú a los ocho años.

(Borrador) InvasorWhere stories live. Discover now